Muchos goles encajados y la seguía de Griezmann volvieron a condicionar la derrota ante la Real. El equipo se rompe por el centro del campo. Un descanso en el que no se podrán analizar los errores por los catorce jugadores convocados por el virus FIFA. La Peineta sigue dando pasos para concluir las obras. Ante los vecinos, el cholismo tiene que volver a recuperar su filosofía y la recta final de los últimos cinco partidos.

Está claro que mientras en la Champions, el cholismo ha dejado claro que son el equipo que marca las diferencias, en la Liga estamos viviendo la peor etapa de la era Simeone. Nueve puntos menos que cuando se ganó la Liga. Griezmann lleva cuatro partidos sin marcar y solamente se ha conseguido 21 de los 33 puntos en juego. Encima es que no se puede poner un pero al fracaso ante los donostiarras que siempre supieron imponer sus condiciones y el peor de mis temores es que ya se están lanzando rumores para que el Atlético vuelva a sus tiempos de buscar por encima de todo el cero en la portería de Oblak y estar a la espera de una contra o un error del adversario. Es decir volver al trivotazo, Tiago, Gabi y Koke, para recibir al Madrid el próximo sábado 19 y recuerdo que con esta fórmula se empató al inicio de la presente campaña ante dos ascendidos de Segunda como son el Leganés y el Alavés. Está claro que algo no funciona. Sequía de goles y exceso a la hora de encajar Oblak que hasta el momento era el santo y seña de los colchoneros. No tengo dudas de que los principales problemas y dudas se producen en el centro del campo y en especial la pareja Gabi y Koke que no terminan de recuperar la magia que les permitió hacer una imagen del bloque más ofensivo y hasta la valentía de Simeone de llegar a apostar hasta por tres e incluso cuatro delanteros. Enterrar para siempre la imagen de un bloque solamente salía a cerrar espacios y pensar que buscando el área del rival se podía aspirar a cualquier título en juego. Lo cierto es que este descanso podía venir de forma fenomenal para corregir los errores que se han detectado pero va a ser algo imposible. Hasta catorce futbolistas se han marchado con sus respectivas selecciones y poco tiempo habrá para preparar el último derbi en el Calderón. Salir pensando en los madridistas sería el peor de los errores y espero que Simeone siga siendo diferentes y sobre todo tratar de imponer su fútbol de ataque que cuando explota a tope puede volver loco a cualquier adversario.

Tampoco hay que ponerse nervioso por las distancias para luchar por el título. Lo fundamental como decía Luis Aragonés llegar a las cinco últimas jornadas con opciones y lo fundamental es recuperar las formas de jugar que habían enloquecido al Calderón en la temporada de su despedida. La Peineta sigue dando pasos y nadie duda de que en agosto estará ya en condiciones para recibir al equipo. Ahora lo importante es que las negociaciones con los despachos funcionen y no vayan a surgir problemas de última hora, como los que hasta el momento han dejado unas pérdidas de cien millones de euros. Mientras es bueno en avanzar en Europa y también en la Copa, ya que no olvidemos que la intención que se tiene es que la final sea en el Calderón como homenaje al que sería su último gran partido y el deseo es que el Atlético pudiera estar luchando por el triunfo final. Las declaraciones de Gameiro sobre Griezmann me parecen excelentes pero hay que estudiar un dibujo táctico que permita a los puntas rojiblancos llegar en ventaja al área rival y en especial explotar la punta de velocidad que se tiene. Igualmente es deseable que tanto Juanfran como Filipe Luis vuelvan a ser ante los madridistas los mejores extremos posibles y hasta las opciones de Gaitán y el propio Saúl no se deberían descartar para potenciar la mentalidad ofensiva de la zona de elaboración. Incluso es posible que también sorprendamos a Zidane con alguna jugada de estrategia y creo que el Mono Burgos debería trabajar más con Oblak el lanzamiento de penaltis. El problema es que solamente haya parado uno de los últimos once que le han tirado. Lo que te baja la moral es la sensación de impotencia que da al quedarse parado en el centro de su portería y no lanzarse a por el balón aunque le puedan engañar.