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Decisiones que marcan a un club

Mr. Pentland

Míster Pentland fue justo lo que la mayoría llevamos dentro: un entrenador. El precursor y más innovador. Este rincón tratará de su gremio. De los inicios, las trayectorias y las anécdotas de sus sucesores. Modestos y profesionales. Españoles y foráneos. De club o seleccionadores. Bienvenido. Pase y tome asiento.

Autor: Alfredo Matilla

Decisiones que marcan a un club

Mucho se ha hablado de Mourinho y su recado a Casillas. Y lo que queda. Aquí prometo referirme sólo a él como introducción. Yo también estoy algo cansado del tema. Pero siendo el detalle que faltaba para contribuir a la desestabilización del Madrid, no me parece más que una gota en el charco. A pesar de ser sorprendente e innecesaria la suplencia del portero, su equipo jamás salió al campo con diez. El día que el portugués cargó definitivamente contra Valdano, sin nombrarle pero señalando, fue mucho más decisivo a mi entender. Aunque menos difundido. Y aquí llegamos a lo que me interesa. No le doy relevancia porque quiera defender al argentino o debido a que Mou alimentara mis dudas: a veces lleva razón, pero sus razonamientos se la quitan. Sino porque con aquella fricción en mayo de 2011 retó a sus jefes para acaparar todo el poder y encontró como repuesta un ‘¡Sí, buana!’ decisivo. Ahí se alimentó a la ‘bestia’.



A Jose, gran entrenador con más competencias de las que debe, no le gustó jamás la labor del argentino como máximo responsable del área técnica en su paso por el Madrid. Y es respetable. Cree que no le defendía y, además, no tenían el mismo ojo clínico para las compras. Por eso le lanzó un dardo al poco tiempo irse: “No sabía quién era Khedira ni que Özil tenía problemas en el Werder Bremen”. El objetivo prioritario de su afirmación era, de nuevo, ensalzar sus virtudes de gran conocedor de esta profesión, a la vez que hacía de menos a su compañero; ‘pseudomadridista’ a sus ojos. Con esa sentencia, Mou olvidó que todos se equivocan. Y que todos tienen cosas que callar. La sombra de Altintop aún planea. El míster se hizo más poderoso al impedir la llegada de un relevo para su víctima (Pardeza tiene otro rol) y me recordó una realidad que hoy se perpetúa en un gran porcentaje de equipos de élite y que nos sirve para profundizar en este blog: la mala sintonía entre quien ficha y el que entrena.

VALDANO


Sin probar el eficaz término medio, existen generalmente dos clases de preparadores: los que creen saberlo todo acerca del mercado y no delegan en nadie; y los que no saben casi nada del entorno y se ponen de manera suicida en manos de otros. De las relaciones fluidas en las que el técnico sube al despacho y el director deportivo baja al césped hay pocas señales. Menos de las recomendables. Y de esa falta de ‘feeling’ proceden la mayoría de errores actuales. Equivocaciones que muchas veces hacen temblar la caja fuerte o impiden que el equipo arrase y se sanee de una vez por todas. Sirvan como ejemplos representativos los casos de dos de las sensaciones de esta Liga: Falcao y Beñat. Y en Segunda, la fulminante metaformosis del Racing en la que la desgracia que tuvo Pernía con Motta pudo evitar un Concurso y la llegada de Alí.

Los errores son difíciles de reconocer. Salvo si el que los comete se llama Marcelino. El asturiano admite, algo impensable en este mundillo, que Falcao pudo ser suyo en verano de 2009 y no lo quiso. Al igual que Marce destaca por haber dado el empujón definitivo a Cazorla en el Recre, haber resucitado a Jorge López y Duscher en el Racing (¡le hizo bajar 9 kilos de peso!) o haber contribuido de manera decisiva a que Toño y Garay sean hoy lo que son, con Radamel falló. No creía que fuera la solución a sus problemas. Su asombro fue mayor incluso que cuando Coentrao, tras jugar con él 7 minutos en Segunda, fichó por el Madrid por 30 ‘kilos’. En el segundo año del técnico en el Zaragoza le dieron la opción de contar con los servicios del colombiano sobre la bocina del fin de plazo de fichajes. Era más bien barato para su valía. Unos seis millones de euros. La alternativa ofrecida era Uche. Y el técnico no dudó. En La Romareda todo era nuevo y necesitaba gente de confianza. Nada de experimentos. Sin ver un vídeo eligió a su exdelantero en el Recre (5,5 millones) por dos razones. Una: prefería trabajar con lo que ya conocía. Y dos: aunque es experto en fútbol nacional, desconoce gran parte de lo que ocurre extramuros. Falcao brilló en Oporto. Uche fue bastante irregular y se lesionó. El resto ya lo saben. Hoy Radamel es oro puro y el Zaragoza una fuente de deudas.

