Madrid pasó el corte. Mis temores se disiparon. No lo tenía claro, de verdad, pero ha pasado y en primera posición. Es una decisión técnica, profesional, estudiada. Luego, el 7 de septiembre de 2013 vendrá la votación del pleno del Comité Olímpico Internacional. Ahí las cosas serán distintas, porque interviene la política, las razones económicas, las simpatías personales…
Así que ahora empieza lo más complicado. Hacer campaña sin que parezca que la haces, porque el COI es muy estricto en sus códigos de conducta, y de hecho esa campaña, siempre discreta, no puede hacerse hasta el 1 de enero próximo, aunque en los Juegos de Londres las tres ciudades candidatas (antes eran cinco aspirantes) serán invitadas como observadoras y podrán presentar discretamente sus proyectos. Madrid lo hará en la Casa España. Es el tiempo de la diplomacia, de saber vender lo bueno que tenemos.
He estado esta mañana en una conferencia de Prensa en el Ayuntamiento de Madrid, protagonizada por Miguel Ángel Villanueva, vicealcalde de la capital (la alcaldesa estaba aún en Quebec, o de viaje de regreso), al que acompañaba Raúl Chapado, uno de los mejores triplistas españoles de la historia, persona entrañable y profesional competente, que ejerce la importantísima labor de Director de Deportes de la candidatura.
Raúl lo tiene claro: “El proyecto técnico que hemos presentado es la defensa, si fuéramos un equipo de fútbol o baloncesto, pero la promoción es la que debe ganar los votos”.
Esa es la cuestión: ganar votos. Parece una perogrullada, pero no lo es. Madrid acudió como candidata a los Juegos de 2012 y 2016 con dos proyectos magníficos, pero fracasó en ambos porque, por lo que fuera, no supo captar voluntades. Eso es lo que debe cambiar ahora. Por el momento hay menos presencia de políticos, lo que me alegra y lo que, seguramente, redundará en beneficio de un futuro Madrid olímpico.