José María Odriozola ha expedientado a Chema Martínez porque el fondista corrió el Medio Maratón de Alicante, una prueba que está fuera del calendario porque, como otras, se niega a pagar el canon establecido por la Federación Española, al que algunos llaman "impuesto revolucionario". Chema ha recurrido y por ahora no hay respuesta federativa. Otro error del presidente, que ahora no lo es de la Española, sino de su Junta Gestora. Pero en la Avenida de Valladolid número 81 no se mueve un papel sin que él dé su visto bueno.
Creo que vuelve a errar. Chema no compitió en Alicante, en el sentido estricto de la palabra, porque ni aparece en la lista de salidas, ni en la de llegados a la meta, ni utilizó dorsal alguno. Sí recibió un homenaje. ¿También está eso prohibido? La RFEA lleva un determinado tiempo sumando equivocaciones. Reaccionó muy tarde y muy mal ante la Operación Galgo, no pocos atletas tienen la sensación de que se protege más al sospechoso que al limpio, obliga a las carreras populares a pagarle dinero sin que ella aporte nada, alteró su propia normativa electoral para beneficiar a la candidatura de Odriozola, ahora expedienta a uno de sus atletas más emblemáticos. ¿Hasta donde vamos a llegar?
Por cierto, a las 13:00 de hoy Vicente Añó presentará en la sede federativa los avales que le capacitan para ser candidato. Ya sabéis que las elecciones se celebrarán el domingo día 16. Vicente me dijo ayer que tiene más de setenta, aunque quizá no los presente todos, porque la cifra es muy superior a la necesaria. Odriozola guarda silencio con este periódico, aunque personas de su confianza apuntan a una victoria abrumadora. Yo no sé lo que va a pasar porque, como ya os he dicho, hay gente que dice una cosa en un sitio y la contraria en otro. Sobre la presentación de avales de Añó contaré cosas mañana. Sobre la de Odriozola lo contaré si él quiere.
MARTÍNEZ, MEDALLA OLÍMPICA
Me vais a permitir que recupere párrafos del post anterior, porque me parece importante, y que añada alguna otra cosa. Medalla olímpica de bronce para Manolo Martínez en los Juegos de Atenas 2004. Me alegro por partida doble. Primero, por él. Se lo merece. Ha sido un atleta ejemplar, en el que se han mirado los chavales jóvenes. Ha hecho mucho bien al atletismo, porque era carismático, grandísimo competidor y ha conseguido traspasar las fronteras del atletismo para ser conocido incluso por aquellos a los que el lanzamiento de peso no interesaba. Manolo lo ha popularizado. Y, además, es un estudioso del atletismo en general y de su prueba en particular.
En segundo lugar, me alegro porque ha caído un tramposo: el ucraniano Yuriy Bilonog. Fue campeón en Olimpia, en esos Juegos de Atenas. Ahora pasa a formar parte de aquellos deportistas que nos avergüenzan. Al menos a mí. Tendrá que devolver la medalla de oro. Y Manolo deberá recibir la de bronce. Se ha hecho justicia.
Y es que la lucha contra el dopaje es cada vez más intensa y cada vez más sofisticada. Desde Atenas (sospecho que incluso desde antes) las muestras se congelan y se espera a un nuevo avance técnico en la detección de sustancias prohibidas para analizarlas de nuevo. También se ha hecho en Londres, evidentemente. Y se hizo en Pekín. Poco a poco habrá sorpresas y tendremos que reescribir la historia. Por cierto, la lista de campeones olímpicos, mundiales o plusmarquistas del mundo que se han visto involucrados en casos de dopaje es tristemente amplia. Algún día la recordaré en este blog.
Por cierto, ayer hablé largo y tendido con Carlos Burón, el entrenador de toda la vida de Manolo. Carlos y yo nos conocemos desde que éramos casi adolescentes, pertenecíamos ambos a la Unión Deportiva Salamanca, y hemos compartido muchas experiencias, accidente de tráfico incluido en un viaje desde Madrid a la capital charra. Bueno, pues Charli, me dijo ayer cosas interesantes, algunas de las cuales tenéis en as.com y en el periódico en papel. Estas son otras:
"Estoy muy satisfecho y siento alegría porque Manolo haya entrado en la historia de los medallistas olímpicos. Han pasado ocho años, pero más vale tarde que nunca. Lo que sí es una pena es que no haya podido recibir la medalla allí, en Olimpia. Creo que no sería la única medalla que nos tendrían que devolver. Con Bilonog empezamos a competir en 1991 y Manolo le ganaba siempre, hasta que de repente dio un salto de dos metros en sus marcas. Yo creo que ya tenía energía nuclear antes de Atenas 2004. Nosotros entrenábamos mucho más que él. Mientras estábamos trabajando, Bilonog estaba poco menos que tomando el sol".
Bueno, pues se ha hecho justicia, con ocho años de retraso. Yo espero que a Manolo se le entregue su medalla de bronce con el ceremonial que merece.