Pedaladas

Vamos a hablar de ciclismo, pedalada a pedalada. De sus gestas y de sus miserias. Desde mi experiencia como periodista en treinta grandes vueltas y en otras múltiples batallas...

Autor: Juan Gutiérrez

Otro bronce para Valverde, su sexta medalla en un Mundial

El oro se volvió a resistir. Alejandro Valverde sumó su sexta medalla mundialista, cuarta de bronce, pero el maillot arcoíris reposará durante el próximo año en el cuerpo del polaco Michal Kwiatkowski, que obtuvo el premio a su picardía y atrevimiento finales sobre el trazado de 254,8 kilómetros de los Mundiales de ciclismo en ruta de Ponferrada 2014. La plata se la colgó el gran favorito: el australiano Simon Gerrans.


Valverde ya lo había anunciado el día anterior: “Todos sabemos dónde hay que atacar para ganar”. Efectivamente, todos los sabían. Ese punto era el último repecho, el Mirador, a falta de 5 kilómetros. Y así fue: Purito Rodríguez rompió el grupo de los nobles con una arrancada a la que luego dio continuidad Valverde. Y junto a él, varios de los grandes candidatos: Gerrans, los belgas Van Avermaet y Gilbert; el danés Breschel, el francés Gallopin…

Valve



Kiato

El problema para ellos es que Kwiatkowski había decidido antes romper el guión. Como todos sabían dónde había que atacar, el polaco lo hizo un poco antes. Con sigilo. Kiato arrancó a 7 kilómetros de la meta, enlazó con los cuatro fugados (De Marchi, Gautier, Valgren Andersen y Kiryienka), tomó un poco de aire y se marchó en solitario. Había que tener buenas piernas para resistir el zarandeo final. Las tenía. Y también había que esperar que atrás surgieran los titubeos. Alguno hubo. Gilbert tiró a saco en favor de Van Avermaet, pero Kwiatkowski aguantó en cabeza y se coronó campeón del mundo con 24 años.

En la lucha por la plata, Gerrans batió al sprint a Valverde, que enlazó su tercer bronce consecutivo y aumenta su colección de medallas a seis: dos platas (2003 y 2005) y cuatro bronces (2006, 2012, 2013 y 2014). El oro se le resiste… A su 34 años y con los llanos recorridos de Richmond (EE UU, 2015) y Qatar (2016) por delante, quizá para siempre.

La selección de Polonia había apostado por Kwiatkowski desde el principio. De hecho, fue el primer equipo que tomó la cabeza para neutralizar la escapada inicial de Quintero (Colombia), Kvasina (Croacia), Polivoda (Ucrania) y Savickas (Lituania). A 80 kilómetros cogió las riendas Italia con el primer movimiento táctico de interés: se produjo un primer corte con gente relevante, donde España metió a Purito y Jesús Herrada, en primer término, y después a Dani Navarro en otro grupo. Los desafiantes aventureros, con Tony Martin como principal gallo, no lograron abrir hueco, pero alertaron a los grandes equipos. Esto ya iba en serio.

La selección de Javier Mínguez no cogió la responsabilidad hasta la última vuelta. Ahí, sí. De Marchi (Italia), Gautier (Francia), Valgren Andersen (Dinamarca) y Kiryienka (Bielorrusia) rodaban delante con una ventaja de unos 40 segundos. El equipo español puso en cabeza a la locomotora Jonathan Castroviejo y luego a Ion Izagirre, para reducir la diferencia prácticamente a la nada. Luego fue Dani Moreno quien dio un paso al frente para lanzar el ataque en cadena de Purito y Valverde. La fuga era historia. Aunque por allí, sigilosamente, se había colado un tal Michal Kwiatkowski. Nos costará deletrear el nombre: algunos ya le llamaban Kiato.

(Crónica del Mundial de Ponferrada publicada en as.com)