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Allen Iverson: El viento se lleva 'la Repuesta'

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Un blog para tratar el pasado, presente y futuro del baloncesto tanto nacional como internacional: ACB, ULEB, Euroliga, Eurocup y la NBA.

Autor: Juanma Rubio

Allen Iverson: El viento se lleva 'la Repuesta'

- “Es cierto, hay unas cuantas mierdas en las que debo mejorar pero eso le pasa a todo el mundo. Pero vosotros no habláis de los demás, solo habláis de mi. ¿Y por qué, porque ganó mucho dinero?”

- Porque eres el MVP…

- ¿Y eso qué significa? Soy el MVP y tengo que preocuparme por rumores de traspasos. Soy el MVP, el MVP de esta liga. Eso quiere decir el mejor jugador de baloncesto del mundo, yo recibí el MVP. El mejor jugador de baloncesto del mundo… y tengo que pasar por esto cada vez que pierdo. No puedo ganar a todos siempre. Soy humano. Soy igual que vosotros. Quizá vosotros seáis mejores a vuestros ojos o a los de la gente que os quiere pero al fin y al cabo solo sois humanos, como yo, ¿no? No sois diferentes. Sangráis igual que yo sangro, lloráis igual que yo lloro, hacéis daño igual que yo hago daño. Pero yo soy Allen Iverson, a mí se me paga por jugar al baloncesto”.


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En 2002, Allen Iverson dejaba estas palabras, entre otras muchas, en una de las ruedas de prensa más tensas y recordadas de la historia de la NBA. Philadelphia 76ers se despedía a las primeras de cambio de los playoffs y A.I. comenzaba a caer de su pedestal en un declive que sigue hasta hoy y que quizá (quizá…) haya dado su último capítulo con su ‘espantada’ en Memphis. Costaba imaginarlo pero allí, mientras se cuestionaba qué maldita relación podía haber entre que él fuera o no entrenar y que sus compañeros fueran mejores jugadores y aseguraba que sus porcentajes de tiro estaban en manos de Dios, comenzaba a apagarse la estrella de un jugador de un talento enorme que ya estaba en la práctica en distinta dimensión que Larry Brown, el hombre con el que vivió sus mejores momentos como miembro de un equipo, con el que alcanzó el MVP de la 2000/01 y con el que alcanzó las finales de ese 2001, en las que se permitió, antes de la derrota (4-1), 48 puntos para abrir la serie con triunfo a domicilio ante los todopoderosos Lakers.

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El jugador, la leyenda, el desastre. Allen Iverson es todo eso, y conviene recordar que ha sido extraordinario, al menos en cuanto a talento puro e individual, ahora que todos se aprestan a lanzar piedras contra ‘la Respuesta’ caída. Uno de los mejores anotadores de la historia del campeonato, un combo guard (mejor escolta que base) de 1’83 que derretía a las defensas con una finura ya legendaria y un hambre alimentado en una convulsa juventud en Hampton, Virginia. Una juventud en la que siempre ha parecido atrapado y de la que ya (34 años, 14 en la liga) casi nadie espera que escape. Posesión de armas, excesos con la velocidad, la marihuana y el alcohol, condenas en tumultos públicos, raps irreverentes, sonadas broncas domésticas con su esposa (a la que llegó a echar de casa desnuda)… y una constante fama de jugador incapaz de llevar a sus equipos a los mayores logros, enfrentando siempre con compañeros y con entrenadores desde los tiempos en Georgetown, polémico hasta convertirse en una úlcera sangrante para Stern y al fin y al cabo el tipo capaz de poner en pie al público de Philadelphia y de llevarse una de las ovaciones más emotivas de los últimos tiempos cuando regresó a su antiguo hogar con la camiseta de Denver. Era marzo de 2008 y por unos instantes vimos un chispazo en la mirada, el eco de una grandeza que llevaba detrás un título de Rookie del Año, 2 MVP en sus 10 All-Star y un MVP en Regular Session, 3 nominaciones en el mejor quinteto de la liga y 4 títulos de máximo anotador. El último, en 2005…

