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NBA: Arranca la nueva temporada

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Un blog para tratar el pasado, presente y futuro del baloncesto tanto nacional como internacional: ACB, ULEB, Euroliga, Eurocup y la NBA.

Autor: Juanma Rubio

NBA: Arranca la nueva temporada

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El 18 de junio Boston se hacía con el anillo tras un año de ensueño en el que lograron un vuelco histórico en Temporada Regular (de 24-58 a 66-16) como puente hacia unos playoffs en los que pasaron de las dudas (ante Atlanta o Cleveland) a la solvencia (ante Detroit) a la suficiencia en la final ante el mejor rival posible, el archienemigo de Los Angeles. Han pasado más de cuatro meses, las cartas se han barajado y repartido de nuevo y llega el momento de hacer nuevas previsiones, de apuntar nuevas tendencias y de abrazar nuevas ilusiones. Contrastando nombres e inversiones económicas, conjugando pasado inmediato y futuro a medio plazo y examinando sensaciones de la temporada pasada y de la preparación veraniega, se puede establecer un termómetro que mida el lugar en el que se encuentra cada uno en vísperas del arranque de la competición. Una valoración en la que coinciden la reflexión y el pálpito, que aglutina filias y fobias personales. Hay muchas formas de ver la nueva temporada. Esta es, a través de algunas claves, simplemente la mía.


Jerarquía

Celtics y Lakers parten como grandes favoritos para ganar sus respectivas Conferencias y repetir final, algo que obviamente encantaría en la cúpula de la NBA. El gran duelo de siempre al que si el año pasado se podía adornar con la vitola de la nostalgia, este se podría incendiar con la antorcha de la venganza de unos Lakers consumidos en un Garden que ardía entre gritos de “Beat L.A.”.

El bloque campeón de los Celtics sólo tiene la (sensible) baja de James Posey, que tanto significó como sexto hombre. La mejor opción para Doc Rivers para ese rol, tras el fallido asunto de Darius Miles, será seguramente Tony Allen, con las lesiones del pasado en el olvido. Perkins y Rondo seguirán creciendo, sobre todo el segundo, que maduró a velocidad de crucero junto al big-three y que se va confirmando como un base lleno de posibilidades: rápido, intenso en defensa y cada vez más pulcro en el tiro exterior, donde debe tener un papel importante ante la concentración defensiva de los rivales sobre las estrellas del equipo.

Pero la clave de Boston estará, obviamente, en las tres grandes estrellas, que el año pasado supieron, con Garnett como gran ejemplo, poner sus egos al servicio del equipo (y del anillo). Una actitud perfectamente canalizada por Rivers para crear una carnívora unidad defensiva. Si la gloria no ha saciado el ansia de Garnett, Pierce y Allen, si los tres vuelven a mantenerse tan concentrados (y sin lesiones) en el objetivo colectivo, los Celtics partirán de nuevo como uno de los grandes favoritos. Además hay que esperar una mejora de Ray Allen, el que más sufrió la aclimatación a un nuevo papel en un nuevo equipo.

En Los Angeles no hay caras nuevas pero sí novedades. El rearme de un equipo que se quedó a dos partidos del título se llama Gasol-Bynum, una pareja interior temible que nunca coincidió en pista durante la pasada campaña. Bynum no sólo libera a Gasol porque aporta intensidad, rebote e intimidación, sino que por sí mismo está capacitado para ser, pese a su juventud, uno de los pívots con más influencia en el juego de toda la liga. En los últimos partidos antes de su lesión promediaba más de 17 puntos y 12 rebotes…

Con la plantilla completa y a pleno rendimiento, las miradas apuntan más que nunca a Phil Jackson. El maestro zen no salió bien parado de la última final, atrapado en las telas de araña tejidas por Doc Rivers. Ahora debe poner conjunción y química (aspectos en los que hay pocos como él) a un equipo de extraordinarias posibilidades. Y eso pasa por hacer que Lamar Odom cumpla un rol importante en su nuevo papel, que parece que será el de sexto hombre. Por lo demás, y si el equipo trabaja más la defensa de cara a las citas importantes, el potencial es brutal. Falta algo de rotación interior pero hay bases complementarios (Fisher, Farmar), tiro exterior (Vujacic, Radmanovic), juego interior (Bynum. Gasol), físico (Ariza) y un comodín de muchos quilates (Odom). Y, por supuesto, el mejor jugador del mundo: Kobe Bryant.

