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Howard eligió marcharse

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Un blog para tratar el pasado, presente y futuro del baloncesto tanto nacional como internacional: ACB, ULEB, Euroliga, Eurocup y la NBA.

Autor: Juanma Rubio

Howard eligió marcharse

Ningún gran jugador, suponíamos, se va de los Lakers en sus años de plenitud. Nunca. De hecho los Lakers no invierten demasiado sudor en las carreras de reclutamiento que agotan a franquicias mucho más mundanas. No: suelen hablar los 16 anillos, las 32 finales. Las camisetas retiradas. Chamberlain, Baylor, Magic, Kareem, Worthy, Jerry West, Shaquille… De hecho el último jugador prominente que le dio calabazas fue A.C. Green, que se fue a los Suns… en 1993.

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Algo, al menos una pequeña parte de toda esa mística se ha resquebrajado con la decisión de Dwight Howard de no regresar a Hollywood una vez terminado su contrato y marcharse a Texas para enrolarse en los Rockets. Es probable que a los grandes jugadores de hoy les baste con luchar contra sus contemporáneos y no tengan demasiado interés en medirse con la historia, con los recuerdos que conforman la mística de la NBA. Son otros tiempos. De hecho, ya abierto el melón, desde el bando laker se filtra que en la última reunión con Howard este apenas devolvía la mirada y se mostró siempre inexpresivo. Con la decisión ya tomada. Howard se va a los Rockets y es tan mal relaciones públicas de sí mismo que su imagen sale aún más mellada a pesar de que ha rechazado al gran pretendiente y ha renunciado a 30 millones de dólares: los Lakers podían llegar a 5 años y 118 millones. Los Rockets a cuatro y 87’6. Suficiente. También se ha filtrado, por cierto, que Howard pidió en el arranque de su única y maltraída temporada en L.A. el fichaje de Phil Jackson. Se fue Mike Brown pero llegó D’Antoni. Y en este par de párrafos están, de forma más o menos explícita, las claves de una resolución improbable a priori pero simplemente lógica en la práctica.

Dwight Howard quiere ganar a lo grande (jugó la final en 2009 y desde entonces casi nada ha ido como debería) y siente que lo tiene más fácil (o más a su gusto) en Houston, que vende presente en lugar de la mezcla de pasado y futuro que ofertaban los Lakers. Después de dos años entre lesiones y una gestión circense de su toma de decisiones, no quiere entregar un próximo año que apunta a tránsito en L.A., donde 2014 se espera como el maná. Ahora mucho más, claro. Howard no quería ser entrenado por D’Antoni pero le encanta la idea de aprender de Kevin McHale. Jim Buss y Kupchak no le transmitieron la pasión que puso Daryl Morey, General Manager de los Rockets. Howard anticipa sintonía con Harden pero no quiere dar más notas en la partitura de Kobe Bryant. En Los Angeles ganar es una obligación, en Houston hacerlo sería una heroicidad. ¿Los Lakers han tenido como centers a Chamberlain, Kareem y Shaquille? En el relato de la historia rocket aparecen Ralph Sampson, Hakeem Olajuwon y Yao Ming. Hasta Dikembe Mutombo…

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En realidad los Lakers nunca fueron el plan A de Howard, quizá porque Shaquille O’Neal hizo el camino Orlando-L.A. con tan buen resultado que cualquier intento iba a sonar a réplica. De hecho Howard pidió irse de Orlando, luego se quedó y luego pidió irse otra vez. Apretó para ir a Brooklyn y optó por Lakers como mal menor, un tránsito de un año con la mente abierta. Ese año no trajo el idilio que los Lakers y su tradición heráldica esperaban, Postoperatorio difícil, otra inoportuna lesión de hombro, cambio de entrenador, presión salvaje y unas pírricas 45 victorias para salvar de milagro un puesto en playoffs que valió una barrida ante Spurs. Pocas migas con Kobe, poco que esperar de Nash y una unión con Gasol que resultó en cualquier cosa menos en cimientos de unas nuevas torres gemelas. En realidad, los Lakers lo tenían negro y acabaron colgados de los 30 millones extra de su oferta. Para nada.