Radi

Marce ya había tenido malas experiencias por esta ‘invalidez’ en Santander al ponerse en manos de Pernía y sus secuaces. De ahí que no se fiara de nadie. Pidió delanteros potentes y le trajeron a Tchité y a Smolarek por once millones... Su Racing comenzó ese día a agonizar por gastar lo que no tenía. Y lo peor no fue eso, sino que erró cuando pudo solucionarlo. El 31 de agosto de 2008, con Muñiz ya en el banquillo, Thiago Motta, ex del Barça, llegó a Cantabria (ver foto) para pasar el reconocimiento médico tras una grave lesión en la rodilla izquierda. Alguien, puede que el propio entrenador, avisó a Pernía de que el jugador estaba tocado (“medio cojo”, dijeron) así que el presidente condicionó a los médicos para que no aprobaran el chequeo médico. Motta estaba tan desesperado que pidió cobrar por partido jugado. Sólo le importaba volver a vestirse de corto tras su paso por el Atlético. Le dieron la espalda y meses después, tras esta decepción, voló al Genoa y luego ganó la Champions con el Inter. Hoy es fijo en el PSG. La apuesta por su recuperación y su futura venta hubieran servido para sanear el Racing por completo. Ahora, pronunciar su nombre por el norte resulta desgarrador.

MOTTA

El fallo con Beñat también fue duro. Apunta a Bilbao y de alguna forma señala a Caparrós. El ahora pilar del Betis estuvo en el filial del Athletic cuando el técnico sevillano estaba en Lezama. Más que su falta de visión con los canteranos, quizás la gran culpa igual fue del propio jugador. Así lo confirman en privado varios de sus compañeros de entonces. No había explotado aún como lo que es hoy. Caparrós había sacado, entre otros, a Ramos de la base en el Sevilla y pulió a Fernando Llorente ya que exprimir los recursos, era y es una de sus especialidades. Pero Beñat se le escapó.

Un buen día, el Conquense llamó al técnico del Athletic para tantear si su equipo B hacía cesiones. Preguntó en la casa y ofreció la posibilidad de pescar a dos perlas con el objetivo de foguearlas. El club manchego, guiado por su técnico, Antonio Cazalilla, y por su director deportivo, Monti, (amigos inseparables), pidió a Beñat en 2008, que sólo había jugado 6 minutos con Sarriugarte en 2006. También quería a Raúl (portero). Lezama les abrió sus puertas cuando aún le restaban un año de contrato a ambos. Señal de poca confianza. Hoy Beñat es internacional y hasta se pasea por San Mamés haciendo goles con el rival. Menos mal que el Athletic anduvo rápido para repescar a la otra joya que no vio. Raúl suple a Iraizoz. Rectificar es de sabios. Anímate Mou.

3 Comentarios

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Mou no va a rectificar nunca. EL nunca pedirá perdon, el es la Ley, es el ojo que todo lo vé. No comete pecados, es inmortal.

AL principio era la novedad y daba juega, pero ya cansa.

01/09/2013 05:12:31 PM

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jazzbaker@vivirenverso

¿Has visto "Moneyball"? ¿Hay algún equipo de fútbol que fiche utilizando el mismo método? Si son varios los clubes que fichan así, ¿quién fue el primero?

Por otra parte, muy interesante tu artículo. Enhorabuena!!

01/09/2013 11:56:44 PM

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Desde luego que parece un complot, porque si bien es cierto que Mou es un tipo peculiar y que en algún sentido se ha sobrepasado en su obsesión por demostrar su poder, también es verdad que sigue siendo ese entrador con personalidad que todo futbolero admira, ya que siempre hemos idolatrado a los entrenadores que han sido capaces de sentar a sus máximas estrellas o a jugadores franquicia en el club.

La verdad, para mí, MOU sigue demostrando que es un entrenador que busca el bien del conjunto, que es el quien realmente conoce el equipo y que tiene sus propios métodos, que son los que le han echo ser el entrenador con más éxitos a su edad en cuatro ligas diferentes.

saludos

01/13/2013 09:35:43 PM