Ron Artest

Uno de los movimientos cruciales del verano y la clave para bien o para mal de los Rockets 2008/09. Si Ron-Ron asume un rol secundario en ataque sin estridencias, tenemos en Houston o un aspirante a lo máximo. Con su polémico y recién llegado alero capaz de rendir a nivel All-Star y de defender como pocos jugadores en la liga, las piezas parecen encajar aún por sí solas en un equipo que también ha añadido un especialista en fuego exterior como Barry. Si consigue mantenerse sana (los procedentes no invitan al optimismo, McGrady y Ming conforman una de las mejores parejas interior-exterior de la liga. Si a todo esto le añadimos a Battier, Alston, Scola, y un grandísimo entrenador como Adelman, el resultado es materia prima no sólo para acabar con la maldición de la primera ronda de playoffs sino también para soñar con un golpe de estado que parta de Texas (ante Spurs y Mavericks) y se expanda hacia los más altos estamentos de la liga…

CP3

Chris Paul es mucho más que el mejor base de la liga. Ya es, con 23 años, uno de los mejores jugadores de toda la NBA, destinado a ganar el MVP en el futuro (la duda es cuántas veces) a la vista de un crecimiento que parece no tener fin. CP3 liderará a unos Hornets que deben ser capaces de dar el salto que separa a la sorpresa de la firme realidad. La temporada pasada pocos equipos jugaron tan bien y sólo les faltó madurez en el séptimo partido de la semifinal del Oeste ante San Antonio, así que los Hornets pueden sentirse tan favoritos como cualquiera, a pesar de su limitada rotación, principal aspecto con el que tendrá que lidiar Byron Scott, uno de esos entrenadores que dan brillo al galardón de mejor técnico del año (al contrario que, por ejemplo, Sam Mitchell). El quinteto titular es extraordinario: Paul, Peterson, Stojakovic, West, Chandler. Juegan al ritmo de un base genial y cuentan con un ala-pívot de primera clase como West. Si Stojakovic no se lesiona, los Hornets estarán en la pelea hasta el final, donde tratarán de no llegar desfondados con la contratación a golpe de talonario de Posey (defensa, experiencia, competitividad y tiro exterior en momentos clave) y el crecimiento del interesante Julian Wright.

Efecto gravitacional

No soy un gran seguidor de Mike Brown ni de los Cavs, pero obviamente sí lo soy de LeBron. Y reconozco que en Cleveland han ido dando buenos pasos a la hora de construir un equipo con la lógica filosofía de reunir a su gran estrella de jugadores que graviten en torno a él y conformen un bloque equilibrado y competitivo. La última pieza bien seleccionada es Maurice Williams, que cubre viejas carencias y es, no lo olvidemos, un base que promedió el año pasado más de 17 puntos por partido. Junto a movimientos anteriores, el resultado es que LeBron tiene a su alrededor un buen base como Williams, un agitador de partidos como West, tiradores como Gibson y Szczerbiak, pegamento interior con Wallace y Varejao y valía europea de la mano de Pavlovic y sobre todo Ilgauskas, liberado por Big Ben y cada temporada más cómodo a la hora de producir lejos del aro. Un bloque que, articulado en torno a la ética de trabajo defensivo de Brown, da como resultado un equipo que parece hecho a la medida del Este, donde aspira a destronar a Boston.

Rebeldes con causa

Philadelphia y Portland son, cada uno en su Conferencia, los dos equipos a los que todo el mundo quiere ver jugar; los que, un peldaño por debajo de los grandes favoritos, parecen preparados para causar estragos si todo marcha según lo previsto en sus respectivas casas. El caso de los Sixers es el de una reconstrucción ejemplar y una vuelta a la competitividad por la vía rápida y contra todos los pronósticos tras la salida de Iverson. Su gran final de la temporada pasada coincidió con la cristalización de su juego rápido y dinámico bajo la batuta de un base tan importante e inteligente como infravalorado: Andre Miller. Con Iguodala y Thaddeus Young empujando y Dalembert alternando noches de cal y arena, al equipo de Maurice Cheeks (otro buen entrenador) le faltaba mejorar en el rebote y en el juego en estático. Dicho y hecho y con uno de los golpes más impactantes del verano, se hicieron con Elton Brand. Si el ala-pívot deja atrás sus problemas físicos, se trata de uno de los hombres interiores más importantes de la liga, garantía de 20+10 y, lo que es más importante, con las condiciones para ser exactamente la pieza que necesitaba su nuevo equipo, que pasa así de proyecto de futuro a firme realidad. Sin mucho tiro exterior tras la marcha de Korver, tratarán de parchear el problema con Rush y Marshall.

