Nairo Quintana y el Movistar han sido la comidilla de la semana. Después de que el colombiano ganara el Tour de San Luis en su debut estacional, se volvió a cuestionar su ausencia en el Tour de Francia. El propio Nairo alimentaba las dudas en cada una de sus declaraciones. Por eso, ya el martes, el equipo telefónico salió raudo a zanjar el asunto con un comunicado de prensa: Nairo disputará el Giro, Valverde irá al Tour y ambos correrán la Vuelta. Pero el asunto no se zanjó, al menos del todo. El viernes, en la presentación del equipo, Quintana dejó caer su resignación y su discrepancia: "Son los que pagan y le mandan a uno donde quieren".

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Nairo va a aceptar con disciplina su destino, pero es evidente que no está de acuerdo con la decisión. El colombiano tuvo que asumir los galones el año pasado en pleno Tour y respondió a la responsabilidad con el segundo puesto en el podio, un triunfo de etapa y con la sensación de poder quebrar a Froome en la montaña. Eso debería ser suficiente para que el corredor con más proyección del mundo (este martes cumple 24 años) no se ausentara nunca de la mejor carrera del mundo. En mi opinión, los más grandes tienen que estar siempre en la más grande. Cuestión de jerarquía.

Evidentemente, Eusebio Unzué ya está curtido en mil batallas y si ha tomado esta decisión lo habrá hecho con la convicción de que es lo mejor para el equipo y para el ciclista. Nairo puede ganar el Giro, eso es obvio. Pero hay algo que no me termina de cuadrar, porque el propio Eusebio ha dado siempre prioridad a sus jóvenes en el Tour: y nos podemos trasladar a los tiempos de Perico, Gorospe o Indurain, o más recientemente a Mancebo o Menchov. Y me cuadra incluso menos después de escuchar el pasado viernes al propio Unzue decir en público que "Nairo está llamado a marcar una época en el ciclismo".

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Detrás de la planificación parece haber otro tipo de jerarquía, la imposición de galones por parte de Alejandro Valverde. Y tengo ese pálpito por la reacción del murciano en la presentación del Movistar, en la que dedicó ante el micro de Javier Ares más tiempo a justificar la ausencia de Quintana que a promocionar sus propios objetivos y sus ambiciones: "Nairo es joven, puede hacerlo muy bien en el Giro, incluso ganarlo, y tiene mucho tiempo por delante para vencer en el Tour".

Quien no tiene ya tanto tiempo es Valverde, y él lo sabe, por eso pretende agotar este año sus últimas opciones en una carrera que siempre se le ha resistido. Lo que no entiendo es en qué criterios se ha basado esta temporada el cuerpo técnico para pensar que 2014 sí será el año de Valverde en el Tour. Ojalá me equivoque, pero creo que, aun siendo un excelente ciclista, la ronda francesa siempre le ha venido grande. Y Nairo, en un solo año, ya ha demostrado ser más hombre-Tour que su todavía jefe de filas... Y digo jefe de filas porque, aunque él no pague, me temo que la bicefalia del Movistar es ficticia y que Valverde aún manda mucho en el calendario y en el equipo.