He tenido la suerte de estar este mediodía (lunes) con los españoles que volvían de Doha, incluidos, claro, los tres medallistas, a su regreso de los Mundiales. Aparte de contar cada uno sus cosas, la comidilla entre ellos y entre los que les esperábamos era el hecho de que TVE no hubiera transmitido, por primera vez en la historia, esta competición. Todos ellos se movían entre la indignación contenida y la resignación. Natalia me decía que no era nada bueno no sólo porque la gente no haya podido ver un gran espectáculo, sino porque los patrocinadores comenzarán a pensarse si merece la pena invertir cuando no hay imágenes por TV. No nos engañemos: a la larga, lo que no sale en televisión, se atrofia o se muere.
Parece que los derechos de transmisión pedidos a TVE ascendía a la astronómica cifra de... ¡10.000 euros! "La próxima vez, que nos lo digan, hacemos una colecta entre los aficionados y lo pagamos a escote", bromeaba Pepillo Alonso Valero, todavía récordman español de 400 metros vallas, antiguo compañero mío de Selección y ahora mánager de mucho prestigio nacional e internacional, entre otros atletas de Natalia Rodríguez, a la que se llevó desde Barajas a la estación del AVE, camino de Tarragona. Yo le secundo. La próxima vez, me echo la mano a la cartera. ¡10.000 euros! No entiendo nada. Y es que este país tiene deportistas que no se merece. Y atletas que tampoco se merece. Siento escribirlo, pero es así. Además, una cosa es que no compres los derechos de transmisión (lamentable), pero más lamentable aún es la información que se ha dado en los servicios informativos. No quiero seguir.
Y por eso vamos a otra cosa. Natalia Rodríguez, con ese gesto un poco triste que siempre tiene, estaba deseando ver a su hija. Ruth Beitia decía que en la tarde del lunes lo único que quería hacer era dormir (me temo que no la van a dejar) y Sergio Sánchez posaba con su bellísima novia, emocionada, con su hermano y con una prima. Todos ellos habían llegado de León. Natalia, Ruth y Sergio. Subcampeones del mundo, pero gente humilde y sencilla, que atiende a cualquiera, sin divismos. Yo les admiro y espero verles a todos un escalón más alto en el Europeo de Barcelona. Allí sí habrá camáras de Televisión Española.