Deportistas mártires en la II Guerra Mundial
Eric Liddel, campeón olímpico de 400 en París 1924.
Hoy (lunes, 1 de septiembre) hace exactamente 75 años que comenzó la Segunda Guerra Mundial, cuando al amanecer la Alemania Nazi invadió Polonia. Una serie de alianzas militares hicieron entrar en la contienda a Francia, a Gran Bretaña… y después a casi todos los países del mundo. ¿Y qué tiene que ver todo esto con el blog Carros de Fuego? Pues que en el conflicto más sanguinario de la historia murieron aproximadamente 60 millones de personas. Y entre ellas hubo no pocos atletas y muchísimos deportistas.
¿Y quiénes fueron? Aquí os cuento algunas historias. Son todas las que están, pero no están todas las que son, porque hubo miles y miles de atletas muertos en el campo de batalla, de todas las naciones. Vamos con ellos, con mi homenaje, independiente de por quién lucharon. Y empezamos por uno de los hombres de los auténticos Carros de Fuego:
Eric Liddel: Nació en China, donde su padre era misionero protestante (devoción que él mismo continuó), pero desde los cinco años residió en Escocia. Campeón olímpico de 400 metros en París 1924 y bronce en 200. Durante los Juegos daba misas. En la película Carros de Fuego, (Oscar al mejor film en 1981, entre otras estatuillas y de la que he tomado el nombre para este blog), se le dedican algunas de las imágenes más bellas. Un año después de su éxito olímpico marchó a China para ayudar a su padre en sus trabajos pastorales. Allí murió en el campo de concentración japonés de Wefang, a causa de un tumor cerebral, el 21 de enero de 1945, durante la Segunda Guerra Mundial.
Charles ‘Charlie’ Paddock: Otro de los héroes de Carros de Fuego. Estadounidense. Plata en los 200 metros y quinto en el hectómetro en los Juegos de París 1924, después de haber ganado en 100 y haber sido segundo en la distancia doble en Amberes 1920. Al llegar a la meta daba un salto, que él pensaba que le beneficiaba, pero en realidad le perjudicaba.
Excéntrico, era para la época, una atracción mediática. Hizo un par de películas, se embarcó en negocios periodísticos y se dedicó a la política en Pasadena. Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en los Marines y falleció en un accidente aéreo en Sitka (Alaska), el 21 de julio de 1943, a bordo de un avión militar. Un barco de guerra de la Marina estadounidense llevó su nombre.
Foy Drapper: Estadounidense y miembro del cuarteto que ganó el oro y batió el récord mundial (39.8) en los 4x100 metros en los Juegos de Berlín 1936. Compañero en la posta de Jesse Owens, el negro que ganó cuatro títulos delante de Adolf Hitler. En la Segunda Guerra Mundial fue piloto de combate, principalmente en el norte de África. El 4 de enero de 1943 se dirigió a una misión de bombardeo en Túnez, pero fue derribado y murió junto a sus dos compañeros de tripulación. Está enterrado en Cartago.
Carl Ludwig ‘Lutz’ Long: Era alemán, el perfecto ario (alto, rubio, ojos azules), pero ayudó a Jesse Owens, un negro norteamericano (“atletas auxiliares”, les llamaban los nazis) a ganar el oro en salto de longitud en Berlín 1936. En la calificación Owens tuvo serios problemas: creyó que la prueba no había comenzado, hizo un salto en chándal, pero los jueces alemanes le dieron nulo. Descentrado, hizo otro a continuación, pero pisó la tabla por un error de talonamiento. Sólo le faltaba un intento y estaba al borde de la eliminación.
Y en eso Lutz Long se acercó a Jesse y se presentó en perfecto inglés. “Encantado de conocerle. ¿Cómo está?”, preguntó Owens. “Yo estoy bien, La cuestion es, ¿cómo está usted?”, respondió Long. “¿Qué quiere decir?”, preguntó el estadounidense. “Que tendría que calificarse con los ojos cerrados, pero que algo le está comiendo a usted”, respondió el germano, utilizando la jerga de los barrios negros de Estados Unidos. Y le recomendó cambios en el talonamiento. Owens le hizo caso, se clasificó y posteriormente ganó la final… con Long segundo.