Howard (27 años) eligió, y es perfectamente legítimo, crecer junto a un equipo en crecimiento. Un equipo que gracias a Yao Ming es referencial en China, donde la imagen de Howard sigue valiendo oro. Un equipo al que pidió un esfuerzo por su compadre Josh Smith, que se ha ido a los Pistons no se sabe todavía muy bien a qué (más allá de, claro, a ganar 56 millones). Howard, aunque resulte un personaje algo molesto, ha elegido por criterios deportivos. Los suyos, pero deportivos. Y eso, y más perdiendo dinero, es muy respetable. Howard, y sé que mucha gente ha dejado de pensarlo, sigue siendo en mi opinión el mejor pívot de la liga cuando está perfectamente sano. Definitivo en defensa y, con todas sus imperfecciones, muy útil en ataque si juega junto a tiradores que castiguen las ayudas y con buena ejecución del pick and roll. De todo eso no hubo nada en los Lakers de Mike D’Antoni. Tampoco su salud. Ni la de Nash, Gasol o finalmente Kobe. Y aún así Howard acabó con más de 17 puntos y 12 rebotes por partido. Hibbert tiene potencial para ser mejor. Noah y Marc Gasol son dos extraordinarios pívots. Tyson Chandler sabe defender y Brook Lopez atacar. ¿Alguno es más determinante en el juego hoy por hoy que la mejor versión de Dwight Howard?

Creo que no. O eso vamos a comprobar a partir de ahora. Porque Howard ha decidido y al hacerlo ha pasado a cargar con la enorme presión que acompañará a sus actos. Ya no podrá escudarse ni en el entrenador (al que él ha elegido), ni en el sistema (que ha bendecido), ni en los compañeros (a priori de su perfecto agrado). Si las cosas no van como todo el mundo espera en Houston, Howard será el primer y gran responsable. Más que Harden, más que McHale y más que Morey, el padre del milagro.

Morey

Porque Houston Rockets es un ejemplo extraordinario de reconstrucción, un trabajo culminado en los dos últimos veranos y cuando muchos ya tachaban de suicida a un General Manager dinámico, ambicioso y de ideas modernas. Aspirantes sin haber pasado por vergonzosas temporadas sumergidos en la nada, compitiendo y reestructurándose. Mucho mérito de ello hay que dárselo al maestro Rick Adelman pero ha sido Morey el que en cuatro años ha convertido la era McGrady/Ming, abortada por las lesiones, en la era Harden/Howard. Nada queda de aquel equipo sobre el papel excelente en el que las dos estrellas formaban junto a Artest, Battier, Scola, Landry, Lowry o Mutombo. Excelente manejo de los traspasos y las rondas de draft y visión en el cálculo del riesgo. ¿No funcionó Trevor Ariza? Chandler Parsons llegó como alternativa más barata y finalmente mejor. Se traspasó a Lowry, se dejó ir a Dragic y se amnistió a Scola. Y todo ha terminado por tener sentido. Al menos hasta que comience la temporada y manden los caprichos de la pelota.

Una jornada loca en el mercado de agentes libres acabó con Howard en Houston e Iguodala en la bahía de San Francisco; Y con Rockets y Warriors como aspirantes a lo máximo si todo va como debe y en plazos ciertamente cortos. Los Warriors se han movido extraordinariamente bien en los últimos tiempos con Jerry West como gurú y Mark Jackson como descubrimiento en el banquillo. West, por cierto, se fue de los ahora desnortados Lakers para ocupar un rol al menos en lo espiritual no muy distinto al de Pat Riley en Miami. Son tipos que saben de baloncesto y saben cómo conseguir que las cosas sucedan de la manera que diseñan. Los dos con pasado laker, sal en una herida que abre la necia fobia de Jim Buss a Phil Jackson. Apartado primero como entrenador, después como arquitecto de despachos. Pena capital.

Iguodala, por cierto, formó parte del mismo y gigantesco trade que acabó con Howard en los Lakers. Entonces Orlando Magic era el pagano, un primo que ahora parece algo muy parecido al vencedor moral. En los Lakers no siguen ni Howard ni los que llegaron con él (Clark y Duhon). Denver se hizo con Iguodala, que se ha ido a los Warriors. Y Philadelphia apostó por Andrew Bynum, que se ha ido sin saltar a una pista como sixer, en una decisión que le lastró la pasada temporada y le lastrará las siguientes. Orlando mientras ha puesto en marcha con las piezas obtenidas una sana reconstrucción en la que serán importantes Vucevic, Harkless, Tobias Harris o el recién llegado Victor Oladipo. Esperanza en Florida y trasquilones en Los Angeles, Philadelphia y Denver. La vieja premisa del póquer: si a los cinco minutos no sabes quién es el primo es que el primo eres tú.

