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El rey desnudo

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Un blog para tratar el pasado, presente y futuro del baloncesto tanto nacional como internacional: ACB, ULEB, Euroliga, Eurocup y la NBA.

Autor: Juanma Rubio

El rey desnudo

Bar_pascual

Desorientado, agotado mentalmente e incapaz de reconocer la imagen de sí mismo que le devuelve un espejo roto en mil pedazos, el Regal Barcelona pasa por su peor momento de los últimos 24 meses. Su corona europea ha salido a subasta y ésta tendrá lugar (ay) en el Palau Sant Jordi. Fuera de su Final Four, apaleado por Obradovic -siempre entre mago, tahúr y ogro-, el equipo acompaña con derrotas en ACB de difícil explicación o difícil digestión un trance del que saldrá fortalecido o deconstruído. Llamado a gobernar el continente con puño de hierro, el actual Barcelona apunta a fin de ciclo pero entre la maraña de depresión, desconfianza y miradas acusatorias, hay un hecho (siempre tozudos: hechos) que conviene no perder de vista: el Barcelona es campeón de la Supercopa y la Copa del Rey y podría cerrar el curso con triplete ACB si gana una liga en la que todavía es líder. Será favorito aunque ya no tanto si consigue olvidar el futuro que ya no será (el Sant Jordi…). Y a partir de ahí, de entre el éxito, el fracaso y los finos hilos que tantas veces los unen, tocará reflexionar y reformar o reconstruir. Es el precio de las expectativas disparadas, la sombra de la propia grandeza. Una sombra que hoy apenas cobija a un rey desnudo: el Regal Barcelona.


En septiembre el Barcelona partía como favorito para ganar cada competición en liza, para arrasar Europa por segunda temporada consecutiva y para extender la noción de baloncesto total en el siglo XXI, una combinación de colectivo e individualidades, profundidad, roles bien definidos, fuerza, elasticidad y ritmo. Algo a medio camino entre los dos lados del Océano Atlántico que parecía no tener comparación competitiva real y para el que los debates no estaban en este o aquel contrario sino en su hipotético rendimiento en el sistema NBA o sus méritos para ser considerado el mejor equipo FIBA de la historia (uno de ellos, al menos). Era septiembre y el Regal Barcelona venía de una temporada descomunal que no había sido perfecta porque se le escurrió entre los dedos una final ACB en la que fue maniatado por el desgaste físico, la condición mental del campeón de casi todo y un rival que aireó carencias hasta entonces de fogueo. Entonces nos pareció accidente cuando seguramente era síntoma. Y accidente nos pareció cuando llegó la Supercopa y el Barcelona dejó, camino del título, una humillación histórica sobre el Real Madrid en semifinales, o un triunfo (en el Sant Jordi ahora negado) ante unos Lakers en chanclas y con rictus de turista pero Lakers al fin y al cabo. Entonces el Barcelona nos seguía pareciendo capaz de todo y seguramente lo era y lo es, aunque antes casi divino y ahora terriblemente humano. Recuerdo aquel 89-55 (con maquillaje incluido) y apunto algunos datos que resultan elocuentes para quien haya reflexionado sobre el valle en el que vive este equipo o para quien simplemente quiera seguir leyendo este artículo: en aquella tarde en el Buesa Arena Mickeal firmó 13 puntos y 16 de valoración en apenas 18 minutos, Fran Vázquez 13 de valoración en 15 minutos, Morris, 19 en otros tantos minutos… y Ricky Rubio apenas jugó 23 para olvidar (creíamos) su depresión mundialista y dejar 13 puntos, 3/4 en triples, 6 rebotes, 3 aistencias, 3 robos de balón y 22 de valoración. Todo eso era aquel Regal Barcelona. Todo eso y muchas cosas más, pero todo eso era y no es y por eso el rey está ahora vivo pero desnudo.