Si en Philadelphia las sensaciones son buenas, en Portland son extraordinarias. Tras un buen año sin Oden, ahora celebran el regreso del gran pívot, el hombre interior llamado a dominar la liga, que va a aliarse, además, con un ala-pívot de brillante presente y espléndido futuro: La Marcus Aldridge. Por detrás, con el único punto negro de la lesión de Webster (baja hasta diciembre) a los Blazers también les sobran argumentos y juventud, ya que cuentan con uno de los jugadores con más clase e inteligencia de la liga en la figura de Brandon Roy, una superestrella que siempre juega para su equipo, además de un novato como Rudy Fernández que llega preparado para ser importante desde el primer día, la aportación de Outlaw y los tiros abiertos de Blake ante defensas cerradas sobre Oden y Aldridge… si Sergio explotara por fin o Bayless pusiera algo más de estabilidad y criterio a su eléctrico empuje anotador, las posibilidades para McMillan parecen inagotables. Portland es presente y, sobre todo, un futuro que huele a anillo.

Valores tradicionales

La nueva temporada trae, entre muchos cambios, evidentes líneas de continuidad en equipos de primer nivel como San Antonio, Utah y en menor medida Detroit. Spurs y Jazz suponen el inmovilismo y la estabilidad a partir de sus entrenadores, Popovich (12 temporadas en el cargo) y Sloan (20). En San Antonio asumen un papel de menor favoritismo por mucho que no se deba enterrar jamás a este equipo (y menos en año impar…). La carga de años y batallas en sus piernas, el empuje de equipos más jóvenes, y la lesión de Ginobili (baja al menos hasta 2009…) son las contras. Los pros, los de siempre: un brillante estratega en el banquillo, uno de los mejores jugadores interiores de todos los tiempos (Duncan), un base explosivo como Parker, el talento inacabable de Ginobili (cuando se recupere totalmente) y el carácter competitivo y ganador representado por jugadores como Finley y Bowen en una franquicia que sigue sin sufrir apenas cambios y sin acertar en cuestiones importantes como la elección de bases suplentes de garantías… Cuesta imaginar a San Antonio dominando el Oeste con su antiguo puño de hierro y cuesta más pensar en un regreso a las finales, pero también parece difícil que alguien les detenga antes de al menos las semifinales de Conferencia…

Los Jazz, por su parte, seguirán jugando su pick and roll con sus nuevos Stockton-Malone en las figuras de Deron Williams (al que sólo Paul impide ser el mejor base de la NBA) y Boozer. Seguirán jugando con disciplina y variantes ofensivas (Okur, Korver) y defensivas (Kirilenko). Volverán a playoffs y su pista seguirá siendo la más difícil de batir, pero necesitan subir prestaciones a domicilio para no bajar un escalón de su actual status ante un Oeste tan competitivo y ante equipos como Houston (su víctima propiciatoria últimamente en playoffs) o Portland… En Detroit, finalmente, da la sensación de que han pasado los mejores días de un bloque excepcional (Billups, Prince, Hamilton, Wallace, McDyess…) que se ha estrellado demasiadas veces una final de Conferencia a la que esta vez tendrán muy difícil acceder. Sus avales son claros y conocidos, y le suman el empuje de Affalo, Maxiell y sobre todo Stuckey, que tiene condiciones para ser una futura estrella. Pero hay muchas dudas, desde el banquillo (Michael Curry) a una política de refuerzos que incluye fichajes como el de Kwame Brown.

Amenaza ruina

Si es fácil suponer que San Antonio soportará con ciertas garantías el relevo de jerarquías que parece estar cerca de sacudir el Oeste, también lo es aventurar tiempos peores en dos gigantes (Suns y Mavericks) que lo han tenido todo en los últimos años para aspirar a un anillo que se les ha negado, en ambos casos de forma cruel y en el de Dallas casi inexplicable (aquella final ante Miami…).

De Phoenix han ido saliendo progresivamente jugadores (Richardson, Johnson, Marion…) mientras otros se cargaban de años y problemas físicos (Bell, Nash, O’Neal, Hill). La madre de todos los cambios llega ahora con la salida de D’Antoni y la llegada de Terry Porter y una forma de trabajo mucho más basada en la defensa. La consigna es clara: trabajar atrás y adaptar el ataque a un ritmo más lento que aproveche las virtudes que todavía ofrece Shaquille. A esto es a lo que deberán adaptarse hombres que han funcionado muy bien con la propuesta contraria, desde Nash o Barbosa a Diaw o un Amare Stoudemire que sigue siendo un valor muy firme de presente y futuro y que debe aprovechar la presencia a su lado de una referencia interior como Shaq.