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¿Qué contaremos a quienes no tuvieron la suerte de disfrutar de su juego? ¿Qué quedará de un jugador que pudo ser tan grande y que ahora ha quedado para simples comparaciones con Stephon Marbury, oveja descarriada, empeñada hasta conseguirlo en llevar su carrera al desagüe? Ahora Iverson es poco más que la megaestrella venida a menos, un perdedor, un tipo incapaz de asumir su realidad o de comprometerse con un colectivo, sin capacidad para amar el baloncesto más que a sí mismo, casi un chiste que encendió la mecha en Memphis con tan sólo un partido disputado en el equipo que “Dios había elegido (sic)” para que continuara su carrera. ¿Queda tiempo, quedan oportunidades para Iverson? Parece que no y la respuesta, valga el juego de palabras facilón, podría ser la retirada. Por la puerta de atrás y, esto es lo más triste, absolutamente ganada a pulso.

De Philadelphia a la nada

En una pista de baloncesto, Allen Iverson seguiría (¿seguirá?) anotando muchos puntos. De eso no hay duda. Dejará canastas para los resúmenes semanales en la misma medida en la que estropeará el ambiente a su alrededor y no se mostrará capaz de llevar a un equipo hacia cotas verdaderamente altas. Por facultades y calidad podría defender más y asistir más; no lo hace. Por experiencia podría ser un líder para jugadores jóvenes o equipos en reconstrucción; no es capaz. Ya ni siquiera parece funcionar como imán para llenar pabellones y por eso ni siquiera le quisieron los Clippers y por eso seguramente llegó a Memphis en uno de los fichajes más equívocos (y equivocados) de las últimas temporadas. Un desastre perpetrado por una pésima gestión del dúo Michael Heisley / Chris Wallace en los despachos y amparado por la necesidad: nadie quería a Iverson. Los equipos menores temían su inestabilidad, los aspirantes su incapacidad para poner su ego al servicio de un proyecto ganador, de un corral con más gallos.

Pero, antes de este último vodevil, la realidad ha sido tozudamente dura con Iverson. Y lo ha sido más allá de la casualidad. Nunca podrá ‘A.I.’ culpar a la suerte, a las circunstancias. Serán brindis al sol, como máximo. De Philadelphia se mudó a Denver. Llegó para formar una pareja demoledora con Carmelo Anthony y, si bien ambos metieron un tsunami de puntos en Colorado, jamás llevaron al equipo más allá de primera ronda de playoffs. Al contrario, los Nuggets eran incapaces de defender y competir, el propio Anthony o J.R. Smith se abocaban a la inmadurez y la conflictividad crónicas y George Karl parecía cansado, de vuelta.

La realidad, una vez más, y no la casualidad, una vez más, desnudó y siguió deshilachando la leyenda de Iverson. Cuando en Denver se buscó un giro de tuerca, George Karl habló con los pesos pesados del equipo. Había que defender y cambiar de mentalidad. Habló con todos… menos con Iverson, ilocalizable. La consecuencia fue el traspaso, el cambio por Billups y la cruda realidad: Detroit al traste, Denver en camino hacia la mejor temporada de su historia, en la final del Oeste con un espíritu renovado y un vestuario fresco y feliz, Anthony centrado y jugando a nivel de MVP. La mano de Billups, ejemplo fuera de la cancha, playmaker perfecto en ella. La antítesis de un Iverson que salió malparado de Detroit, incapaz de asumir el rol de sexto hombre en un polvorín que nunca pudo gestionar un muy verde Curry.

