Primera victoria de Vicente Añó, precandidato a la presidencia de la Federación Española, sobre el núcleo duro de este organismo: la Junta de Garantías Electorales, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ha anulado el calendario electoral por defectos graves. Ya ha sido sustituido por otro, que retrasa considerablemente todo el proceso. ¿Despiste de la RFEA o mala intención? Quiero creer que lo primero…
La anulación se basa fundamentalmente en dos puntos:
1. No se garantiza el plazo mínimo de cuatro días hábiles para la presentación de candidaturas a la Asamblea General desde la elevación a definitivo del censo electoral.
2. La votación no puede realizarse en viernes, porque según el propio Reglamento Electoral de la RFEA debe hacerse en sábado, domingo o festivo. La RFEA admite que votar en viernes va en contra de sus propias normas, pero arguye que se trata de un “incumplimiento formal de intensidad insuficiente”, en curiosa terminología legal. La Junta de Garantías Electorales rechaza abiertamente ese argumento.
En consecuencia, y como decía anteriormente, todo se retrasa de forma significativa. Por ejemplo, las elecciones a la Asamblea General estaban previstas para el 5 de octubre y ahora pasan al 17 de noviembre, y la elección de presidente, que inicialmente iba a producirse el 10 de noviembre, pasa al 16 de diciembre.
Parece claro que José María Odriozola pretendía acelerar las cosas al máximo posible, pues esa celeridad siempre beneficia al que ostenta el poder, porque su control sobre la ‘sociedad’ atlética está consolidado desde hace muchos años, mientras que perjudica a los nuevos candidatos, que tienen que crear esas redes.