Contador, Terpstra, la lenguaraz Cound y los cuarentones
El ciclismo está ya en pleno corazón de la temporada, en una primavera que surca por sus grandes clásicas, camino de las grandes vueltas. Cada semana está repleta de emociones y sobresaltos, de victorias y decepciones, de polémicas y gestas… La última ha sido un ejemplo de ello.
Culminó esta semana con la PARÍS-ROUBAIX, que nos trajo un ganador del segundo escalón de favoritos: Niki Terpstra. El holandés estaba en las quinielas, pero sólo si se conjugaban una serie de circunstancias. Y se conjugaron. El ciclismo es un deporte individual que se disputa en equipo, o un deporte de equipo donde solo gana uno. La escuadra no siempre es decisiva, pero en esta ocasión sí se convirtió en determinante. El Omega Pharma es la formación que salió con más balas en el Infierno del Norte y una de ellas dio en la diana. Llevaba tres ciclistas en el grupo de diez que se jugó la victoria y aprovechó esa situación estratégica. Wiggins o Thomas, ambos del Sky, quizá deberían haber saltado a por él, pero supongo que tampoco querían catapultar a Cancellara, Sagan o Degenkolb, más rápidos ante un presumible sprint en el velódromo.
La París-Roubaix sucedió el domingo a la KLASIKA DE PRIMAVERA, donde Peio Bilbao logró su primera victoria profesional y la segunda del Caja Rural en 2014, tras una lejana etapa en Gabón de Luis León Sánchez. Y la carrera de Amorebieta sucedió a su vez a la VUELTA AL PAÍS VASCO, que confirmó a Alberto Contador como el mejor ciclista de la temporada. Ya lleva seis victorias, cinco de ellas en el WorldTour, y encabeza con holgura el ránking mundial. El campeón de Pinto mantuvo un pulso con Alejandro Valverde, que al final se desinfló en la crono y ni siquiera se subió al podio. El murciano es el pichichi de la campaña con siete triunfos, pero aún no ha mojado en el WorldTour, eso le queda pendiente. La ronda vasca también fue otro paso en la progresión del joven polaco Michal Kwiatkowski y la enésima prueba de lo gran ciclista que es el alemán Tony Martin, que conquistó dos etapas (una en línea y la contrarreloj).
La Vuelta al País Vasco se vio hasta cierto punto alterada por la intervención vía Twitter de MICHELLE COUND, la novia de Chris Froome, que tras la victoria de Contador en la primera etapa escribió: “Quizá un exdopado gane el Tour este año. Por lo menos estará cualificado para responder las preguntas sobre dopaje”. Por la noche, Danny Pate y Ben Swift siguieron en esa línea y bromearon sobre “un filetón de Irún”. Unas frases que pueden explicarse por el nerviosismo que azota al otrora todopoderoso Sky en una temporada en la que no andan como quisieran, sobre todo después del irregular pasaporte biológico de Sergio Henao. Al día siguiente Cound negó que se refiriera a Contador y culpó a los periodistas, un argumento tan viejo y tan poco original como cobarde y grosero.
También durante la Vuelta al País Vasco, en concreto el viernes, se conoció el accidente de CHRIS HORNER, que sufrió un neumotórax y la fractura de cuatro costillas por el atropello de un coche en Italia. El veterano de 42 años no podrá correr el Giro de Italia, que era su primer objetivo de la temporada… Pero quizá así pueda llegar más fresco a defender su dorsal 1 en la Vuelta a España, como le ocurrió la campaña pasada. Yo no le descartaría aún, porque los cuarentones están de moda. O si no que se lo pregunten a ALESSANDRO PETACCHI, que el sábado recuperó las sensaciones de alzar los brazos en son de victoria en el Gran Premio Pino Cerami.
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