Tras un triste verano, las puertas se cerraron una tras otra. No cuajó la opción Bobcats, donde Iverson se hubiera reencontrado con Larry Brown y hubiera llegado a una franquicia absolutamente necesitada de talento ofensivo. Allí, pese al látigo de Brown, hubiera tenido libertad para acaparar posesión y lanzamientos. En lugar de eso llegó a Memphis Grizzlies para firmar lo que hasta ahora es la crónica de una muerte anunciada, pero precipitada tras tan sólo tres partidos. Salido de una lesión, debutó y protestó porque Lionel Hollins le utilizó desde el banquillo. Y al tercer día viajó a su residencia de Atlanta por teóricos problemas familiares. Algunos ya han filtrado que el divorcio es definitivo. Un divorcio que sería ruinoso para los Grizzlies, que firmaron a Iverson un año a razón de 3’1 millones de dólares. Si la historia acaba aquí, la cuenta es fácil: más de un millón de dólares por partido.

Una historia con demasiados culpables

Que Memphis Grizzlies es una de las franquicias más erráticas y cuestionables de la liga es un hecho. Su política de fichajes para la nueva temporada ha resultado de lo más confusa. Cuando por fin parecían manejar un bloque joven y prometedor (Conley, Mayo, Gay, Gasol, Thabeet, Arthur, Carroll…) le añaden a Zach Randolph y Allen Iverson. Dos jugadores reconocidos por ser dinamita para los vestuarios y no precisamente un ejemplo edificante para los jóvenes talentos. El caso de Randolph era difícil de explicar: una garantía de 20+10, o casi, que nunca logró grandes éxitos y un contrato enorme que ponía en solfa la voluntad sanitaria de la casi gratuita salida de Pau Gasol.

Pero lo de Allen Iverson era peor, toda vez que su fichaje no tenía más destino que enfrentarle a dos de los principales activos de la franquicia. Por un lado un Conley que afronta su tercer año con la intención de ratificar su mejora del último tramo de su temporada como sophomore, y por otro OJ Mayo, un combo-guard, también más escolta, con un talento enorme y con capacidad para ser el jugador, por encima de Rudy Gay, sobre el que construir un equipo sólido.

Claro que Iverson podría haber asumido un rol como sexto hombre, podría haberse comprometido, haber ayudado a los jóvenes y haberse ganado a pulso minutos, responsabilidad y respeto. Michael Heisley aseguró que el jugador conocía las intenciones de Hollins antes de fichar, tal vez una forma de justificar que había en el fichaje algo más que un desesperado intento por llenar las gradas de un pabellón cada vez más desangelado: “Pasen y vean…”.

Así que por falta de comunicación, de dirección o de sinceridad, todos son culpables. En la cúpula directiva de Memphis Grizzlies se debieron manejar los infinitos datos que desaconsejaban la operación. Lionel Hollins ha sufrido la situación, acusado por Iverson, que le criticó por no darle explicaciones cara a cara, por relegarle al rol de sexto hombre. A él, con su talento… porque siempre, una vez más y siempre, Allen Iverson olvida que hay otras variantes más allá del talento a la hora de ser extraordinario como jugador de baloncesto.



Así que Iverson se fue a Atlanta y en EE.UU. se habla de ruptura y se especula ya con la retirada del jugador, que no será suplente en Memphis como no quiso ni supo serlo en Detroit. En los Grizzlies se intenta ganar tiempo. Hasta diciembre no podrían traspasar a un jugador cuyo valor en el mercado ahora mismo es nulo. Ni siquiera los Knicks parecen ya capaces de apechugar con él y parecen más atentos, más allá del verano de 2010, a los movimientos en Houston con respecto a McGrady. El hecho, en definitiva, es que Allen Iverson puede haber alcanzado, enterrada otra veta de su leyenda, el punto más bajo posible en su constante cuesta abajo. Eso quedará de él como último recuerdo si realmente ha escrito su última página en la NBA. Una pena. Pero una pena ganada a pulso. Él se defendió tiempo atrás diciendo que era “un hombre que no puede hacer todavía bien. Ni siquiera Michael Jordan hizo siempre todo bien”. Ahora, sin embargo, está en las antípodas, más lejos que nunca, de todo lo que Jordan significó como jugador y como deportista. Y esa es la realidad, ‘la respuesta’, por más que tengamos sus actuaciones con la camiseta de los Sixers colgadas para siempre de nuestra retina.

