Conozco a Miguel Ángel Prieto desde tiempo inmemorial y tuve el placer de verle entrar en tercera posición en el entonces llamado Neckardstadion de Stuttgart (Alemania) en los 20 kilómetros marcha de los Europeos de 1986, aquellos en los que también ganaron medallas Carlos Sala en los 110 metros vallas (bronce) y Mari Cruz Díaz en 10 kilómetros marcha (oro). Un estadio magnífico que antes se llamó Adolf Hitler Kampfbahn (1993 a 1949), luego Neckarstadion (1949 a 1993), posteriormente Gottlieb-Daimler Stadion (1993 a 2008) y ahora Mercedes-Benz Arena.
Miguel Ángel también acudió a los Mundiales de Roma 1987 (27º) y Tokio 1991 (21º) y a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, en los que fue décimo, en aquella carrera en que venció Dani Plaza y fue descalificado Valentí Massana cuando iba camino del podio y con el estadio a la vista.
Posteriormente, se retiró y se dedicó a su profesión de fisioterapeuta. Actualmente dirige la clínica Fisiomadrid, junto con Olegario Regidor, otro ex atleta internacional. Y ha regresado a la competición, a los 46 años (nació el 20 de septiembre de 1964) y después de 18 de inactividad. Y lo ha hecho con éxito, hasta el punto de que ha vuelto a ser internacional.
Escribí estas líneas mientras él estaba compitiendo en Moscú, participando como invitado en el Campeonato de Rusia de marcha. Buscaba allí la mínima olímpica A en los 50 kilómetros (3h 59:00). Está acreditado este año en 4h 01:24 (Pontevedra, 4 de marzo), de forma que el registro no parecía inalcanzable. Nos mensajeamos después de la carrera. "Me he retirado en el kilómetro 30. Las piernas no iban", de confesó. Sigue siendo un ejemplo y siento que no vaya a estar en Londres. La Federación Española dará la Selección de marcha para los Juegos de Londres en los próximos días.
Estuve conversando con Miguel Ángel justo antes de que partiese hacia Moscú (se paga el viaje de su bolsillo) y fue de nuevo un placer, como lo había sido siempre anteriormente.