La Federación Española de Atletismo no abrirá ninguna investigación sobre Marta Domínguez, a pesar de que las informaciones publicadas en El País por presunto dopaje desde que tenía 22 años son demoledoras. El Partido Popular tampoco hará ningún tipo de investigación, porque considera que esas informaciones no tienen nada que ver con el trabajo de Marta Domínguez como senadora.
Ni lo uno ni lo otro obra a favor de España en esa lucha contra el dopaje que me temo que está perdida, al menos en parte. No digo que Marta se haya dopado. Digo que a mi sí me interesaría que se abriese una investigación. Quiero saber. No es un delito.
La Federación Española vuelve a equivocarse, en mi opinión. Lo dijo Julio César: “La mujer del césar no sólo debe ser honrada, sino parecerlo”. Yo no digo que la Española proteja el dopaje, pero a veces da la impresión de mirar hacia otro lado. Y soy consciente de que en este organismo no todo el mundo está de acuerdo con determinadas decisiones de su cúpula directiva, que, a veces, dice cosas extraordinarias, en el mal sentido de la palabra.
Yo tengo la impresión de que se protege excesivamente a los atletas dopados, que los hay. Eso de la tolerancia cero es una frase buena, pero tras las frases tiene que haber hechos. Y yo echo de menos contundencia en la RFEA en este problema que tenemos y que nos hace ser sospechosos fuera de España. Y dentro, por cierto.
También se dice que el avestruz esconde la cabeza cuando hay problemas. Algo así hace la RFEA. José Luis de Carlos, gerente de la Española, llegó a asegurar a este periódico que ni siquiera había leído la información de El País en la que Marta Domínguez salía malparada. ¿Alguien se lo cree?
Y sobre el Partido Popular: ¿no merece la pena investigar si la información es fiable cuando Marta es senadora de esta formación y habla en la Cámara Alta sobre el dopaje, del que presuntamente se le acusa? Yo creo que sí. Me gustaría saber. ¿Tengo derecho? Por cierto, Marta no habla. Eso tampoco la beneficia, ciertamente.