Ya detecto movimientos electorales a la presidencia de la Federación Española de Atletismo, para las que falta más de un año. Me cuentan cosas, se citan nombres y estrategias… El fiasco de nuestro deporte en los Mundiales de Pekín (una medalla de oro para Miguel Ángel López; un quinto puesto para Ruth Beitia… y no mucho más) ha resucitado algunas viejas peticiones sobre que el presidente José María Odriozola lo deje. Ya es tarde. Agotará su tiempo, seguro.

Ya sabéis que Odriozola prometió cuando ganó a Vicente Añó las últimas elecciones (el rival más duro, relativamente, con el que se ha enfrentado) que éste sería su último mandato. Me dicen que el sempiterno presidente podría haberse echado atrás en su intención y que no descarta seguir. No me lo creo. Sobre todo después de haber sido elegido tesorero de la Federación Internacional (IAAF), un cargo importante que le ocupará tiempo y energías.

Yo creo que hace ya bastantes años que Odriozola piensa mucho más en la IAAF que en el atletismo español y que su vocación atlética (esa nadie puede negársela, lo mismo que sus conocimientos) se vuelca más hacia la vertiente internacional que a la nacional. Esa vocación se puede acentuar más todavía, porque el nuevo presidente de la IAAF es Sebastian Coe, con quien tiene mejor relación que la que mantenía con el anterior máximo dignatario, el senegalés Lamine Diack.

¿Y quién puede ser el heredero de Odriozola, que reina en el atletismo español desde enero de 1989?

Se ha barajado desde hace tiempo el nombre de José Luis de Carlos, el director general de la RFEA, mano derecha y a veces izquierda de Odriozola. Es un hombre del atletismo de toda la vida, perfectamente preparado para ejercer el cargo, con grandes reponsabilidades en la Asociación Europea. Si José Luis quiere ser el nuevo presidente, lo será, porque tiene amplios contactos en toda España, es valorado positivamente por todos y está disponible siempre para hacer declaraciones a la prensa, aunque sea sobre temas muy espinosos, todo lo contrario de Odriozola, a menudo encastillado en sí mismo. Vamos, que De Carlos da la cara.

Y le sobra capacitación. Pero dudo de que quiera ocupar la presidencia de la Española…

Y por otro lado, me hablan de tres personas, las tres ex atletas de élite y todas ellas con cargos de diversa consideración y naturaleza en la gestión deportiva. Actuales o pasados.

No he hablado con ninguno de ellos (de temas electorales, de otros sí), con los que me une vieja amistad. Tiempo habrá para hacerlo cuando todo se decante un poco más, porque parece que uno de los posibles candidatos tiene ya decidido en firme presentarse, pero los otros dos sopesan sus posibilidades. Tampoco descarto una alianza, porque los tres son personas entregadas al diálogo.

Los tres pueden ser grandes presidentes y los tres tienen prestigio ampliamente ganado en el atletismo español. Sangre nueva, pero con experiencia. Y creo que los tres saben cuál es la situación del atletismo español y conocen cuáles son los remedios a aplicar. Porque el hecho de que no haya hablado con ellos de sus candidaturas concretas no quiere decir que no conozca su pensamiento. Son gente buena, honrada y capaz de levantar todo esto, pero necesitarán tiempo, porque las cosas no se arreglan en pocos días, quizá ni siquiera en pocos años. Estamos sumidos en un pozo del que será difícil salir, pero hay que hacerlo. Y cuando antes se empiece, mejor. Hay que cambiar muchas cosas y sobre todo muchas actitudes.

Los tres son intransigentes con el dopaje, como lo era Odriozola en su tiempo. No quiero decir que ahora no lo combata, pero sí afirmo que lo hace mal, que a veces parece que no lo hace y que ha perjudicado a atletas limpios y hecho la vista gorda (aparentemente) con otros que no pueden presumir de limpieza. Hasta miembros de su equipo le han dicho que se gestionan mal las cosas en este sentido… o, al menos, me han dicho que se lo habían dicho. Perdón por el trabalenguas.

En fin, que la carrera electoral ha comenzado. A fuego lento. Pero ya se están cocinando algunas cosas.