He pasado una mañana con Oscar Pistorius en Madrid y me ratifico en dos cosas que ya pensaba antes de conocerle en directo: que le admiro profundamente como persona y como deportista y que no estoy de acuerdo en que sea elegible para competir en pruebas de atletas no disminuidos físicamente. Añado, además, que es un hombre muy inteligente, entrañable, educadísimo y con un carisma muy especial, capaz de convencer a muchos de muchas cosas.
Le admiro como persona. Nació sin peronés, lo que obligó a amputarle las piernas de rodillas hacia abajo cuando tenía once meses, creció con una minusvalía feroz y sin embargo ha sabido sobreponerse a todo ello con un gran éxito y con una alegría contagiosa (“Hay que estar siempre de buen humor”, dice). Y le admiro como deportista porque con unas prótesis es capaz de correr los 400 metros en cerca de 46 segundos. El 22 de noviembre cumplirá 24 años, los mismos que ahora tiene Usain Bolt.
Pero me ratifico en que creo que tiene ventaja clara sobre un atleta de sus mismas características que no esté amputado, porque sus prótesis (que valen 5.000 euros) le impulsan extraordinariamente en cuando adquiere una cierta velocidad. Esa fue la opinión de los científicos de la Universidad de Colonia (Alemania) y en ella se basó la IAAF para no permitirle correr con “atletas normales”. (El entrecomillado pertenece a palabras del propio Pistorius, lo que advierto para que no haya susceptibilidades). El sudafricano recurrió al Tribunal Internacional de Arbitraje, con sede en Lausana (Suiza) y aportó opiniones contrarias recabadas del Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Universidad de Houston, de Estados Unidos, ambas de gran prestigio mundial. El TAS dio la razón a Pistorius y desde entonces puede competir y optar a Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos. Y en esas estamos.
Y como una mañana da para mucho y en la información publicada se quedan necesariamente fuera cosas curiosas, aquí os las resumo, en sus propias palabras:
Primeras prótesis:
“La primera me la pusieron con trece meses. Mi familia era modesta y al principio se trataba poco más que de zapatos de madera, financiados por el Estado. Más tarde, mi madre fue a una empresa de medicina, pidió ayuda y me dieron unas muy buenas, que esa misma empresa pagó. Los niños más pequeños se acercaban a mí y yo les explicaba cómo eran. Los críos tienen una mentalidad abierta y aceptan esto sin problemas. Sus padres también lo hacían. Hay que acostumbrarse a que cada vez hay más gente con minusvalías. No hay que esconderse”.
Apoyo familiar
“Mis padres (Henke y Sheila, fallecida cuando él tenía 15 años por una reacción alérgica a unos medicamentos)) siempre me han animado a hacer deporte y mi país, Sudáfrica, cuida mucho este aspecto en las escuelas. Cuando yo tenía un año mi madre escribió una carta para que yo la leyese cuando fuera mayor. Decía: ‘Un perdedor es el último de una carrera, sino el que se sienta y mira cómo corren los demás’. Fue una lección para mí”.
Prótesis para competir
“Las diseñó mi padre, que es ingeniero aeronáutico. Están fabricadas en fibra de carbono. A mí me gustan las más duras, con 80 capas, pero me causaban mucho dolor en la espalda, así que utilizo unas de 50 capas, más blandas. Pensamos en diseñar prótesis más altas, para tener mayor zancada, pero perdía frecuencia y el resultado no era bueno”. Las prótesis reciben el nombre de Cheetah (Leopardo).
Le gustan más los 200 metros
“La prueba en la que mejores marcas consigo es la de 400 metros, pero lo que más me gusta es correr 200. Cuando compito en 100, siempre me arrepiento, porque me cuesta mucho arrancar”. Dice que los 400 metros constan de cuatro fases, una por cada tramo de 100 metros, y él las llama ‘las tres pres’: Power (Poder), Pace (Ritmo), Position (Posición) y Pray (Rezar)”. No es mala evaluación. Como ex cuatrocentista, coincido plenamente con ella. Pistorius tiene 21.41 en 200 (Potchefstrom, 4 de marzo de 2010) y 46.02 (Celle Ligure, 8 de julio de este mismo año).
Atletas favoritos
Además de a Usain Bolt, una especie de dios para él, cita en 200 metros a Wallace Spearmon (19.65) y en 400 a Angelo Taylor (que tiene la mejor relación lisos-vallas de la historia, con 44.05 y 47.25).
Entrenamientos
“Me entreno con doce atletas, entre los que tres somos discapacitados. Hago mucho trabajo en el gimnasio, porque es vital para mí. El calentamiento lo hago en bicicleta y algunos entrenamientos los efectúo en piscina. Hago bastantes pesas”.
Al final nos hicimos unas fotos, le regalé unas páginas de AS dedicadas a él y me despedí de Pistorius en la sala VIPS del Santiago Bernabéu respetándole aún más como persona y como deportista. Pero sigo pensando que debe competir sólo en Paralímpicos, con toda mi admiración.
Mejores atletas del año
Cambiando de tercio, aquí os ofrezco una actualización de cómo van las votaciones por internet sobre mejores atletas mundiales del año. Es un tanto sorprendente:
Hombres
1. Tadesse; 2. Rudisha; 3. Gay; 4. Oliver; 5. Thorkildsen; 6. Lagat; 7. Lemaitre; 8. Tamgho; 9. Hooker; 10. Cantwell.
Mujeres
1. Defar, 2. Cheywa; 3. Murer; 4. Vlasic; 5. Campbell-Brown; 6. Felix; 7. Ennis; 8. Wlodarczyk; 9. Rypakova; 10. Ostapchuk.
Post Data:
Os prometí escribir sobre el entrenamiento de Arturo Casado y Nuria Fernández, descrito por sus entrenadores (Arturo Martín y Manuel Pascua Piqueras) y lo haré muy pronto, cuando la actualidad no nos lleve a otros temas.