Se acabó el granero del mediofondo
Una vez terminados estos Europeos de pista cubierta me quedo con una sensación agridulce: hemos visto cosas maravillosas y algunas decepcionantes. El corazón me dice que el Europeo no ha sido tan malo como parece, pero la estadística es demoledora: desde París 1994 no se ganaban menos medallas. Allí, Luisja González fue plata en los 800 metros. Estuve como enviado especial (he cubierto en directo trece Europeos en sala) y la sensación de fracaso fue grande.
Una de las claves de lo que pasa, tal vez la fundamental, es que las pruebas de mediofondo han dejado de ser el granero de medallas del atletismo español. Más abajo lo explico.
Siguiendo con los números: desde la edición de Valencia 1998 no se regresaba de unos continentales indoor sin medallas de oro. Allí se alcanzaron tres metales, todos en 3.000 metros: plata para Manolo Pancorbo y bronces para Alberto García y Marta Domínguez.
Más números: en Praga se han conseguido nueve puestos de finalistas y aquí también hay retroceso, porque tenemos que viajar en el tiempo hasta Gante 2000 para encontrar una cifra inferior (8).
Es decir, que con los datos en la mano, la actuación ha sido mala. Al menos comparada con años anteriores.
Pero si la cabeza (los números) son inapelables, las sensaciones (el corazón) dan un respiro a estos malos datos, al menos en lo que a mí respecta.
Las medallas de plata de Pablo Torrijos y de Indira Terrero en triple y 400 metros han sido fantásticas. Hemos tenido otras dos medallas de chocolate: Borja Vivas en peso y Jesús España (¡qué maravilla!) en 3.000 metros. Se ha visto a algún joven responder muy bien, como al pertiguista Didac Salas, con marca personal, aunque fuera de la final. Y actuaciones brillantes, como las de Jean Marie Okutu en longitud, quinto en una prueba que resultó mucho más dura de lo esperado.
El corazón es lo que tiene, que a veces no entiende de números. Por ejemplo, a todos nos parece excelente el quinto puesto de Jean Marie, que lo es, aunque no superó su marca (por muy poco, eso sí) y a todos nos parece un fracaso la sexta plaza de Adel, que superó dos veces la suya personal. Y también nos parece un fracaso el quinto puesto de Ruth Beitia, a sólo dos centímetros de su marca de esta temporada, pero enredada en un concurso sucio, con nulos que la lastraron. Y en una prueba de relativamente bajo nivel.
En definitiva, los datos estadísticos hablan de un mal Europeo para España, pero los sentimientos atenúan mucho esa percepción, por lo que a mí respecta. Me apunto a la famosa frase de un matemático francés del siglo XVII, Blaise Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Cambiad, por favor, la palabra razón por la palabra estadística.
Pero seguimos con los datos: ha habido dos medallas, un total de nueve atletas en finales, un récord de España, dos atletas que mejoraron en Praga su marca personal y otros tres que superaron la que tenían este año. En total, doce atletas terminaron en puestos mejores en calidad que los que tenían en las listas de salida, otros tres terminaron igual y quince en peores posiciones.
Y vamos con el agotado granero del atletismo español, el mediofondo.
Históricamente, las pruebas de este sector (800, 1.500 y 3.000 metros) han aportado al medallero español el 58,6 por ciento de los metales. Una barbaridad. Las tres pruebas son las que más medallas han aportado al atletismo español en pista cubierta: 21 los 1.500 y veinte los 800 y los 3.000 metros. Y este manantial se está agotando. Descargar MEDIOFONDO EN LOS EUROPEOS
Lejos quedan aquellos tiempos (Estocolmo 1996) en que Roberto Parra ganó los 800 metros, Mateo Cañellas los 1.500 y Anacleto Jiménez los 3.000, en un hack trick insólito en la historia de los continentales. Es un paraíso del que hemos sido expulsados.
En los últimos años la decadencia ha sido palpable en las medias distancias: seis medallas en Madrid 2005 y Birmingham 2007, cuatro en Turín 2009, tres en París 2011 y Gotemburgo 2013 y ninguna en Praga 2015. Una debacle, y no sólo en los 1.500 metros, aunque ahí se note más por aquello de que el milqui ha sido el buque estrella de La Armada, que en un tiempo fue casi invencible y que ahora es protagonista de la derrota. Descargar MEDALLAS POR PRUEBAS
Que la mejor clasificación en Praga en este tramo de pruebas la haya obtenido Jesús España (36 años), con su cuarto puesto en los 3.000 metros, habla maravillas del madrileño, del que todo lo que se diga es poco, pero deja en entredicho a los demás.
Para encontrar una edición en la que los mediofondistas no hayan regresado de vacío hay que retroceder en el tiempo hasta Sindelfingen 1980. Nada menos.
Si el motor del atletismo español (el mediofondo) se apaga, nos rodearán las tinieblas.
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