Detrás de un gran atleta hay siempre un gran entrenador. Y viceversa. Uno de los ejemplos más claros es el de Ruth Beitia y Ramón Torralbo. Tuve la fortuna de acudir este sáBado a la parte matinal de las Jornadas Técnicas de la Escuela Nacional de Entrenadores y de aprender de las disertaciones de José Antonio Quintana sobre marcha y de Ramón Torralbo a propósito del entrenamiento de Ruth Beitia. Me voy a centrar en este caso en esta última charla, que se prolongó después con una amplia entrevista para el Diario AS y as.com, publicada este domingo (foto de Chema Díaz) , y que ahora completo con cosas que no tuvieron cabida:

Ruth se crió casi en una pista. Sus padres eran y son amantes del atletismo y Rurh, la menor de cinco hermanos, hacía fondo, pero se cambió al salto de altura cuando iba a ver a uno de sus hermanos entrenándorse con Torralbo. “Mi padre fue olímpico antes que yo, porque acudió a los Juegos de Barcelona como juez”, cuenta la atleta, orgullosa.

La vio Sotomayo. “Cuando tenía once años me vio Javier Sotomayor en Santander y le dijo a Ramón Torralbo: ‘Esa chica tiene muy buen tobillo para saltar’. Yo ahora soy amiga de Sotomayor y cuando recordamos aquello le digo: ‘Eso se lo dirías a todas, Javier”. ¿Y cuándo se dio cuenta Torralbo de que aquella niña era una joya? “Desde el principio –responde- vi que tenía grandes condiciones y no sólo para el salto de altura”.

Entrenamientos. Lo cuenta Torralbo: “Siempre hemos hecho dos picos de punta, uno en pista cubierta y otro al aire libre. A Ruth le gusta mucho competir. En el período de preparación pesa hasta 74 kilos, pero baja a 71 y algo y ahí es cuando suele conseguir sus mejores marcas. En tiempos doblábamos sesión algunos días; ahora, no. Se entrena unos cinco días a la semana”. Ruth trabaja con un nutricionista y una psicóloga.

Competición. Sigue el entrenador de Ruth: “Consigue mejores resultados cuanto más compite. Nuestro objetivo suele ser hacer ocho pruebas en pista cubierta y doce al aire libre, pero en 2007 nos fuímos a 29 competiciones y fue nuestro mejor año”.

Saltos a tijera. Continúa el técnico: “Sé cómo está Ruth cuando hace entrenamientos saltando a tijereta con tres zancadas. Cuando supera 1,80 está para conseguir dos metros a fosbury.

Pesas. Siempre según Torralbo: “No hacemos cargas muy elevadas, porque aunque Ruth es fuerte, la espalda puede sufrir. Me gusta la media sentadilla a una pierna, donde carga 130 kilos”.

Técnica.  “Es bastante buena técnicamente, aunque tiene alguna dificuktad en el arqueo. Hemos cambiado. Ruth soñó que cambiábamos y que salía de parada, con siete zancadas. Le dije que de acuerdo, pero que en vez de siete nueve pasos. Y nos ha dado un buen resultado”, sigue Ramón Torralbo.

Patinaje. Lo cuenta Ruth: “Como yo empiezo a entrename en octubre, mientras que mis compañeros lo hacen en septiembre, me resulta muy pesado hacer carrera continua. La sustituyo por unos 15 km de patinaje, a veces alrededor del aeropuerto de Santander. Lo hago en un tiempo de 30-35 minutos”. 

Ruth Beitia y Ramón Torralbo. Un tándem mágico que aún nos dará más alegrías 

Próximo post: Maratón de Valencia, el más rápido de España, y empieza a ser va bastante veloz en el mundo.