Si los Suns pueden seguir siendo competitivos aunque difícilmente una referencia en el Oeste, la situación parece peor en Dallas, donde Mark Cuban sigue buscando éxito a corto plazo con un equipo paralizado por los sonados fracasos en aquella final ante Miami y en aquella primera ronda ante Golden State. Ha llegado Carlisle, un técnico resultadista y muy defensivo, y la plantilla genera dudas con un Kidd en declive (que ya no está al nivel de Paul o Williams), y jugadores que ya han pasado su mejor momento (Stackhouse) o que ya han alcanzado su techo (Terry o el extraordinario Nowitzki). El puesto de pívot sigue siendo inconsistente y Josh Howard debe olvidar sus polémicas fuera de la cancha para recuperar el nivel que le convierte en alero de categoría All-Star.

Constantes vitales saludables

Orlando Magic debe seguir siendo uno de los animadores del Este. Fue una de las atracciones de la pasada temporada gracias a Howard y al estilo alegre de Stan Van Gundy. Campeón de División y semifinalista de Conferencia, da la sensación de que le sigue faltando algo para estar entre los principales favoritos del Este. Claro que todo puede cambiar si Dwight Howard, el pívot más determinante de la última liga, explota el margen de mejora que todavía tiene y Rashaard Lewis rinde al nivel de Seattle. Juntos forman una pareja de primer nivel muy bien acompañada por Nelson, el recién llegado Pietrus, Turkoglu, Bogans o el recuperado Battie. Atlanta parte desde un escalón inferior a pesar de que fueron capaces de llevar a los Celtcis al séptimo partido en primera ronda de playoffs. Son un equipo joven y lleno de fuerza física (Williams, Smith, Law, Horford), apuntalado por la experiencia y clase de Bibby y sobre todo Joe Johnson. Han perdido a Childress, conquistado por el brillo del euro, pero deberían volver a playoffs y seguir creciendo con el objetivo de ser un equipo de primer nivel competitivo a medio plazo.

Monedas al aire

Hay muchos equipos que son una verdadera incógnita de cara a la nueva temporada. Será muy interesante seguir las evoluciones de Miami, el equipo que pasó en dos años de ser campeón a sumar 15 victorias. El fin de los tiempos de penurias está grabado en el rostro de Wade, de nuevo a pleno rendimiento como demostraron los Juegos. El escolta es uno de los grandes talentos de la NBA y su sola presencia supone una fuerza dinamizadora de proporciones descomunales. Además, D-Wade contará con buenos socios como Marion y Michael Beasley, número 2 del draft y claro candidato a rookie del año. Un jugador de enorme talento que rendirá desde el primer partido en unos Heat que tienen problemas en el puesto de base y de pívot. Por eso no será raro ver a Wade pasar muchos minutos como virtual base o incluso un small-ball con Marion y el batallador Haslem como referencias interiores.

En una situación similar están los Raptors, que pueden despuntar o seguir con la línea descendente de la última temporada. Sam Mitchell, tras su mala gestión del puesto de base, ha puesto ahora el equipo en manos de Calderón, que merecía y aprovechará esta oportunidad. Por lo demás, Toronto tiene armas de sobra con tiradores como Parker y Kapono (aunque se ha ido Delfino) y un juego interior que puede ser espectacular con una realidad estelar como Bosh y un Jermaine O’Neal del que se puede dudar de su salud pero no de su calidad. En cualquier caso, los Raptors necesitan cosas como que Bargnani comience a rendir al nivel que se espera de él de forma regular para aspirar por fin a ser algo más que un convidado de piedra en primera ronda de unos playoffs de los que se pueden caer los Wizards. Por desgracia, un equipo con una clara cultura de buen juego (de la mano de Eddie Jordan) y un trío estelar (Arenas, Jamison, Butler) puede pagar de forma definitiva su maldición con las lesiones. Ahora ha caído Haywood para prácticamente toda la temporada y Gilbert Arenas estará otra vez casi tres meses en el dique seco. Aunque no se puede descartar a un equipo que ha aprendido a competir sin su gran estrella, en el que asumen el liderazgo Butler y Jamison (mucha clase en ambos casos) y en el que tratarán de aportar lo máximo Daniels, Young o DeShawn Stevenson.

