La Selección terminó novena en el Campeonato de Europa por países y creo que a todos nos ha sabido a poco, aunque no se podía aspirar a mucho más. El año anterior fuimos octavos, así que no existe un retroceso claro. Me gustó especialmente Jesús España, vencedor en 3.000 metros, un maestro de la estrategia y un hombre muy difícil de batir en carreras tácticas. Los que seguís este blog sabéis de mi admiración por Jesús, y no sólo atléticamente hablando. España aúna la categoría deportiva con la personal, es un hombre modesto y generoso. Y eso es de agradecer. Yo le vi fenomenal el domingo y creo que en los continentales de Barcelona hará un gran papel en 5.000, una carrera que va a ser de las más interesantes, con el británico Mo Farah, Alemayehu Bezabeh, Sergio Sánchez... Vamos a disfrutar.
Del resto de españoles en Bergen hay que destacar a Rosa Morató (segunda en obstáculos), a Alemayehu Bezabeh (segundo en 5.000) y a Jackson Quiñónez (tercero en 110 mv), respectivamente. Rosa es una atleta de gran categoría, perfecta lugarteniente de Marta Domínguez. Bezabeh y Quiñónez son dos nacionalizados, sí, pero dos nacionalizados que han triunfado internacionalmente gracias a nuestro país, porque cuando llegaron aquí no tenían la categoría internacional que ahora tienen, sobre todol el ex etíope. Y lo han conseguido dirigidos por técnicos españoles, con la ayuda de la Federación Española y en instalaciones españolas. Los atletas han aportado la genética, claro, pero España les ha catapultado.
En todo caso, no hay que rasgarse las vestiduras por el hecho de que haya nacionalizados en el equipo. Nuestro país tiene una fuerte inmigración y eso acaba notándose en los equipos nacionales. Por ejemplo, a Bezabeh le ganó en 5.000 un británico, Mo Farah, nacido en... Mogadiscio (Somalia). Llegó a Gran Bretaña huyendo de la guerra endémica de su país y allí le ayudo mucho, incluso económicamente, Paula Radcliffe. El que más y el que menos tiene nacionalizados en sus filas.
También hubo malas actuaciones en el equipo, algunas en especialidades donde somos una potencia continental, pero me vais a permitir que por hoy me olvide de ellas. ¿Y el nuevo formato de esta competición por equipos, que cumple ya su segunda edición así? A mí no me disgusta. El antiguo estaba agotado, aunque tuvo una época de gran esplendor, cuando esta Copa de Europa reunía a las grandes estrellas. Pero desde entonces el nivel europeo ha bajado, los atletas de altísimo nivel son menos y los deportistas son más reacios a competir. Para que el experimento triunfe cada país debería comprometerse a actuar con lo mejor de lo mejor, pero hay ausencias importantes. Entre las nuestras, Marta Domínguez, por ejemplo. Aunque todo se dará por bueno si la palentina es campeona de Europa. Y ya sabéis que es especialista en preparar a fondo los grandes acontecimientos y en brillar en ellos.
Pero mientras la mayoría de nosotros mirábamos a Bergen, sucedían otras cosas en España. Manolo Martínez, tras su paréntesis como actor y tras una lesión, ha vuelto para lanzar 18,09 metros. Muy poco, por el momento, pero el Gran Capitán progresará. Ser finalista en Barcelona es el reto. Y en otro lanzamiento, el de jabalina, Borja Barbeito llegó a 68,83 metros y batió el récord español júnior que tenía Antonio Esteban en 67,66 desde hace siete años. Otro paso a delante de los chavales jóvenes. Como los 1h 30:14 de Julia Takacs en los 20 kilómetros marcha de los Cantones de A Coruña, plusmarca española promesa. Fue quinta y venció Beatriz Pascual, de la que hay que esperar cosas importantes en Barcelona. Como de María Vasco, por supuesto. Yo sigo siendo optimista cara a los continentales.