Tomás de Cos
Nadal resolvió por la vía rápida su cuarto enfrentamiento con un tenista zurdo en este Roland Garros. En su victoria número 25 en París, el manacorí castigó el maltrecho muslo de Fernando Verdasco, que impotente, tuvo el detalle de no retirarse y afear el triunfo del balear. Un severo castigo (18 juegos a 3) que no olvidará fácilmente el madrileño y que permite a Nadal ahorrar energías para la segunda semana de competición.
El balear, en su afán por alcanzar los cuatro títulos consecutivos de Borg, se mide mañana con otro miembro de La Armada: Nicolás Almagro. Un tenista casi desconocido para el gran público, que ha dado un gran paso adelante en este 2008, consiguiendo los títulos de Costa Do Sauipe y Acapulco y alcanzando la final en Valencia.
Sobre la superficie favorita de ‘La Armada’ es probablemente el mejor duelo posible, con permiso de David Ferrer. El murciano saca y golpea la bola fortísimo, tanto de derecha como de revés. Tal vez sus tendones de Aquiles sean la movilidad en la pista y su cabeza, poco ordenada en determinados momentos. Ahí tratará de incidir Nadal, un experto en los planteamientos tácticos. Pero si Almagro sale entonado y con su desparpajo habitual, sin duda hay partido.