Los 1.500 no acompañan a la Selección
España se clasificó octava en el Campeonato de Europa por equipos. Lo previsto. Sin relativos problemas, aunque hubo un momento en el que Bielorrusia nos comía algo de terreno. Pero el colchón para evitar el descenso era amplio. También según se esperaba.
No hubo victorias, pero sí segundos puestos muy valiosos. Ruth Beitia en altura, Jesús España en 5.000, Roberto Alaiz en 3.000 metros… Los tres lo hicieron espléndidamente. Y otros atletas también, aunque otros no tanto.
Jesús España, en los 5.000 metros de Cheboksary.
A Ruth se le atraganta la competición, que, curiosamente, no consigue ganar, pero a estas alturas de la vida no le vamos a poner pegas por cosas de relativa importancia. Cuando pensamos en la cántabra nos la imaginamos en los Mundiales de Pekín y en los Juegos de Río. Todo lo demás es el camino que conduce a esas metas ambiciosas.
Pues bien, he de deciros que el octavo puesto no me sabe a mucho, y no tanto por la actuación general del equipo, que me ha parecido correcta en líneas generales, sino porque si no tuviéramos las carencias que tenemos (y que antes no teníamos) podríamos aspirar a mucho más.
Me duele ver a un español quedar sexto en los 1.500 metros, por ejemplo, una prueba que nos ha dado gloria inmensa, y no hace mucho, y en la que hemos pasado de tener que dejar fuera de las grandes citas a atletas con mínima (a veces con grandes polémicas) a buscar estas mínimas bajo las piedras. Una pena.
No es que los africanos corran más, que no corren más que antes en el vértice de la pirámide, sino que los europeos, y nosotros en particular, corremos mucho menos en una distancia que parecía hecha a nuestra medida: Tomás Barris, José Luis González, José Manuel Abascal, Fermín Cacho, Reyes Estévez, Juan Carlos Higuero, Arturo Casado, Manolo Olmedo…
¿Y ahora? Casi nada de nada, dicho sea esto con todos los respetos, inmensos, que me merece cualquier atleta que sale a una pista.
Y me duele ver a una española décima, en una prueba con nombres como Maite Zúñiga, Natalia Rodríguez, Nuria Fernández o Isabel Macías.
Dice Ramón Cid que confía en que tendremos tres atletas masculinos en los Mundiales de Pekín. Lo suyo es un acto de fe que espero que se haga realidad. Pero tiene mala pinta. Nos hemos venido abajo.
Los Trials Usa y de Jamaica
Cambio de tercio: a partir de la madrugada del jueves al viernes, los Campeonatos Nacionales de Estados Unidos y Jamaica. Coinciden exactamente en las fechas y coinciden los objetivos de los más grandes atletas: ganar el título y, sobre todo, ganar un puesto en los equipos que viajarán a Pekín para actuar en los Campeonatos del Mundo.
Ya sabéis lo inhumano de estas cosas: los tres primeros van a la capital china, los demás (salvo en los relevos, claro) se quedan en casa. Se llamen como se llamen, les pase lo que les pase. En esos Trials han caído atletas míticos, como Carl Lewis y Dan O' Brien, que no se clasificaron para los Juegos de Barcelona 1992. El uno porque se sintió enfermo; el otro porque un listón pertinaz (y enemigo) de pértiga se cruzó en su camino. Carl se resarció ganando la longitud y el 4x100 metros, aquí con récord mundial incluido, y Dan estuvo en Montjuïc como comentarista televisivo.. y se vengó, también, batiendo no mucho después el récord del mundo.
Usain Bolt, tras ganar en 4x100 en el Mundial de Moscú.
Los Trials son siempre una de las grandes citas del año, sobre todo cuando coinciden con Mundiales y Juegos Olímpicos. Estados Unidos y Jamaica ponen en marcha toda su potente maquinaria, para asombrarnos. Más potente la yanqui que la caribeña, porque el atletismo jamaicano es más limitado, mientras que el estadounidense lo abarca casi todo.
Usain Bolt no tenía por qué correr estas pruebas de selección, puesto que es el campeón vigente en 100 y 200 metros y, como los medallistas de oro de las demás pruebas, están invitados por la IAAF. Sus países, pues, pueden alinearse con cuatro atletas, en lugar de con el máximo de tres. Pero El Relámpago ha decidido hacer los 100 metros, alertado por sus recientes actuaciones poco satisfactorias, relativamente hablando. Insisto en que sus 20.19 en los 200 metros con viento contrario de 2,8 (un muro invisible) no son nada despreciables, aunque es cierto que dio una imagen bastante tosca.
Nos espera un gran acontecimiento, porque tanto en Eugene, (donde se jugarán la selección los norteamericanos) como en Kingston (los caribeños) las pistas son muy rápidas. Habrá grandes marcas… si el viento, ese dios caprichoso, lo permite.
Ya lo iremos contando y comentando.
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