Si algo nos ha demostrado el Europeo sub’18 es que la Universidad de Ohio ha acertado plenamente al llevarse al griego Kostas Koufos a sus filas. Ha sido el mejor jugador del campeonato y sólo el cansancio y el gran trabajo del otro gran pívot del torneo, Milas Macvan, han impedido el oro para Grecia. Junto a ellos, otros muchos chicos de Grecia se han mostrado como futuros jugadores de primer nivel.
El mejor jugador del torneo
El griego Koufos ha sobresalido durante todo el campeonato por su dominio del baloncesto desde sus 2,12 oficiales. Ha enseñado su gran actitud tanto en defensa como en ataque gracias a su mezcla de agilidad y fortaleza. Gran intimidador de sus rivales (los franceses se llevaron un tapón espectacular en los últimos segundos cuando buscaban la canasta que les hubiera clasificado para semifinales), muchos de quienes se lo encontraban en el camino descubrían con rapidez como se les apagaba la luz.
En las facetas ofensivas ha destacado también por encima de los demás. Sus 37 puntos y 20 rebotes de las semifinales ante Lituania no son fruto del azar. Este chico sabe buscarse las canastas fajándose en el poste bajo y en el poste alto, con ganchos o tirando a tabla, de frente a canasta o en diagonal, doblando el balón o sacándole a los exteriores cuando le hacían ayudas en su defensa y aprovechando su visión en el rebote ofensivo. En definitiva, un auténtico fuera de serie que en la final se permitió el lujo de anotar 9 de sus primeros 11 intentos con lanzamientos de 4 o 5 metros y sólo un mate. Ha sido el jugador más completo y el más decisivo en todos los partidos que ha disputado y el segundo puesto no debe menospreciar el nivel de un pívot con futuro cercano en la élite.
Sus compañeros
Se marchará a la NCAA y con él Marios Matalon, el base del equipo griego. Es uno de esos organizadores que saben buscar la mejor solución para su equipo y llevar el tiempo de partido. Si es necesario se aplica también en la anotación (16 puntos en semifinales) y ha terminado como el máximo asistente del torneo (4,4 pases de canasta por partido). No es un atleta ni un tirador excepcional, pero este chico sabe mover a un equipo. Ha estado bien secundado por Konstantinos Sloukas –otro zurdo-, quien también se ha mostrado como un buen base con mucha astucia.
Otros jugadores helenos que han llamado la atención han sido Nikolaos Pappas y Charalampos Giannopoulos, auténticos anotadores, bravos y efectivos. El segundo es capaz también de luchar en la pintura y le primero de ellos ya ha sido máximo anotador de alguno de los torneos por selecciones organizados por la FIBA.
Un auténtico equipo
Si no se llevaron el oro fue porque Serbia nunca perdió la fe en la remontada, porque Koufos se cargó pronto de faltas y desde el primer cuarto se le vio fatigado por su lucha con Macvan. Desarrollaron un gran juego de equipo y se marchan con una plata que les sabe a poco por su calidad pero a mucho si lo comparamos con los anteriores logros de esta generación. Han encontrado un estilo, un equipo compenetrado y al menos la mitad del equipo tiene hechuras de profesional.
Por cierto, para los que no hayáis podido seguir el torneo (Mediapro repartía la señal a varios países que pudieron ver más partidos que España) os recomiendo esta página con fotos del torneo:
