El pesar de Messi y el pesar de Simeone
Argentina le pide a Messi que rectifique, con millones de voces, entre ellas la de Maradona, que no hace mucho le había hecho de menos, hablando con Pelé, ahí es nada. Pero no es sólo Maradona, es el presidente de la Nación, son niños grabados, llorando, pidiéndole que se le quede, es el acalde de Buenos Aires, que le levanta una estatua, son los viejos campeones del 86, reunidos en encuentro fraternal.
Messi tiene 29 años. Le quedan muchas cosas por decir en la Selección Argentina. ¿Por qué quiere irse?
Tengo la sensación de que Messi ha remado siempre río arriba en ese equipo. Por un lado, por muy buenos jugadores que tenga Argentina (siempre los tuvo y es previsible que los siga teniendo) lo que no ha conseguido es el funcionamiento del Barça estos años. Un funcionamiento, servido, por cierto, por jugadores tan buenos o mejores que los que pueda tener Argentina. Y un funcionamiento que se ha creado en torno a él, crecido en ese medio, y que se ha acomodado al entorno al tiempo que el entorno se acomodaba a él. Messi y el resto del Barça, el resto del Barça y Messi. Todo ha sido uno. Y hay que insistir en que ese ‘resto del Barça’ es algo muy serio. Ha puesto buena parte en los grandes éxitos de España en estos años.
Por otra parte, Messi no se sintió plenamente bienvenido cuando apareció en la Selección Argentina. Un amigo de allá me dijo: “Es como el hijo que te viene con dieciocho años, que te dicen que es tu hijo y efectivamente es así, pero no lo has criado. No le puedes querer igual que si lo hubieras visto nacer”.
Así que Messi apareció allí como un cometa caído de Europa, rodeado de elogios en Barcelona, en España y en todo el Continente que allí escamó algo. Argentina tiene una devoción casi idólatra (y justificada) por Maradona. Messi y Maradona son próximos en muchas cosas, no son moldes de jugador muy diferentes. Zurdos, dieces, ingeniosos, incontrolables para los defensas… Las comparaciones empezaron pronto. A medida que Messi consiguió despegar y deslumbrar, empezó a correr la idea de que con el tiempo iba a merecer el primer puesto en la historia del fútbol. Y eso es más de lo que muchos argentinos pueden soportar. Allí no hay discusión con Maradona (a Gatti se le ocurrió hace muchos años decir que Pelé fue mejor y le cayó la del pulpo). Messi empezó a ser visto con recelo. Argentino, sí, pero criado en Europa y presentado como el suplantador de Maradona.
Así empezó la carrera de Messi en la albiceleste, y así ha continuado: teniéndose que hacer perdonar algo de lo que él no tiene ninguna culpa. Rodeado de compañeros ocasionales, sin el juego fluido del Barça, sin el respeto que en su club se ha ganado, casi reverencial. Todo eso puede combatirse sólo con grandes títulos.
Y cuatro veces, cuatro, ha estado Messi a punto de ‘hacerse perdonar’ con algún título, y las cuatro ha salido perdedor de la final. La última, echando fuera un penalti de la tanda, y eso a los pocos días de que Maradona le dijera Pelé que ‘Messi no es un líder’.
Se rompió por dentro, dijo basta.
La persistencia en el fracaso es devastadora. Lo vimos en Simeone: perdió su segunda final ante el Madrid en tres años y se vino abajo. “Tengo que pensar”, dijo, y sonó a despedida. Por suerte para el Atlético, reflexionó y va a seguir. Su caso es distinto en parte, porque él ha vivido en el Atlético rodeado de aclamación. Messi, en Argentina, no. Hasta ahora.
Ahora, con el anuncio de su salida, ha habido una reacción tremenda, aunque en realidad en proporción con la magnitud de la pérdida. Por primera vez, Messi se va a sentir deseado y amado por el país que le vio nacer. Se va a sentir, también, necesario.
Así que espero, como tantos argentinos, como tantos ciudadanos del mundo, que recapacite. Tiene un par de mundiales por delante (el de Qatar le pillará con 35 años, y por su clase y por la evolución de su juego bien podrá seguir ahí) y el mundo no debe perderse eso.
Te recomendamos en Blogs
- AXEL TORRES | LA RADIOGRAFÍA La Eurocopa debilita al Chelsea
- JULIÁN BURGOS El iceberg amarillo del Titanic Chelsea
- JUAN CRUZ El Barcelona se suma al centenario de Luis Berlanga
- PASABA POR AQUÍ | PANCHO VARONA ¿De quién es Messi?
- SIN CADENA La Mallorca 312 y la Alberto Contador reaniman el calendario
- OPINIÓN Alonso tiene un arma poderosa