AS demostró que doparse era fácil y barato
Este periódico y este periodista quisieron demostrar hace años que el dopaje era fácil y barato de conseguir en España. Y se demostró. Para diversificar nuestra presencia fui ayudado por mi mujer, Mari Luz Algarra, también periodista, aunque ya no trabajaba en AS. Intentamos comprar sustancias dopantes en diez farmacias de Madrid elegidas aleatoriamente. Y en ocho de ellas fueron conseguidas sin receta médica y a precio irrisorio.
En otro la receta nos fue solicitada y como no la teníamos, evidentemente, se nos denegó la venta. Bien hecho. En una más no disponían del producto pedido. En dos de las ocho en que se efectuó la compra no lo tenían en ese momento preciso, pero fueron encargados y recogidos sin problemas al día siguiente.
El producto más caro entre los que AS compró costaba 4,56 euros, el equivalente a 758 pesetas de entonces, porque el reportaje de las páginas centrales se publicó el sábado 13 de diciembre de 1997.
Era Winstrol Depot, que contiene stanozolol, sustancia que consumía el nunca bien ponderado Ben Johnson, positivo en los Juegos Olímpicos de Seúl 1987 después de pulverizar el récord del mundo de 100 metros.
Un anabolizante que se sigue utilizando y con el que algunos continúan dando positivo, cuando es fácilmente detectable. Otro anabolizante, el Deca-Durabolin, tiene nandrolona, sustancia también presente en muchos casos de dopaje, también detectable con facilidad, y que tomó supuestamente David Martínez, el entonces plusmarquista español de disco, que achacó la detección de esa sustancia al consumo de carne de cerdo. Y se dejó fotografiar con un lechón muerto, una imagen emblemática del dopaje español.
Para adquirir el más barato, Testex Leo, hubo que desembolsar sólo 287 pesetas de la época, 1,72 euros. Al alcance de cualquiera, vamos. El reportaje se titulaba ‘Malo, fácil y barato’.
Los cuatro productos solicitados en las farmacias fueron HCG-Lepori y Profasi HP (Gonadotrofina coriónica humana), Testex Leo (Testosterona), Winstrol Depot y Deca-Durabolin (nandrolona).
Todos ellos se utilizan en medicina y probablemente salvan vidas casi a diario, pero en deporte están prohibidos porque en dosis especiales, y peligrosas, aumentan el rendimiento deportivo. Aunque luego pasan factura, como se ha visto en algunos casos. Más abajo tenéis la lista de productos comprados, sus indicaciones y sus efectos secundarios. Todo ello sacado de los propios prospectos de cada medicamento.
Los atletas que se citaban en el reportaje eran el canadiense de origen jamaicano Ben Johnson (Winstrol o Winstrol Depot, muy similares), el español David Martínez (Deca-Durabolin), la alemana Susan Tiedke, una de las mejores saltadoras de longitud de aquellos momentos (testosterona), sustancia que también se encontró en la orina de la estadounidense Mary Decker (extraordinaria mediofondista), que posteriormente fue exculpada.
El reportaje se completaba con una consulta al Ministerio de Sanidad. Un portavoz de la Dirección General de Farmacia dijo que “los anabolizantes deben venderse con receta médica, como advierte el propio envase del medicamento” y consideró que era “una mala práctica que no se haga así”.
En aquel momento AS no pudo ponerse en contacto con Santiago Fisas, máximo responsable de la Comisión Nacional Antidopaje, para que diera su opinión. Fracasamos durante dos días. En el CSD explicaron a este periódico que estaba enfermo… pero ese mismo día estaba en un acto público en Barcelona. Quisimos ofrecer la opinión de otra persona, ya que Fisas era inaccesible, pero tampoco fue posible. Y esta fue la respuesta de un miembro de prensa del CSD ante ese silencio: “Será porque es su política o porque es más cómodo”. Así estaban entonces las cosas. El nombre del miembro del gabinete de Prensa no se publicó y tampoco lo voy a hacer público ahora.
Los productos fueron fotografiados en AS. La lista de farmacias que los vendieron irregularmente la conservé durante años, con el nombre del licenciado a su cargo. Nunca ha sido publicada. Los medicamentos, una vez que pasó un tiempo prudencial, fueron destruídos.
Y esta es la buena noticia: intentamos no hace mucho volver a hacer un trabajo similar pero en todas, absolutamente todas las farmacias donde se pretendió comprar estas medicinas prohibidas en el deporte, nos pidieron las recetas y, ante la evidente inexistencia de éstas, su venta se denegó. Un gran paso adelante, pero…
Pero el dopaje sigue existiendo, con parecida potencia a la de entonces. Ahora se utilizan otros circuitos de compra, más sofisticados. Y con ello hay que acabar.
Estos fueron los medicamentos dopantes comprados en su día por AS y sus características:
WINSTROL DEPOT
Stanozolol
(4,56 euros) 758 pesetas
Recomendación: Desmejoramiento general, delgadez, anorexia, artritis reumatoide, fracturas de lenta consolidación, osteoporosis, quemaduras extensas, retraso del crecimiento en pediatría.
Efectos secundarios: Náuseas, vómitos, excitación, insomnio, acné, efectos masculinizantes en las niñas.
DECA-DURABOLIN
Nandrolona
(2,87 euros) 477 pesetas
Recomendación: Enfermedades crónicas debilitantes, osteoporosis, durante la terapia y después de cirugía mayor.
Efectos secundarios: Virilización en las mujeres, ronquera que puede ser irreversible, acné, hirsutismo, desaparición de la menstruación. Antes de la pubertad: engrosamiento fálico en los niños e hipertrofia del clítoris en las niñas.
HCG-LEPORI
Gonadotrofina coriónica humana
(2,25 euros) 374 pesetas
Recomendación: Esterilidad, amenaza de aborto
Efectos secundarios: Dolor de cabeza, irritabilidad, depresión, pubertad precoz, aumento de las mamas en los hombres. El producto se extrae de la orina de la mujer embarazada.
TESTEX LEO
Testosterona
(1,72) 287 pesetas
Recomendación: Esterilidad, menopausia, frigidez, anemia, osteoporosis.
Efectos secundarios: En los hombres, priapismo (erección continua del pene). En la mujer, virilización, enronquecimiento, acné, vello facial, aumento de la líbido. En adolescentes puede detener el crecimiento.
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