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Geoffrey Kipsang Kamworor, oro en el Mundial. 

Acaba de celebrarse el Mundial de Cross en la localidad china de Guiyang y, como era de esperar, el resultado ha sido una nueva exhibición de África, particularmente de Kenia y Etiopía. Y una nueva debacle europea, con escasa presencia y no mucha calidad entre los expedicionarios. Nada nuevo bajo el sol. Precisamente ese dominió monocorde del Continente Negro es el que ha ‘matado’ esta bellísima competición.

En otros tiempos el cross fue terreno británico, estadounidense, portugués, español, oceánico, francés… Ahora se asiste a una marea negra tras otra y los demás países se baten en retirada. Creo que hace tiempo que Europa, por hablar de nuetro continente, se retiró de la batalla y muchas veces su presencia sólo es testimonial.

Las otrora espectaculares batallas por la supremacía han dado paso a un duopolio Kenia-Etiopía. Los Mundiales de Cross han perdido interés para los aficionados y para los atletas que no son africanos. Hay muchos que optan por no acudir a una cita en la que saben que sus posibilidades no es que sean escasas, es que son nulas. Hipotecar toda la programación, hacer un largo viaje (como en el caso actual) para luego pelear por un puesto alrededor del 50, pues no es que apetezca mucho, ciertamente. Lo comprendo.

Y los aficionados asisten a batallas africanas, con atletas que en no pocos casos les son desconocidos. Y que no son grandes estrellas populares, como los vencedores en la madrugada del viernes al sábado en Guiyang. Y además, con escasa posibilidad, o nula, de ver la competición por televisión. No nos engañemos: lo que no se televisa, no existe. Es así de duro.

Los atletas de África impulsaron radicalmente el Mundial de Cross hace años, con exhibiciones maravillosas. Me vienen a la memoria los kenianos John Ngugi y Paul Tergat o el etíope Kenenisa Bekele, o, entre las mujeres, las abisinias Gete Wami, Derartu Tulu y Tirunesh Dibaba o la keniana Edith Masai. Nombres resplandecientes dentro del campo a través. Y no he agotado la lista, obviamente.

Pero ahora ya no hay en el cross atletas míticos como esos y, además, Europa, como digo se ha retirado de la batalla. La consecuencia es que el Mundial de Cross ha perdido fuerza, mucha fuerza, y, de hecho, ha pasado de ser anual a bianual.

En China la superioridad africana ha sido asombrosa. Aquí tenéis los medalleros:

Sénior

1. Kenia, 2 oros y 3 platas

2. Etiopía, 2 oros, una plata y 2 bronces

3. Baréin y Uganda, un bronce

Júnior

1. Etiopía, 3 oros, 2 platas y un bronce

2. Kenia, un oro, 2 platas y un bronce

3. Baréin y Eritrea, un bronce

Total

1. Etiopía, 5 oros, 3 platas y 3 bronces

2. Kenia, 3 oros, 5 platas y un bronce

3. Baréin, dos bronces

4. Eritrea y Uganda, un bronce 

Y dejo para el final la actuación española, que no me ha parecido buena, aunque más o menos en línea con lo esperado. Desde luego, este Mundial de Cross en China no es una competición prioritaria para España y al final de año calificaremos el balance de nuestro atletismo mucho más por otros conceptos. Esta es la comparación entre Bydgoszcz 2013 y Guiyang 2015:

Por equipos

Séniors hombres: 8 en 2013 y 12 en 2015

Séniors mujeres: 9 en 2013 y 7 en 2015

Júniors hombres: 15 en 2013 y 17 en 2015

Júniors mujeres: 11 en 2013 y sin puntuar en 2015

Individual

Séniors hombres: Sergio Sánchez, 16 en 2013; Daniel Mateo, 53 en 2015

Séniors mujeres: Diana Martín, 22 en 2013; Tirhas Gebre, 15 en 2015

Júniors hombres: Raúl Celada, 64 en 2013; Ayoub Mokhtar, 57 en 2015

Júniors mujeres: Adriana Gutiérrez, 52 en 2013; Paula González, 73 en 2015