La política de programaciones, suspensiones o aplazamientos en los torneos está sujeta a diferentes intereses de organizadores, patrocinadores y televisiones. En los GS, desde la misma confección del cuadro, que se manipula favoreciendo las probabilidades de que las estrellas mediáticas que conviene lleguen a las últimas instancias, hasta la propia programación del día a día en función de los cruces de las estrellas locales o globales, todo está permanentemente al servicio de los compromisos publicitarios y financieros.
Cada evento tiene sus normas en cuanto a la devolución o no del taquillaje en los diversos casos en los que no se complete la jornada prevista. Podemos recordar en el último Roland Garros los esfuerzos por alargar el partido final entre Rafa y Novak en condiciones impracticables para el juego con el fin de alcanzar las horas reglamentarias que permitía volver a ingresar una taquilla extra al día siguiente. En el US Open las normas son aún más restrictivas, ya que la organización no devuelve el dinero a partir de 60 ó 90 minutos disputados de un sólo partido correspondiente a una sesión de día o de tarde según los casos. Además, el segundo fin de semana tiene regulaciones independientes del resto de las sesiones del torneo.
El USO gira en torno a la rentabilidad televisiva. Varios conglomerados corporativos se asocian para distribuir la señal en virtud de los derechos adquiridos de antemano. En esta edición y hasta la jornada del jueves pasado, la ESPN2 (de la ABC de Disney) y Tennis Channel (de inversores como la IMG, dueña fáctica del circuito profesional) eran los encargados de las retransmisiones (con el prime-time de las sesión de tarde-noche reservada a la primera de ellas), con la única excepción del primer sábado-domingo que se ajustaban en su programa para que CBS Sports conectara con algún partido de interés general, por ejemplo de Federer o Serena. Cuando llega el fin de semana definitivo (semis/fnales de mujeres y hombres) es cuando entra en acción la CBS, cadena nacional que emite en abierto, encajando los partidos en una parrilla que ha de compatibilizar con otros programas de audiencia masiva en el week-end.
Hoy el tope previsto por la CBS para el tenis era hasta las 6,00 pm hora de la Costa Este (medianoche en España), es decir estaban “reservadas” 7 horas para las dos semifinales (la final femenina ya se había desechado por los pronósticos meteorológicos). El retraso de inicio por la lluvia y el anuncio de tormentas para la tarde y noche descartaron cualquier posibilidad de completar el programa. Así, los organizadores se limitaron a asegurar el billetaje con la duración del primer partido (propiciando con ello nuevos ingresos adicionales para mañana), que se jugó en unas condiciones lamentables para una semifinal de un Grand Slam, y dejar unos minutos que le “sobraban” a la cadena generalista para el Ferrer-Djokovic.
El hecho de no apurar más minutos del segundo encuentro y cancelarlo tres cuartos de hora antes del límite televisivo fijado y también con bastante antelación al inicio de la tormenta se debió probablemente a cuestiones coyunturales. El serbio (obviamente la mejor opción ganadora para la tv a falta de Federer, Nadal o algún norteamericano) no había sabido manejar el vendaval, aunque tampoco pareció preocuparle en exceso el adaptarse, quizás conocedor que el domingo habría calma y sol y hoy sólo se iba a jugar un set cómo máximo, quizás confiado en que mañana sacará la versión 2.0 para minimizar las posibilidades del alicantino, remotas a priori). Deteniendo la cosa en el 2-5, a Novak (las cámaras mostraron a su novia esperándole sonriente en el camino al vestuario) aún le dejan chances teóricas de intentar ganar en sets corridos de cara a la programación de mañana, día problemático por el football (que ha llevado otras veces a jugar las semis dominicales en dos pistas al mismo tiempo, desperdigando audiencia en canales temáticos, algo poco rentable y que querría evitar este año la CBS, por eso obligaron hoy a Murray y a Berdych a saltar a la pista). Será la ESPN-2 quien de cobertura al duelo aplazado mientras luego la cadena en abierto emitirá el pack football-Serena (creo recordar que siempre se trata del partido de apertura de la temporada “futbolera”).
