Este domingo es un día clave para el atletismo español. En el Auditorio Goyeneche del Comité Olímpico Español la Asamblea Extraordinaria de la Federación Española va a elegir al hombre que regirá nuestro deporte en los próximos cuatro años. Ya sabéis: la continuidad de José María Odriozola frente al cambio tranquilo de Vicente Añó. Esa es la disyuntiva. El ser o no ser. O al revés.
Odriozola parte como favorito por varios motivos: presenta más avales que su rival; tiene a su favor el hecho de haber sido presidente durante 23 años, lo que le ha permitido ejercer un control férreo del atletismo español, y hay mucha gente que le teme. Ha colocado en la Asamblea a personas de su confianza, pero no a todas las que él hubiera querido. Además, me da la impresión de que el aparato federativo no está siendo muy neutral al respecto. Y debería serlo. Pero puede haber sorpresas.
Vicente Añó fue su mano derecha en los tiempos en que Odriozola era un grandísimo presidente. Es un gestor eficaz y reconocido, que hizo un trabajo excelente en los Campeonatos Mundiales de Sevilla 1999, por ejemplo. Y es un hombre sensato, que no es poco. Además, renuncia a cobrar el sueldo de presidente. Un gesto valioso en estos momentos. También ha colocado en la Asamblea a personas favorables, pero tampoco a todas las que hubiera deseado. Pero mantiene sus contactos de cuando era vicepresidente.
Con él va Fermín Cacho, distanciado en los últimos tiempos de Odriozola, y que, en principio, iba a presentar candidatura propia acompañado de Martín Fiz, que ha renunciado.
El que gane hoy tiene ante sí un Mihura: crisis económica, recortes drásticos e inevitables, malos resultados deportivos, cambio generacional no resuelto, distanciamiento entre la mayoría de los medios de comunicación y el atletismo (Odriozola no habla con AS, por ejemplo, salvo en ruedas de prensa, en las que a veces me llevo un rapapolvo que admito con educación), malas relaciones institucionales con el Consejo Superior de Deportes… Un negro panorama.
Mi opinión es libre y creo que Vicente Añó puede cambiar ciertas cosas, aunque no lo va a tener fácil. Odriozola es más de lo mismo. El uno me ilusiona; el otro no. Ambos han anunciado que nombrarán un director técnico, cargo que hasta ahora desempeñaba el propio Odriozola. Añó no da nombres, Odriozola tampoco, pero por ahí circula el nombre de un gran ex atleta, con el que tuve el honor de coincidir en la Selección española y del que tengo excelente opinión.
Los resultados se sabrán alrededor de la una de la tarde. Los podréis ver en as.com.