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Antes de tirar abajo el edificio y remover los cimientos, recuerdo otra vez (es el norte en esta brújula) que el Barcelona puede ganar la ACB y que eso significaría una temporada de Supercopa+Copa+ACB+cuartos de Euroliga. Así que este artículo no pretende ni narrar un fracaso que aún no es tal (aunque ahora mismo pudiera parecerlo) ni demoler lo que seguramente no tenga que ser demolido. Se trata simplemente de analizar las razones por las que al Barcelona no le ha llegado para alcanzar su gran objetivo de la temporada, más allá del simple factor competitivo; las razones por las que su juego pocas veces ha sido el de la temporada pasada. Más derrotas, peor juego, rostro humano, mundano. Un gran equipo pero no el ensordecedor caza supersónico que aplanaba rivales la temporada pasada en todos los frentes, ganaba por márgenes escandalosos y zarandeaba con la misma virulencia a los equipos de la nobleza europea que a los viajeros del furgón de cola de la ACB. Contra el Barcelona y hasta la final de la ACB, los rivales parecían el mismo, una unidad descolorida e impersonal, incapaz de defender variantes infinitas y de atacar un muro móvil de ayudas, perros de presa por fuera y rascacielos por dentro.

El Barcelona, de entrada, ha perdido en todo: en mecanismos colectivos de defensa y ataque, en velocidad, en físico, en instinto. Y desde luego una razón está en las lesiones, caprichosas y esta vez inmisericordes con el Barcelona. Sin Pete Mickeal y sin Basile, el juego exterior quedó en paños menores, reducido a cenizas cuando se han sumado problemas físicos de Navarro. Las bajas afectaron al sistema, a la memoria colectiva y al ánimo, y se revelaron trascendentales en la hora (europea) decisiva. Pete Mickeal es insustituible, un bastión en partidos importantes y minutos calientes, el jugador que el Barcelona añoró de forma dramática ante Panathinaikos. Por su sangre fría, su personalidad, su músculo, su calidad en el uno contra uno, sus rebotes, sus puntos, su estrella y su capacidad para rebajar la responsabilidad de Navarro y multiplicar los focos de necesidad defensiva del rival. Ese es Pete Mickeal, el alero (puro) más desequilibrante de Europa en el declive de Siskauskas y eso es lo que ha perdido el Barcelona, además de la intensidad e inteligencia en defensa y la audacia casi temeraria en ataque de Basile. El Barcelona 2009/2010 era un puzzle tan perfecto que cualquier baile de piezas (incluso en teórica mejora) estaba destinado a afear el resultado final, la receta en su punto justo de sal.

Bar_mickeal



Y esto último ha influido en el desaliñado aspecto de la temporada de Perovic, a priori 217 centímetros de lujo balcánico y finalmente un jugador más cercano al témpano de hielo de progresión mutilada que al pívot demoledor que podría ser. Su 4’6 de valoración en 12 minutos por partido (en ACB) son un síntoma y una reflexión que vuelve al desajuste de las piezas: quizá Pascual (y Creus) soñaban con un Perovic mucho más incisivo jugando de boya en la zona con sistemas de ataque más abiertos que hubieran pasado por un Mickeal en activo para jugar de falso ‘4’ o un Morris en una línea de rendimiento digamos (y digamos con la mayor suavidad eufemística) decente.

La remodelación en marcha se ha hecho con dinero e ideas, algo que nunca falta cuando es Chichi Creus el que dirige el barco (un tipo cuya sola presencia debería bastar para que el barcelonismo no apriete el botón del pánico). Pero Ingles (la idea) no ha rendido en el corto plazo ni Anderson (el dinero) en algunos minutos cruciales. Letal en la Copa e importante como descargo de Navarro, falló ante Panathinaikos y ha jugado adaptado al ‘falso 3’ con sus virtudes y sus defectos: tremendo en el uno contra uno, un primer paso demoledor… y más físico que cabeza (para lo bueno y lo malo: una moneda al aire) en los momentos cruciales que cambian partidos y a veces temporadas enteras.