El germano murió el 14 de julio de 1943, en la Batalla de St. Pietro, en Italia. Owens mantuvo siempre correspondencia con su familia y, según cuenta la leyenda, ayudó económicamente en los estudios del hijo del atleta alemán.
Rudolf Harbig: Único atleta en la historia capaz de batir los récords mundiales de 400 metros (46.0 en 1939), 800 (1:46.6 en el mismo año) y mil metros (2:21.5 en 1941, ya en plena guerra). Había sido campeón europeo en 1938. Le llamaban El Stuka, en referencia al avión germano de ataque a tierra que sembraba el pavor en las filas enemigas, con el ulular de sus sirenas y su mortífera potencia de fuego. Murió el 5 de marzo de 1944, en Olchowez, en el frente de Ucrania, cuando la Operación Barbarroja (la invasión alemana de la Unión Soviética) ya había fracasado claramente, al precio de millones de muertos de ambos lados. Había nacido en Dresde, una ciudad que fue arrasada por los bombarderos estadounidenses, aunque no era un objetivo militar.
Junusz Kusocinski: Atleta polaco, campeón olímpico de 10.000 metros en Los Ángeles 1932. Tras la ocupación de Polonia por la Alemania Nazi (hoy se cumplen 75 años del ataque, como he dicho más arriba) trabajó como camarero, pero era miembro de la resistencia polaca en la clandestinidad. Fue descubierto, arrestado por la Gestapo y fusilado. Cada año se celebra una reunión atlética en su honor, en el que se han batido once récords mundiales a lo largo de la historia.
Jósef Noji: Participó en los Juegos de Berlín 1936 y era uno de los mejores corredores polacos de 5.000 y 10.000 metros. Era judío y formaba parte de la resistencia polaca a la invasión nazi. Fue arrestado, pasó un año en la prisión de Varsovia y acabó en el tristemente famoso campo de exterminio de Auschwitz. Allí continuó con sus labores de resistencia. Intentó pasar una carta al exterior, fue descubierto y asesinado.
AL MARGEN DEL ATLETISMO
Takeichi Nishi: Japonés, campeón olímpico de equitación en Los Ángeles 1932. Murió en Iwo Jima, cuando era coronel del ejército japonés. El director estadounidense Clint Eastwood recreó su figura en una obra maestra del cine: Cartas desde Iwo Jima. Os la recomiendo fervientemente.
Esgrimistas húngaros: Gerde S. Oszkar (campeón en Londres 1908 y Estocolmo 1912), Endre Kabos (un oro en Los Ángeles 1932 y dos más en Berlín 1936), Attila Petschauer (campeón en 1928 y 1932 y Janos Garay (campeón en 1928) murieron en campos de concentración alemanes.
Y muchos más, de todas las nacionalidades. La Segunda Guerra Mundial no perdonó a nadie.
OTROS EFECTOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Consecuencias muchísimo menos dañidas, desde luego, pero que cambiaron el deporte olímpico.
Juegos Olímpicos: Se anularon los de 1940 y 1944. Los primeros iban a celebrarse en Tokio, pero cuando el Imperio del Sol Naciente invadió China, le fueron retirados y se adjudicaron a Helsinki, pero fueron anulados por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. También su suspendieron los de 1944, porque la contienda estaba casi en su apogeo. Iban a celebrarse en Londres.
Londres 1948: La capital británica organizó los primeros Juegos de la postguerra, llamados de la Austeridad. La Villa Olímpica se instaló en antiguos barracones, con techo metálico, que convertían esas casamatas en hornos. Se prohibió participar a Alemania y Japón, las potencias derrotadas. La URSS declinó competir.
Helsinki 1952: Los Juegos de la Reconciliación. Se aceptó ya a Alemania y Japón y debutó la URSS.
Y ADEMÁS...
Permitidme un apunte literario, sobre una escritora que murió gaseada en Auschwitz: se trata de Irère Némirowsky. Era francesa, pero de origen ucraniano, y judia. Eso le valió ser deportada y asesinada. Es una de las mejores escritoras del siglo XX. Su obra cumbre es Suite Francesa, pero todos sus libros son extraordinarios. Ya os advierto que nada tienen que ver con el deporte, pero si os gusta leer, disfrutaréis.
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