Dos equipos de la ACB han derrotado a dos equipos NBA en los últimos días y a nadie le ha sorprendido. Se trata de una situación que pocos podían aventurar hace unos años y que hoy pone de manifiesto que las fuerzas del baloncesto FIBA y el NBA se han igualado producto de la mediocridad USA y la globalización europea.
que Ninguno de los jugadores españoles ha sacado pecho, Joan Plaza ha dicho que no van sacar el cava, en Málaga no piensan ni por asomo que la temporada ya sea un éxito por derrotar a los Grizzlies… por aquello de que los visitantes norteamericanos están en pretemporada, apenas han entrenado, etc. Seamos sinceros, ninguna de estas circunstancias deben ocultar que un equipo de playoffs NBA debería ser lo suficientemente poderoso como para derrotar a cualquier conjunto que no sea de la mejor liga del planeta en cualquier situación.
En mi opinión, el principal problema para los del otro lado del Atlántico no es que el baloncesto fuera de sus fronteras –especialmente el europeo- haya mejorado tanto en el plano físico como en el técnico (algo evidente), sino que el nivel medio de los norteamericanos ha descendido. En los años ochenta, cuando la NBA estaba en pleno auge, las franquicias aumentaron desde 22 a 27 pero todavía los equipos poderosos contaban con quintetos titulares con excelentes jugadores: Magic, Abdul Jabbar y Worthy en los Lakers; Bird, McHale en los Celtics; Moses Malone, Maurice Cheeks y Julius Earving en los 76ers, etc. En la actualidad, el número de franquicias se ha disparado a 30 a lo largo y ancho de Canadá y Estados Unidos y el nivel de los equipos medios ha descendido considerablemente.
¿Acaso Pat Burke habría llegado a ser titular de un equipo NBA cuando en Europa ni siquiera había sido dominante? Vayamos más lejos… ¿Habría llegado a Nueva York un joven como Maciej Lampe que apenas había jugado con el Real Madrid 73 minutos en la ACB? Son sólo algunos ejemplos conocidos que corroboran que cada vez hay más jugadores con los que ‘rellenar’ las plantillas de las extensiones NBA. Se trata de una tara a largo plazo arrastrada desde finales de los noventa y que ahora sale a relucir.
Apertura de fronteras y de posibilidades
Por último, debemos señalar que el nivel de los equipos europeos también ha aumentado gracias a la apertura de puertas a los comunitarios, asimilados, etc. El Real Madrid presentó ante los Raptors un equipo sin españoles en el quinteto titular, aunque luego tuvieron una aparición destacada Raül López, Alex Mumbrú y Sergi Llull y Unicaja también contó con cuatro nacionales ante los Grizzlies pero apoyados por Kus, Haislip y Ndong para ganar el partido.
En definitiva, podemos alegrarnos de contar con muy buenos equipos en nuestro baloncesto, de ser la segunda mejor liga del mundo, pero debemos reconocer que tuvieron más mérito aquellos pioneros como el Joventut de 1991 cuando a punto estuvieron de derrotar a los míticos Lakers de Magic y Worthy con un puñado de españoles y dos extranjeros de acompañantes. Entonces Jofresa, Villacampa, Smith y Thompson estuvieron a punto de "derrumbar el mito NBA", como dijo su actual presidente. Hoy el mito recuerdo o fantasía.