A partir de aquí, el otro gran drama ha estado en el puesto de base. Lakovic, muchos minutos de escolta, estuvo más fuera que dentro y es tan letal tirando como poco fiable dirigiendo. Sada, tan útil en tantos momentos cuando las estrellas en su rol, ha pasado un bache tremendo engullido por ese agujero negro que se tragó todo y que llevó por nombre Obradovic. Y Ricky, cuyo caso merece un artículo en sí mismo porque no sabemos si es una cuestión de confianza, estancamiento, adaptación o abducción. Y aviso de que estoy a años luz de los que han cargado tintas contra él de forma tantas veces injusta en el último año y medio. Mal en la final ACB, mal en el Mundial y mal en casi toda la temporada, ahora está claro que Ricky separaba al Barcelona del pelotón, convertía a un equipo tremendo en un equipo especial. Sin su chispa y sin su ritmo, el Barcelona marca menos diferencias y se ve obligado a sufrir y sudar los partidos de una forma impensable hace unos meses. Ricky parece de repente peor defensor (no de manos y sobre el balón sino de posiciones, peor penetrador (finalizando y doblando pases) y peor conductor. Su tiro no progresa, las defensas le flotan y cerca del aro pasa por atascos impensables. Con Ricky abandonado por las hadas, los exteriores pierden tiros abiertos y los interiores parecen disecados. Fin al juego por encima del aro de Fran Vázquez, fin a los puntos cómodos de N’Dong, fin a la gestión posicional de Lorbek. Quizá el niño se hace hombre y este ajuste (personal) derivará en un jugador mejor. Pero la temporada es un fracaso íntimo para un Ricky que ahora tiene una papeleta peliaguda que quizá le resuelva el lockout de la NBA. Se abre el melón y las opiniones basculan: seguir en Europa y buscar sensaciones o viajar ya a Estados Unidos, donde el ritmo y estilo de juego le beneficia y los Wolves y la liga le espera con una expectación abrumadora. Pero esa expectación, ese hype tan americano, puede jugar en su contra y destrozar su adaptación del mismo modo que su juego no será efectivo al otro lado del Atlántico sin un tiro mínimamente amenazador y sin capacidad de resolver en penetración. Y recuerdo que en Estados Unidos se cierran menos los caminos hacia el aro pero se intimida mucho más.

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El análisis individual también deja en un lugar extraño a Lorbek, apenas decisivo y muchas veces acomodado en el tiro exterior. El esloveno es mejor ‘5’ que ‘4’ pero las necesidades del guión le reubican demasiados minutos entre otras cosas porque Morris ha estado a un nivel deplorable. La desidia que ha transmitido tiene que ver con ese aire despistado y destensado que le hace tantas veces genial, pero su aportación al equipo ha sido nula y su compromiso muchas veces dudoso. Ni triples abiertos, ni tapones, ni rebotes. El ‘4’ abierto y tirador, un rol clave en el baloncesto actual, descubierto y la rotación interior trastocada por la llegada de Perovic y la nueva disposición de minutos de Lorbek, N’Dong y un Fran Vázquez también decepcionante, demasiado terrenal, que podría además irse a Estados Unidos (como Ricky: lockout mediante) tarde y ya veremos si mal. Su juego y su elasticidad son de NBA pero quizá lamente los años perdidos ahora que nunca volverán.

A Xavi Pascual le borró del mapa Obradovicy la tentación es dudar de él porque no ha sabido manejar al grupo en momentos en los que ha fallado el ritmo de crucero y porque marchó a remolque durante toda una serie que duró cuatro partidos en los que no cambió nada. Ninguna inercia, ninguna estrategia: nada. Sumisión en el camino al matadero. Aclaro que no es Pascual ni el primero ni el último que cae en las trampas de osos del venerable Obradovic y recuerdo que la serie se resolvió realmente en un segundo partido en el que el Barcelona rozó los veinte puntos de ventaja, tuvo un triple para ganar en el último ataque… y perdió. Con menos que el año pasado, Panathinaikos vuelve a la Final Four. Sin Spanoulis y sin Pekovic pero letal cuando el viento sopla a favor. La sensación es que hace un año el Barcelona hubiera sacado de pista al equipo griego (lo hizo en el Top 16). Pero hace un año el Barcelona no era este Barcelona y el duelo Diamantidis – Ricky no resultaba tan dramáticamente nefasto para la imagen del español. A Pascual le está cayendo encima el proceso de oxidación que ha corroído en las últimas semanas a toda la sección y quizá su mayor pecado, con perspectiva, sea haber perdido dos series a cinco partidos (las dos con factor cancha en contra) y con un balance total de 1-6 con este equipo que de repente se ha atascado en la circulación y la transición y que de repente parece incapaz de evitar sangrías casi rutinarias de los pívots rivales. Con todo, la apuesta debería ser continuista en el banquillo y supongo que Creus no tendrá dudas en ese sentido. Pascual ha ganado mucho y bien y hace un año Europa se deshacía en halagos hacia él y daba por enterrado a Obradovic, por entonces un viejo dinosaurio un poco cascarrabias. Lo recuerdo porque las memorias son frágiles y las modas caprichosas.

