La Federación Internacional de Atletismo ha ratificado este viernes que Rusia no podrá competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016. No me esperaba cosa distinta. El Dopaje de Estado ruso ha sido suficientemente probado por la Asociación Mundial Antidopaje (AMA). Es un escándalo, desde luego, pero estoy seguro de que todo el tinglado, de coste multimillonario en rublos y en euros, no se ha montado sólo para el atletismo… Ni mucho menos.

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Hay que reconocerle a nuestro deporte que tiene el récord mundial de sancionados por consumo de sustancias prohibidas o por la utilización de métodos irregulares. Ningún otro tiene una lista tan larga de castigos de alto nivel: campeones olímpicos, mundiales, europeos, plusmarquistas... Esto tiene dos lecturas: o hay más dopados en el atletismo que en otros deportes o es que el atletismo lucha más. Apuesto por lo segundo… con las salvedades que todos conocemos.

Y bien, ¿qué pasa con aquellos atletas que nunca han dado positivo, que ni siquiera son sospechosos? Atletas rusos, digo. ¿No podrán competir en los Juegos porque colegas suyos o su federación están emponzoñados hasta las cejas o más arriba?

Algunos, como Yelena Isinbayeva, ya han dicho que acudirán a instancias judiciales internacionales. Yo, en su lugar, también lo haría.. La Zarina advierte que no competirá en los Juegos si no es bajo bandera rusa. Yelena, persona encantadora y atleta magnífica y mediática, es afín a Vládimir Putin. No traicionará a su equipo, si se puede emplear esa expresión.

Yo creo que los atletas rusos que no han estado involucrados en problemas de dopaje deben estar en Río. No se puede castigar a un inocente por las barbaridades que han hecho los culpables. Creo que deberían competir en Río y creo que hay que buscar la forma para que lo hagan. El Comité Olímpico Internacional lo está estudiando y tal vez en estos momentos tenga ya el encaje jurídico-deportivo. 

Volviendo a Yelena Isinbayeva: a su marca comercial le interesa que esté allí, a los aficionados también, a las televisiones, creo que al propio Comité Olímpico Internacional, creo que debería interesarle a la propia IAAF, que le cierra las puertas. La IAAF, por cierto, tampoco está para lanzar cohetes éticos: su expresidente está procesado en Francia, además de un hijo suyo, y se habla de corruptelas varias para otorgar campeonatos. Así que no hay que ponerse muy maravillosos. ¿Nadie de la IAAF sabía lo que se cocía en Rusia hasta que lo destapó la cadena estatal alemana de televisión? Me cuesta creerlo. Es más: no me lo creo. Sebastian Coe, actual presidente y por el que siento el máximo respeto, era vicepresidente de la IAAF…

Repito: no se puede castigar a un inocente por las culpas de otros. Que Rusia tiene un sistema corrupto, en todos los sentidos, ya lo sabemos. Que justos paguen por culpables, no me parece correcto.

El martes el Comité Olímpico Internacional tiene una reunión en Lausana. Y en ella puede haber alguna decisión importante porque, no lo olvidemos, el dueño de los Juegos no es la IAAF, sino el COI.