11 Comentarios

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Rubo

Da gusto leer articulos como este la verdad

Yo siempre he sido un gran admirador de Iverson por lo q ha sido ¿y es? capaz de hacer en la pista... de pequeño siempre qeria ser como el, d hecho siempre decia q era mi jugador favorito (tras el gran michael), mas q nada xq no tuve el placer de ver jugar a magic, bird... y muchos otros dado q solo tngo 21 años.

siempre me parecio un jugador excepcional pero esta claro q la cabeza no le acompaña, una pena q acabe asi y sin anillo... pero no voy a negar q siempre idolatraré a The Answer!!

11/10/2009 12:29:56 AM

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unkas

el mejor anotador puro junto con arenas de los ultimos 10 años. una pena...nunca maduró. mira que podría estar de 7-8 hombre de un equipo aspirante. muy muy tranquilamente pero su personalidad se lo impide

11/10/2009 01:20:35 AM

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Mr. Logic

Los Grizzlies firmaron a Iverson un año por 3’1 millones de dólares, pero no va a cobrarlos por solo 3 partidos (que, por incompetentes que sean, los dueños de los Grizzlies no son tontos), le prorratearán el sueldo con el tiempo jugado, hombre...

11/10/2009 10:12:56 AM

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sheed

Para mi ha sido el mejor jugador de la nba en la última década, pero es lo que tiene vivir rodeado de flashes todo el día, o tienes un buen entorno o puedes mandarlo todo a la .... como este gran jugador.

Con respecto a los grizzlies, mr.logic, de verdad tu crees que le pagarán solo una parte? yo no lo creo

11/10/2009 09:10:37 PM

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Ricardo

ESTUPENDO artículo,

estoy de acuerdo con Rubo. Una lástima que acabe de este modo (como todo hace indicar que lo hará) la carrera de una aunténtica leyenda del baloncesto. Y lo peor de todo: siempre nos quedaremos con la duda de qué cotas habría alcanzado si hubiese sido "bendecido" con otra mentalidad

11/10/2009 11:07:46 PM

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JMAB

No fue "bendecido" con otra mentalidad. Pero sí con una capacidad anotadora casi inigualable. A cada cual le toca lo suyo...

11/11/2009 01:31:18 AM

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luijo

para mi unos de los mejores jugadores en los ultimos 10 años . yo creo que ay que darle el chance para ver que pasa con los Memphis Grizzlies

por q no ganan

11/11/2009 11:50:45 PM

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timberwolf

gran artículo, vamos allen en minesotta te esperaríamos con los brazos abiertos

11/13/2009 06:36:39 PM

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Jesús

Una pena con la magia y espectaculo que atesoraba este jugador, anotando y haciendo esas espectaculares asistencias a tablero, para mi fué un referente y a mis 26 añitos es la única camiseta de NBA que tengo, la blanca de los sixers, daba gusto verlo en Philadelphia, un jugón...y un chuleta, pero vamos con el dinero, que tiene no le debe importar lo mas minimo lo que piensen de el,total el pensará que la culpa es del resto. Pero para mi será no el mas grande pero el que mas FLOW y estilo ha tenido siempre...

12/02/2009 06:04:36 PM

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hender piñango

para mi allen iverson a cido uno de los mejores jugadores de la epoca q estamo y hay iverson para rato

12/23/2009 09:49:33 PM

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robert

el chico malo ha sido y sera para mi el mejor jugador de la nba un poco descarrilado pero asi es el igual es el mejor no volveremos a ver a ninguno con esa estatura con esa forma tan arrecha de jugar al basketball señores a.i bubba chuck por siempre number one...

08/20/2010 10:52:16 PM