Carros de fuego

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Autor: Ángel Cruz

Coe, Cram, Lord Burghley y la Carrera de las 12 Campanadas

La mítica Great Court Run se recoge con maestría en la película Carros de Fuego, que me imagino que la mayoría de los que seguís este blog, del mismo nombre y en su honor, habréis visto. Se trata de una carrera que se disputa en el patio del mítico Trinity College de la Universidad de Cambridge, de cuyas aulas salió Newton, además de varios presidentes del gobierno británico y bastantes premios Nobel. Consiste en dar una vuelta a ese patio el día en que se celebra la Cena de Matriculación, destinada a aquéllos que se incorporan al centro.

Carros de fuego carrera cambridge

Pero la prueba se hace al mediodía, mientras suenan las doce campanadas del reloj de la torre ese patio, aunque se inicia en los cuartos. Las doce campanadas, en realidad, no tañen cada segundo, sino que emplean entre 43 y 44 segundos.

Es tradicional que aquellos estudiantes que se inclinan por el atletismo prueben a correr los 367 metros en menos de esos 44 segundos, nada fácil, por cierto, porque el patio es cuadrangular y hay que frenar y casi pararse en las esquinas.

La Great Court Run se hizo famosa internacionalmente al ser recogida en Carros de Fuego, esa joya del director Hugh Hudson con maravillosa música de Vangelis, que ganó el Oscar a la mejor película en 1981.

La película es extraordinariamente fiable y está perfectamente ambientada, hasta el punto de que coinciden con la realidad las calles por las que corrió cada uno y el número de los dorsales… pero tienen licencias dramáticas, porque es una película, no un tratado de historia del atletismo o del Olimpismo.

Y una de las licencias más claras (hay varias) atañe a esa carrera en el patio del Trinity College. En la versión fílmica (se rodó en Eaton, porque en Cambridge no obtuvieron permiso) vence Harold Abrahams, el hombre que iba a ser campeón olímpico de los 100 metros en París 1924, y era segundo Lord Lindsey, el mismo que aparece en otra escena de la película entrenándose en vallas con copas de champán puestas encima de los obstáculos. En su inmensa mansión, por supuesto.

En realidad, Abrahams nunca venció en la carrera y Lord Linsey era el nombre ficticio de Lord David George Brownlow Cecil Burghley (nada menos), sexto Marqués de Exeter, que fue campeón olímpico en Amsterdam 1928 con récord olímpico de 53.4. En París, cuatro años antes, no sólo no fue campeón olímpico en 400 mv, sino que corrió en 110 y fue eliminado a la primera. Si Abrahams nunca venció en la Great Court Run, sí lo hizo Lord Burghley, pero en 1927, y fue el segundo que dio la vuelta al patio en menos tiempo del que tardaron en sonar las campanadas. El primero en conseguir la hazaña fue sir Walter Borley Fletcher, en 1890, aunque entonces las campanadas duraban cinco segundos más.

El hecho de que se retocase la realidad en la película Carros de Fuego, presentando a Lord Burghley como perdedor, provocó su enojo y juró que nunca vería la película. Murió en ese 1981 en que el film ganó el Oscar. Por cierto, que el hecho de que pusiera copas de champán en las vallas también es una dramatización del film, pero está basada en un hecho cierto: ponía cajas de cerillas y se obligaba a no rozar la madera, porque en aquel tiempo derribar una valla era motivo de descalificación. Su hija, Lady Victoria Leatham, fue contundente al respecto en una entrevista: “Mi padre no probó el champán en su vida”.

Lord Burghley podría inspirar un libro... que seguramente está escrito, aunque lo desconozco. Dio la vuelta a la cubierta del Queen Mary en 57 segundos, vestido de calle; fue elegido para el Parlamento en 1931, pero expulsado en 1932 por ausentarse para competir en los Juegos de Los Ángeles 1932, en los que fue cuarto; fue gobernador de las Islas Bermudas, presidente de la federación británica, presidente de la IAAF, miembro del COI y jefe de la organización de los Juegos Olímpicos de Londres 1948.

La Great Court Run resucitó en el recuerdo de los aficionados cuando el 24 de octubre de 1988 compitieron alrededor del patio del Trinity College nada menos que Sebastian Coe y Steve Cram, dos mitos del atletismo. El duelo se organizó para recaudar fondos para el hospital infantil de Great Ormond. Seb Coe corrió vestido de forma similar a la que se utilizaba en los años veinte y Cram como se hace actualmente.

La BBC televisó la carrera en directo. Justo antes de las doce del mediodía, el príncipe Eduardo, nieto de la Reina Isabel II de Inglaterra, se dirigió a los ilustres competidores: “Caballeros, empiecen cuando suene la primera campanada”. Y así lo hicieron. El objetivo de ambos era llegar el primero a la esquina inicial, porque quien ocupase esa posición tendría las máximas posibilidades de ganar, ya que los adelantamientos son casi imposibles. Y fue Coe quien lo logró, sobre un piso de losas y cantos rodados. Había cerca de dos mil espectadores y el griterío impidió establecer con precisión si Coe (el vencedor) y Cram terminaron antes de que sonase la última campanada. Sin embargo, el juez de la prueba, Norris McWhirter, fue contundente: “Cruzó la línea antes de que el reloj dejara de tañir”.

Coe y Cram hicieron declaraciones por los micrófonos y, en tanto, sonaba una música.

¿Sabéis cuál? Sí. Ésa. Carros de Fuego.


3 Comentarios

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Harry

Excelente artículo Angel.

Soy gran fan de la película además jeje

Por si alguien quiere ver la anecdótica carrera de Coe y Cram, aquí tienen el enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=WO6aZPv980Q

Aunque Coe gana en unos 45 segundos...

Saludos

10/12/2016 10:03:19 PM

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Yago

Gran anécdota Ángel.

10/13/2016 04:38:40 PM

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juan carlos lopez corbalan

Impresionante...es Usted una enciclopedia y ademas , muy ameno. Gracias por unos maravillosos minutos leyendole.

10/31/2016 11:41:20 PM