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El Oeste se reordena con el ascenso de Warriors, Rockets y los Clippers de Doc Rivers. O el progresivo crecimiento de los nuevos Blazers de Lillard. El baile de sillas deja fuera de juego a los ateridos Lakers, a los Mavericks que deshicieron un equipo campeón según un plan que ha ido de batacazo en batacazo; Y a los kafkianos Nuggets que en cuestión de semanas se han quedado sin General Manager, sin entrenador (George Karl, recién nombrado Entrenador del Año) y sin Iguodala. Es la lógica de una NBA que afronta una temporada en la que todos mirarán de reojo a la siguiente. El draft de 2014 promete alta cocina: Julius Randle, Marcus Smart, Jabari Parker o la joya de la corona, un Andrew Wiggins por el que muchas franquicias sumarán gustosamente derrotas a partir de noviembre. Además, el mercado de agentes libres es también el más poderoso que se recuerda. A priori y a la cabeza LeBron James, Dwyane Wade, Chris Bosh, Carmelo Anthony, Paul George, Luol Deng… o Kobe Bryant y Pau Gasol.

Porque ese mercado del próximo verano es la gran baza de los Lakers, que saben que lo que no ha funcionado con Howard sí funcionará con otros y que al fin y al cabo son los Lakers. El segundo mayor mercado de la NBA, Hollywood, la butaca de Jack Nicholson en la sección 102 del Staples. Y los dieciséis anillos. Sin embargo, hay nubarrones que parten de un nuevo convenio que impide gastar de forma radical a los más acaudalados y manirrotos a golpe de un impuesto de lujo criminal, y que terminan en las dudas en torno a quién será el entrenador por entonces y qué hará un Kobe Bryant que la próxima temporada cobrará más de 30 millones. Una barbaridad que tendría que caer (muy) en picado en la previsible renovación para que llegue una nueva hornada de talento.

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Los rumores, claro, apuntarán a LeBron, que desde luego no ha descartado seguir en Miami como prioridad ni regresar a Cleveland como intrigante versión posmoderna del hijo pródigo. Es difícil imaginar que a LeBron le apetezca otra reconstrucción demasiado ardua y ya en 2010 rechazó a Knicks o Bulls en una muestra de que, así son los nuevos grandes jugadores, prefiere construir nuevas historias que sacar brillo a las viejas. Así que el panorama en L.A. no es tan alentador aunque ahora mismo sólo estén comprometidos para la 2014/2015 más de nueve millones que cobrará Steve Nash. Con todo, se puede apostar a que los Lakers volverán y no es descabellado pensar que quizá llegue antes su decimoséptimo anillo que el tercero de Houston Rockets. Pero eso no cambiará nada de lo sucedido en unas horas convulsas en las que Dwight Howard eligió perder dinero para no seguir en los Lakers y soñar con una nueva dinastía en Texas. Harden por delante de Kobe y el otoño en camino para empezar a desentramar un nuevo nudo en busca de respuestas en una liga que afronta una temporada en la que Lakers y Celtics no serán relevantes y en la que la jerarquía de Miami se enfrentará a peligros de naturaleza mutante, formas muy distintas de hacer camino con el gran trono en el horizonte: Bulls, Pacers, Nets, Knicks, Thunder, Spurs, Clippers, Grizzlies, Rockets, Warriors…


7 Comentarios

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jamesH

Brutal noticia, asi da gusto leer cosas de la NBA, un aplauso para el creador.

07/07/2013 12:55:38 AM

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Elm

Excelente articulo. Esta temporada va a ser increiblemente interesante, pero sobre todo por ver quien pierde mas y se queda con los mejores del proximo Draft. Y lo de 2014 va a ser la bomba, la NBA podría cambiar por completo con todos esos AL y los futuros Rookies. Estoy deseando que pasen ya estos 12 meses!

07/07/2013 09:25:14 AM

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Wylly

Gran articulo. La culpa de toda esta situacion la tiene el duo Jim Buss & Kupchak. una planificacion horrenda desde el primer momento. Traer a D'Antoni con los jugadores que habia fue un error historico, y mas como dices en LA. Veremos que sucede ahora, pero sospecho que el Staples va a hablar muy fuerte y van a caer cabezas. Espero que llegue Phil Jackson como presidente de operaciones (o como lo quieran llamar) y podamos olvidar estos 2 ultimos años donde el inepto del hijisimo se ha cargado el legado de su padre.

07/07/2013 11:09:41 AM

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Bend3r

Gran artículo, pero si tenemos en cuenta los impuestos y la duración del contrato, Howard no va a perder dinero.

07/07/2013 06:10:19 PM

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ARK Ecommerce

Buenisima noticia...

07/09/2013 12:12:09 PM

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Sr Lobo

Olajuwon está a la altura de Shag, Wilt y Jabbar y sin embargo parece que lo minusvaloras... Genial artículo, sin embargo

08/05/2013 10:35:51 PM

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pablo

excelente blog muchas felicidades!

12/02/2013 08:31:06 PM