Si algo ha sorprendido en el Europeo junior han sido los resultados de Italia, un país que ha jugado en todas las ediciones excepto una en este torneo (sólo España le supera en participaciones) y que ha terminado luchando por la permanencia en la División A. A pesar de haber mostrado un gran espíritu de equipo y algunos jugadores de futuro perdieron todos los partidos de la primera ronda (Ante Letonia, Francia y Estonia) y no han dejado una buena sensación.

Lo más curioso de Italia es que ha tenido en su mano la victoria en sus partidos de la primera fase. El caso más sangrante ocurrió ante Letonia, en el primero de ellos, cuando tenían la posesión a diez segundos para el final y perdían de dos puntos. Mientras decidían la jugada Strelnieks le robó el balón a Portannese y los bálticos le dieron con la puerta en las narices.

Quizás la explicación estaba en que mientras el técnico letón aleccionaba a los suyos con las tácticas, el italiano, Stefano Pillastrini, se dedicaba en exclusividad a protestar a los árbitros durante la mayor parte del tiempo muerto previo. De hecho, si algo se vio claro fueron las diferentes formar de entrenar a los chicos de ambos técnicos. Mientras el latino se distinguió por alguna que otra bronca y quejas a los árbitros, el letón demostró un perfil más técnico parar formar un conjunto muy equilibrado.

Renzi, el referente
No obstante, Italia tiene buenos jugadores de cara al futuro. Por un lado, el pívot Andrea Renzi, quien ya participó en el anterior Europeo sub-18 y que ha sido el principal líder de su equipo. Es irregular en el tiro, aunque apunta buenas maneras especialmente cuando se aleja del aro y tiene una gran capacidad para cubrir la zona en el rebote gracias a sus largos brazos. Además, ha sido uno de los competidores con más ambición del torneo.

El ala-pívot Niccoló Martinoni se ha destacado por una excelente muñeca, pero este pívot zurdo deberá mejorar en defensa si quiere continuar en la posición de ‘4’. El otro ala-pívot del equipo, Luca Tardito, realmente ha llamado principalmente la atención su facilidad para cometer faltas personales (el segundo jugador que menos minutos ha disputado y el segundo que más ha cometido en su equipo).

Por cierto, formaba parte de este equipo Stefano Gentile, hijo del gran ‘Nando’, pero ha pasado sin huella por el campeonato como un base descentrado y con demasiadas pérdidas de balón. Tampoco Stevan Stojkov, serbio nacionalizado, ha ejercido con brillantez de segundo base.

Malos tiempos en los juniors
En definitiva, Italia no ha sabido aprovechar sus armas y se ha atascado en el ataque con un juego demasiado individual. De hecho, Gentile ha terminado como el máximo asistente del equipo con 11 pases en seis partidos y con un pobre 26,9% de efectividad en tiros de dos. Tienen mimbres, pero no parece que esta generación italiana vaya a pasar a la historia como una de las más brillantes del país. Deben tener cuidado porque en su anterior participación ya quedaron séptimos y en esta han llegado a caer ante los debutantes estonios.