Tomás de Cos
Hace falta llevar un súper deportista dentro y ser un fanático de la competición para volver a competir en torneos challenger con 42 años. Más si cabe habiendo sido un icono tenístico de los años noventa; teniendo un palmarés con un Roland Garros, ocho títulos Masters Series y otros 35 títulos individuales; habiendo ocupado el primer lugar de la lista de los elegidos durante seis semanas consecutivas (1996) y ostentando la tercera marca histórica de victorias consecutivas sobre tierra batida (40).
Pero así es Thomas Muster, un ‘fiebre’ del entrenamiento con una voluntad de hierro. El mismo que supo reponerse al atropello que sufrió antes de la final de Cayo Vizcaíno de 1989 y que lo postró en una silla de ruedas durante más de una temporada. Si entonces fue capaz de hacerse con una silla especial para seguir golpeando bolas a la espera de poder hacerlo sobre su maltrecha rodilla, no resulta tan extraño que ahora haya decidido volver a la competir en la segunda división del tenis mundial.
Es el Clint Eastwood de la raqueta, un tipo duro dispuesto a morir con las botas puestas. No se ha contentado con tomar parte en el exigente circuito de veteranos en el que miden su envejecer otras grandes glorias del tenis, bajo la mirada de un público entregado con sus viejos ídolos. Ha buscado medirse con el talento de las nuevas hornadas y con algunos de los jugadores más correosos y con más oficio del planeta.
Por lo visto, ni la pintura, ni la fotografía, ni la música (toca la batería) han logrado hacerle olvidar el tenis. "Esto no es un regreso a lo Michael Schumacher" (que pilota de nuevo en la Fórmula 1 junto a los mejores). “Puedo jugar torneos Challenger, torneos donde no hay canapés o carpa VIP, y donde los vestuarios son muy sencillos", ha declarado en el Bild. Vuelve a las canchas porque ha vivido siempre para el tenis, “por la emoción de la competición y el placer de entrenar”. Y lo hace sin miedo alguno al qué dirán: "A los que dicen que esto puede destruir mi reputación, les recuerdo que mi nombre está grabado para siempre en las listas de éxitos en Roland Garros".
En el pasado Roland Garros, en el que participó en dobles de +35 años junto a Woodforde, ya le confesó a Alejandro Delmás que se veía en muchas cosas de Rafa Nadal. De momento, desde el mes de junio ha encajado dos derrotas en Brunswick (Alemania) y Kitzbuhel (Austria) sobre su superficie talismán. El irlandés Conor Niland (nº 154 ATP) le endosó un 6-2, 6-1 y el jamaicano Dustin Brown (nº 113) un doble 6-4. Pero seguro que acabará ganando a más de uno. Chapeau por Muster.