En realidad los últimos cuatro años que el torneo ha tenido que posponer la final y las críticas ‘deportivas’ por el demencial super-sábado que sólo acontece allí, han propiciado que se empezara a barajar la modificación de fechas. Animados por las buenas audiencias que se dieron esos lunes, hace meses que se estudió el posible cambio. El proyecto consistiría en mantener el innegociable super-saturday pero dejando el domingo como descanso para los finalistas, reservándolo para la final femenina en horario principal y dejando el lunes como día estable para la masculina, siempre hablando de una edición “normal”, o sea, menos fatal e inoportunamente lluviosa que las de las últimas cinco temporadas.
El imperio televisivo ve con buenos ojos la propuesta, pero aún debe hacer algunos ajustes contractuales a varias bandas, ya que los lunes hay también football y otras historias y el medio siempre desconfía de un deporte como el tenis sin intermedio, sin duración predeterminada en una época en que cada vez aumentan más el minutaje o los maratones (paliados en Flushing Meadows con el tie-break del quinto set) y expuesto a los retardos por inclemencias climatológicas (en 2010 Rafa y Novak fueron ‘abandonados’ por la CBS en medio del partido para pasar al football, algo que nunca había sucedido en una final, y el desenlace se emitió por aquellos lares a través de las cadenas secundarias). Mientras el proyecto “indoor”, la solución óptima para el mercado televisivo, se sitúa todavía en un horizonte algo lejano, el del “Monday’s Final” puede estar próximo tras el enésimo aguacero huracanado que hoy se ha paseado por la Gran Manzana descabalgando el show dominical.
PD. Y seguimos con las novelas:
“...pero el viento es igual para los dos, el que se adapta mejor gana. Y Ferru lo hizo, tal como Murray ante Berdych (creo que sin o poco viento el checo hubiese metido MUCHOS MAS 1EROS SERVICIOS, COMO ANTE FEDERER)” (Nando)
Pues mira por donde Berdych metió ante Murray MÁS PRIMEROS SERVICIOS (62%) que ante Federer (59%).
Evidentemente ambos tuvieron que aflojar hoy la velocidad para evitar riesgos a favor de viento y el propio Eolo (que también pegaba rachas de costado haciendo bailar a la bola como si fuera de papel) frenaba los efectuados a la contra. Si ante el suizo el promedio del checo fue de 198 km/h (por 183 de Fedex), contra el escocés Tomas sirvió a 183, pero es que Andy sacó a .... ¡163 km/h!. Es decir, Murray jugó inusualmente obligado a porcentaje de servicio amarrategui (74%) y fue su calidad muñequera con la bola en juego lo que le hizo imponerse en esas ventosas condiciones (espectacular el 24/24 de puntos ganados al servicio en el tercer set). Y su calidad como restador la que dejó el 80% de puntos ganados con primer servicio del checo el otro día ante el helvético en sólo un 60% (y los 14 aces en 7). Y lo mismo hizo con Raonic (que sacó a 203 km/h, 5 más que Berdych ante Roger). Hacer sólo 20 errores con un viento de más de 30 km/h tiene mucho mérito. Berdych se fue a los 64 (muchos de ellos en realidad forzados por la habilidad de Andy) y ahí estuvo la diferencia.
En cambio Federer se sintió huérfano de su arma favorita al sólo entrarle un 52% de primeros en la segunda manga, decisiva tras el traspies del tie-break inicial ante un rival que le pone siempre tenso. En el tercer set con todo perdido se soltó, pero en el cuarto (donde hizo un 82% de primeros saques válidos) falló en un juego y adiós. Terminó con un porcentaje normal para él (63%, por un, vuelvo a repetir, 59% de Berdych).
09/09/2012 05:31:04 AM