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En cuanto a la plantilla el futuro sí puede ser complicado, no sé si peliagudo. Y no hablo tanto de voluntad como quizá de necesidad: Mickeal tiene 33 años y su vuelta en pleno rendimiento está en duda. Navarro tiene 30 años. N’Dong 33 y Morris 32. Grimau y Lakovic (que ya estuvo más fuera que dentro), 32. Hay contratos que se acaban y decisiones que tomar sobre los extracomunitarios. Ricky y Fran Vázquez pueden irse. Muchas decisiones que tomar y escenarios que imaginar y resolver. Aterrador según se mire para un proyecto a priori mucho más estable pero que cuenta, lo digo otra vez y lo diría mil si fuera menester, con Chichi Creus, una garantía de serenidad, trabajo, conocimientos, previsión y buen manejo del dinero que el club ponga en sus manos. Conviene no entrar en el terremoto de rumores y conviene dar el crédito justo a los nombres que ya están sobre la mesa (Vesely, Teodosic…).

Estos son los hechos: para el Barcelona la sensación es de fracaso por no entrar en la Final Four. Más en esta Final Four de Barcelona. La estampa del equipo es más lánguida de lo previsto ahora en abril y en general más humana durante toda la temporada, meses después de que este Regal Barcelona personificara el baloncesto del futuro, un estilo arrollador y precioso con casi todo lo mejor del baloncesto de los dos lados del Atlántico. Ya no juega tan bien y ahora parece y de hecho es más vulnerable. En verano tendrá que tomar decisiones importantes e hilar fino. Todo eso son hechos y todo eso es lo que he intentado desentramar en este artículo. No es ni una crítica destructiva ni una retahíla oportunista, sólo un boceto de donde está ahora y cómo está ahora un equipo que aún tiene en su mano dar un golpe de autoridad, reafirmarse, convertir la crisis en oportunidad (¿no lo son todas?) y volver a reinar.

9 Comentarios

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Floc de neu

Un placer leer el comentario. Juanma, por favor, déjale un copia escrita a Roncero. Así, disimuladamente...Bromas aparte y como aficionado al baloncesto, reconozco lo positivo de mantener a Joan Creus y Xavi Pascual tirando del carro. La clave estaría, en mi opinión, en renovar acertadamente la plantilla. Como blanco acérrimo, si alguno de los 2 "técnicos" abandonan la nave blaugrana, reconoceré que dan ventaja a sus rivales.

04/14/2011 11:39:31 PM

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Alvade

Juanma, me pregunto por qúe no escribes más a menudo...Y dal, no una copia, ¡un boceto! a Roncero y cía de como se debe escribir en un medio comunicación... Excelente artículo, y no se puede describir mejor la situación actual del Barcelona. El próximo año, de seguro no tienen contrato Anderson, Lakovic, Grimau, Basile N'Dong, Mickeal y, si no me equivoco, Lorbek. Si Ricky y Vázquez hacen las américas, sólo quedarían Sada (28), Navarro(31), Ingles (22), Perovic (26). Con dinero fresco de las salidas, la opción de hacer un nuevo proyecto es interesante, y si me apuráis, a parte de necesario, motivador. Coincido con Floc de Neu, en q tanto Creus como Pascual deben de seguir dirigiendo esta nave (algo podrían aprender en mi Madrid en cuanto a dirección técnica) y estimen las renovaciones justas y necesarias, pues tener gente poco implicada en el proyecto, perjudicará al equipo

04/15/2011 09:50:40 AM

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Pedro

Soy aficionado al Barça , y soy aficionado a Juanma ; espectacular , fantástico , claro , rotundo , sin " peros" ; no se puede escribir mejor , definir mejor ( siempre con respeto y sin chabacanería ) lo que ha venido sucediendo al Barça .

