He pasado unos días en Bogotá, invitado como conferenciante a unas jornadas organizadas a medias por el gobierno del país y la asociación de periodistas deportivos. Un ciclo bien montado, al que también acudió José María Bellón, director de comunicación del COE, y otros especialistas llegados de fuera: de Canadá, de Brasil, de Chile… Como siempre en estos casos, uno va a explicar algo y lo que termina es aprendiendo mucho, así que vaya aquí mi agradecimiento. Pero el interés de estas líneas no es sólo agradecer a la organización su deferencia y sus atenciones, sino compartir con ustedes algo que me llamó poderosamente la atención y que es cosecha del conferenciante chileno, un matemático llamado Leandro Shara.
Shara, que tiene una empresa de consultoría deportiva, acusa de serios defectos al sistema de competición del Mundial y predica una singular propuesta.
Su crítica va contra el sistema de grupos, y tengo que decir que me pareció digna de atender. Según él, este modelo de grupos de cuatro es causa de varios males. Uno de ellos, la disminución progresiva de goles. Su idea es que los equipos modestos juegan sus dos partidos en busca de al menos un empate, para salvar la cara y para jugar una baza de azar en el tercer partido. Eso, en su idea, impulsa el fútbol defensivo.
En el sistema de grupos ocurre además a menudo que quien ha ganado los dos primeros partidos saque a todos los suplentes en el tercero, lo que desvirtúa el valor de su tercer partido, en desprecio de los otros equipos del grupo, que han tenido que jugar contra los titulares.
Luego están las especulaciones en la tercera jornada, sobre el cruce que conviene o no. Y hasta posibilidades de pactos infamantes, como ocurrió cuando Alemania y Austria, en España, pactaron un 1-0 para los alemanes que les servía a ambos. Y con eso dejaron fuera a Argelia. Aquello desató la rabia de todo Gijón, donde se celebró aquel partido. Sospechas de acuerdos ha habido en más ocasiones. Con base o sin ella, pero esa mosca siempre aparece y no es bueno.
Y también se dan casos de terceros partidos que enfrentan a dos eliminados, por haber perdido sus dos encuentros previos, y esos son partidos inútiles. Y, al tiempo, de tercer partido entre dos ya clasificados, por haber ganado los dos anteriores, pendientes nada más que del cruce y con las consiguientes sospechas.
La propuesta de Shara es curiosa. Me hizo un supuesto de Mundial de 36 equipos (La intención ahora es ampliarlo, para dar más entrada a las confederaciones con pocos representantes. Con el sistema actual de número par de grupos de cuatro, el salto de que se habla es de 40. Con su modelo, valdrían 36).
Su idea sería dividir esos 36 equipos en tres zonas. Una Zona A, con los de mejor puntuación FIFA. Una Zona B, con los de nivel medio. Una Zona C, con el grupo de países emergentes, por decirlo así.
Una primera fase en la que cada equipo jugaría tres partidos: uno contra uno de la Zona A, otro contra uno de la Zona B y otro contra uno de la Zona C. Es decir, uno de los tres partidos sería contra una selección del mismo nivel, los otros dos, contra equipos de los otros dos niveles.
Concluida esa fase, se establecería una clasificación del 1 al 36, según los puntos y la diferencia de goles obtenidos por todos y cada uno en los tres partidos jugados. Los 20 últimos quedan eliminados y regresan a casa. Regresan con tres partidos jugados, como ocurre ahora con los que caen en la primera fase.
Los otros dieciséis, seguirían por un sistema de eliminatoria directa, en el que jugarían los octavos de final el primero contra el último, el segundo contra el penúltimo y así sucesivamente, hasta el octavo con el noveno. Luego proseguiría la competición por sistema de eliminatoria directa, siempre según ese cuadro, hasta llegar a la final. Los que cayeran en octavos habrían jugado cuatro partidos, los que en cuartos, cinco, los que en semifinal, seis. Los dos finalistas jugarían siete partidos.
Shara piensa que ese sistema estimularía, y mucho, el juego ofensivo en la primera fase. Obligados a quedar lo más arriba posible en la tabla de dieciséis, todos pelearían a fondo sus tres partidos, en busca de puntos y de diferencia de goles. Desaparecerían radicalmente los partidos sin fondo o las sospechas de amaño.
Ha presentado la oferta a la FIFA y en breve se verá con Platini, en Nyon, con vistas a la Eurocopa, que vive en el mismo modelo. Y en breve lo hará en otros deportes (En baloncesto, por ejemplo, el problema de los grupos también es muy visible, porque ahí la sensibilidad de los cruces es mayor).
Despertó mi curiosidad, por eso lo traigo aquí. Me gustaría leer los comentarios que esto les sugiera a ustedes. Desde luego, los defectos del sistema de grupo están ahí, pienso que son irrebatibles. El sistema que propone Shara es novedoso, no sé si puesto en marcha producirá sus propias disfunciones, pero hay una manera de averiguarlo: probarlo en competiciones de más bajo rango, en campeonatos de categorías inferiores. Shara tiene recursos y planteamientos para cualquier número de selecciones. En caso de 32, como hay ahora, sugería tres zonas de 10 en la primera fase, y dejar libres hasta la segunda a dos, España y Brasil, como campeona y organizadora, que entrarían como primera y segunda en la clasificación para octavos. No sé si eso ya me convence tanto.
Bueno, ahí queda. Ya me dirán qué les parece. A mí me dejó pensando.