En el Oeste, las principales incógnitas parecen residir en Clippers y Warriors, que han visto como Baron Davis y Maggette cambiaban de bando. Para Golden State parece que han pasado los buenos tiempos, con la marcha de su gran referencia y gran ejecutor del estilo de Don Nelson y la polémica de la lesión y posterior sanción de Monta Ellis, destinado a ser la nueva gran estrella. Pese a la fuerza de Maggette y el espíritu de Stephen Jackson, no parece que Golden State pueda volver a unos playoffs que ya se perdieron la pasada temporada. Algo parecido puede decirse de los Clippers, que han ganado a Davis y Camby pero han perdido al propio Maggette y a Elton Brand. Pese a la excitación de las nuevas caras, al potencial de la pareja Kaman-Camby y a las perspectivas de novatos como Eric Gordon o DeAndre Jordan, tampoco parece que vayan a tener nada fácil estar entre los ocho mejores del cada vez más salvaje Oeste en el que la temporada puede ser un vía crucis para Denver, sin reacción ni cambios significativos tras una nueva temporada decepcionante. Iverson termina contrato en un vestuario que puede ser un auténtico polvorín.

Banquillos calientes

La esperada y necesaria revolución en los Knicks se ha quedado en un cambio en el banquillo. Parece obvio que la llegada de Mike D’Antoni garantiza más victorias y mejor juego, pero apenas ha habido cambios en una plantilla llena de estrellas venidas a menos. No parece que un entrenador, por sí mismo, pueda propiciar un vuelco tan grande como para que los Knicks estén en las eliminatorias, pese a que Crawford y Richardson se beneficiarán del estilo alegre de D’Antoni. Scott Skiles, tras su complicada salida de Chicago, toma ahora a unos Bucks llenos de posibilidades (Jefferson, Redd, Bogut, Villanueva…) que deben asimilar el salto de ser un grupo anárquico a trabajar bajo la meticulosidad obsesiva de su nuevo técnico. Una transformación que puede acabar en fracaso o en un salto cualitativo importante pero que, en cualquier caso, les debe servir para mejorar su decepcionante rendimiento de la pasada temporada. A la antigua casa de Skiles, Chicago, ha llegado un debutante, Vinny del Negro, dispuesto a devolver a los playoffs a un equipo con las suficientes urgencias históricas como para llenarse de presión destructiva, pero también con juventud y calidad indiscutible: Deng, Gordon, Thomas, Noah, Hinrich, Nocioni y todo un número 1 del draft como Derrick Rose, que puede ser el nuevo gran rostro de un equipo que tratará de aprovechar también el rendimiento que aún puedan dar Gooden o Larry Hughes.

Otro regreso sonado es el de Larry Brown, solución de Michael Jordan para convertir por fin a los Bobcats en un equipo competitivo. Brown asegura baloncesto defensivo y duro, muy poco vistoso pero teóricamente de buenos resultados. Veremos si es capaz de transmitir su experiencia y dureza a un equipo con más calidad de la que aparenta: Okafor, Richardson, Felton, Gerald Wallace. Será interesante ver si Adam Morrison recupera su nivel universitario y calibrar el rendimiento de un base novato pero muy prometedor: DJ Augustine.

En Memphis, mientras, los Grizzlies viven un período de interesante reconstrucción que sigue en manos de un Marc Iavaroni que dejó muchas más sombras que luces en su primer año como entrenador principal. Pocos equipos pueden presumir de acumular tantas elecciones altas de draft en las últimas temporadas (OJ Mayo, Conley, Gay…). A partir de ellos, tras la salida de Mike Miller y Pau Gasol y la llegada de Darrell Arthur y Marc Gasol, que apunta a titular si Milicic mantiene su tradicional inconsistencia, Memphis se confirma como un equipo con un futuro brillante si rompe con su tradición de franquicia de trabajo poco efectivo y si Gay aprende a ser un líder y no sólo un acaparador de balones en ataque. Es un alero de potencial extraordinario al que sólo frena su mala lectura de los partidos. Ahora pasará una importante prueba, convertido desde el inicio de temporada en jugador franquicia y obligado a compartir responsabilidad ofensiva con OJ Mayo, número 3 del draft y otro implacable anotador.