FELICIDADES por el artículo ¡¡¡ ( No cambies tu manera de escribir )

04/16/2011 08:38:00 PM

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sitoroq

Supongoque apaleado por Obradovic lo dices en sentido metafórico porque los partidos se resolvieron muy ajustados la mayoría y con unos arbitrajes más que dudosos con técnicas injustificables a navarro. Sí es cierto que tácticamente fue muy superior a pascual que, creo, es el principal motivo con su poca cintura táctica de que el Barça no juegue esa final4 y esté como está

04/17/2011 09:27:36 AM

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ivan

soy cule y solo te digo juanma que tu articulo es impresionante,digno de mostrar en una facultad de ciencias de la informacion.porque los tiempos en el periodismo actual...... gracias

04/17/2011 10:28:34 AM

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futurejournalist

Una vez más sublime artículo. Yo pienso que estando de acuerdo en todo lo que has expuesto, la cosa puede reducirse a dos nombres: Ricky y Mickeal. A Ricky se le está atragantando ese paso que dices tú de la niñez a la madurez y yo no veo nada claro que triunfe en la NBA. Y, aunque Anderson es insustituible, no es Pete Mickeal. Ni mucho menos. Calidad tiene, pero le falta todo lo demás para llegar al nivel de Mickeal. Por cierto en cuanto a los títulos, yo pienso que el Madrid si no es por el trance en que entraron Anderson y Sada podría haberse llevado la Copa. Con esto quiero dirigirme también a los del Madrid que han escrito. Yo creo que el Madrid ya tiene proyecto, forma de jugar, y con un par de retoques (Carroll por favor, elige ser blanco), seremos equipo competitivo para muchos años.

04/17/2011 08:43:16 PM

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Pepu

Con dinero para fichar a quien quieras, se pueden hacer muchas cosas... Creus lo ha hecho bien pero insisto con mucho dinero, Navarro, Ricky, Mickeal, Ndong, Vazquez.... Ahora si, a Pascual creo que se le va de la mano este entuerto. El año pasado bien con excepción de la final acb y el barco se le escapa. No puede ser que un segundo entrenador hasta hace 2 años pueda llevar este barco mucho tiempo. Hace falta alguien con más galones.

04/18/2011 01:01:17 PM

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Marcos Zaragoza

Coincido con otros comentarios en que el articulo es impresionantemente analítico y reflexivo, realista, sin forofismo.

Vengo de leer el de Roncero y me ha parecido lamentable, el merenguismo a ultranza (sobretodo el futbolero) y la prepotencia catellana me producen ardor de meninges. Son faltones y faltos de autocritica.

Felicidades y saludos.

04/18/2011 01:08:52 PM

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Javi

Solo tres datos: Pete mckeal enferma. Pete es crucial para el Barca. Es mas, es su pilar junto con Ricky Rubio. Puede que el juego de Pete no sea tan llamativo como el de Navarro. Pero es mucho más completo: Rebotea, penetra, anota, imtimida, tapona y defiende con mucha agresividad. Es decir: un jugador básico en el esquema de Pascual. Ricky, que esta jugando muy por debajo de su nivel, no tiene sustituto en el banquillo. Lakovic es más un escolta que un base. ¿Una laguna en la plantilla? Basile, es uno de esos viejos rockeros, muy dificil de sustituir. Una autentica ametralladora. Anderson y Morris, son muy buenos. Pero no se pueden comparar con Basile. Fin de ciclo: De momento ni hablar. Todo depende de la recuperación de estos tres jugadores. Si el año que viene no estan a su nivel, sera el momento de iniciar otro proyecto.

04/19/2011 07:19:12 PM