Formas de renovarse

El resto de franquicias de la NBA afrontan, como Memphis, un trabajo de reestructuración en el que deben asentar las bases del futuro y en el que se pueden distinguir tendencias de reconstrucción muy interesantes. Es el caso de Oklahoma City Thunder, nueva franquicia que nace de las cenizas de los Sonics y que aglutina talento joven con los sophomores Kevin Durant y Jeff Green y el rookie Russell Westbrook, un base de físico explosivo. Joe Smith y Desmond Mason aportarán veteranía y Wilcox trabajo en un equipo que optará de nuevo a un número alto en el draft para seguir construyendo una base de importantes perspectivas bajo el mando de PJ Carlesimo. A corto plazo, parece mejor la situación de los Timberwolves, que une la productividad de Mike Miller a un equipo que se basará en el futuro en el juego interior de Al Jefferson, ya a punto de convertirse en gran estrella, y Kevin Love, un novato de fina mano que ha trabajado en verano para adaptar su físico a las exigencias de la NBA. Quedan temporadas para ver a los Wolves en playoffs, pero con esas armas, y la aportación de Brewer, McCants o Foye, la franquicia puede tener un curso más plácido que el último, en el que ya mostraron una notable mejoría a medida que avanzó la competición.

Tampoco parecen los playoffs el lugar de equipos como New Jersey, Sacramento (a pesar del potencial anotador de Kevin Martin) o Indiana, que quizá sea el que más opciones tiene de los tres. En los Nets todo gira en torno al año 2010, el posible traslado a Brooklyn y el sueño de fichar a LeBron James. Por ahora, Devin Harris parece el jugador de mayor presente junto al todavía importante Vince Carter. Sin Jefferson y sin los europeos Krstic y Nachbar, habrá que prestar atención a la progresión de Yi Jianlian y a dos rookies que darán que hablar: Chris Douglas-Roberts y Brook Lopez, un taque interior que ha rendido muy bien en pretemporada y que puede dar en su primera temporada un nivel más alto del inicialmente previsto. En Indiana las cosas pueden ir moderadamente bien gracias a que el equipo se sigue adaptando al estilo de Jim O’Brien, que gusta del baloncesto rápido y basado en una buena batería de anotadores exteriores. TJ Ford y Jarrett Jack llegan para disparar la velocidad del juego, Dunleavy debe mantener su buena producción anotadora y Granger seguir creciendo como la estrella en potencia que es. Para el juego interior, ya sin O’Neal, se confía en el trabajo de Nesterovic y los habituales Foster y Murphy, y se han puesto esperanzas en Hibbert, pívot novato muy al estilo de los center clásicos de los 80 que puede aportar mucho a los Pacers sobre todo en defensa.

10 Comentarios

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Santiago de León de León

Qué bueno eres Juanma!, lástima que en China no tuviéramos entradas para ver a la selección.

Apuesto por Lakers y creo que para abajo irán los Raptors. Año difícil para Calderón sin la motivación que tenía esa franquicia en sus principios.

10/27/2008 09:01:19 PM

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depre

Genial resumen! gracias!!!

10/27/2008 09:22:56 PM

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Luisete

La gran duda serán los novatos, esperemos que este draft traiga algo mejor que los años precedentes, que si bien Durant y compañía an rendido a muy alto nivel, no tienen madera de cracks.

10/27/2008 10:20:21 PM

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marsant

espectacular articulo. en la vida leí una cosa igual en un periódico de internet. un repaso por toda la NBA, de un periodista que sabe de baloncesto y no q se limita a copiar noticias. me quito el sombrero

10/28/2008 12:06:55 AM

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Jacobo

Grandioso articulo, genial, por fin alguien que de verdad sabe de baloncesto NBA.

Da gusto leer articulos como este, mis felicitaciones a Juanma y al diario AS.

10/28/2008 02:37:11 AM

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Pedrin

Así, sí da gusto leer artículos relacionados con el baloncesto. gracias

10/28/2008 05:27:36 AM

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sergio

bueno , pues empiezan las noxes de insomnio para los frikis de la nba, esta noxe el primer plato fuerte.

10/28/2008 08:48:56 AM

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d-fense

Buen artículo. pero yo ya daría a cleveland como favorito del este por delante de los celtics!!

10/29/2008 09:23:13 AM

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Antonio

Os parece que Greg Oden puede ser Sam Bowie II ??? Porque en ese caso a los Blazers les ha mirado un tuerto con los pivots :-)

Un saludo.

10/31/2008 08:39:20 AM