Pedaladas

Vamos a hablar de ciclismo, pedalada a pedalada. De sus gestas y de sus miserias. Desde mi experiencia como periodista en treinta grandes vueltas y en otras múltiples batallas...

Autor: Juan Gutiérrez

El honor de Ezequiel Mosquera sólo está caducado

La experiencia me ha enseñado a ser prudente antes de emitir juicios alegremente sobre asuntos de dopaje. Aun así, más de una vez me he precipitado. No es un tema fácil. Por un lado, porque en torno al dopaje hay mucho secretismo, muchos intereses, una dificultad añadida para acceder a las fuentes o para que las fuentes no te deformen la verdad. Y por otro, porque cualquier desliz informativo puede colocarte delante de un juez. Recuerdo que cuando en AS publicamos las confesiones de Jesús Manzano en 2004, tuvimos que consultar antes con un abogado: la narración en primera persona o la omisión de nombres propios no es una casualidad. También eran tiempos más delicados para los informadores, que quedaban rápidamente señalados y vetados en sus deportes. Doy fe.

No es de Manzano de lo que quiero escribir. Ha llovido mucho. Hace unos días, la Televisión Gallega anunció que la Audiencia Nacional había anulado la sanción por su positivo en la Vuelta a España 2010 a Ezequiel Mosquera. Fue en una jornada periodísticamente complicada: un sábado por la noche, todavía en un periodo vacacional de las Navidades. Difícil para confirmar la noticia, para tener acceso a las fuentes. En general, tampoco hubo mucho interés en hacerlo. De repente, las redes sociales hirvieron con mensajes solidarios sobre el exciclista: “Ezequiel es inocente. ¿Quién le devuelve ahora el honor?”… Y cosas parecidas.

Durante un par de días, los opinadores defensores de Mosquera fueron avanzando posiciones sin el menor sentido crítico. Entiendo hasta cierto punto que los aficionados puedan volcarse con sus ídolos, pero en esta avalancha forofa y lacrimógena hubo muchos profesionales de medios de comunicación. Especialmente gallegos, pero no en exclusiva. Y lo más curioso era que se utilizaban argumentos tan poco sólidos como “no había sustancia”, “el hidroxietil no está en la lista”… Cuando la cosa es mucho más simple: el hidroxietil está incluido en la lista como sustancia específica y supone una sanción de dos años si se usa por vía intravenosa, que es la que se utiliza en el deporte. Si se aplica el Código Mundial Antidopaje de la AMA, son dos años de suspensión. Así de sencillo.

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Pero si en esos días intentabas exponer este argumento o debatir en las mismas redes sociales, entonces te recordaban el centralismo, la persecución a Galicia o el caso de Alberto Contador… Y mientras tanto, nadie se preocupaba de leer la sentencia de la Audiencia Nacional, a pesar de que muchos se henchían en sus informaciones asegurando que habían tenido acceso a ese dictamen. La inoportunidad del ‘sábado navideño’ se convirtió para la mayoría en comodidad y dejadez. No dejes que la lectura de una sentencia te estropee tu idílica visión de la realidad.

Admito que la información de AS también fue inicialmente imprecisa: ‘La Justicia ordinaria anula la sanción de Mosquera’. Inicialmente, no sabíamos más… Y contamos lo que sabíamos. Para ser justos, sí hubo un periódico donde pudimos leer parte de la sentencia, en La Voz de Galicia, donde se recogía la caducidad del expediente. Paralelamente, otro diario hablaba del final de “un atropello que no tiene límite ni frontera que se respete” en sus informaciones, sin más datos objetivos.

No quiero que este post parezca una autopromoción, porque personalmente me he podido equivocar en el enfoque de otros casos, bien por disponer de una información errónea, bien por haber sido contaminado, o bien por seguir una línea editorial que posteriormente se demostró incorrecta. Pero las cosas son como son. Entre José Andrés Ezquerro y el firmante de este blog nos preocupamos en los días sucesivos de profundizar sobre el caso hablando con juristas. De repente descubrimos que lo que se vendió como una absolución, realmente solo era la caducidad de un expediente que no ha prescrito y, en consecuencia, debe reabrirse. Paralelamente, otra sentencia de la Audiencia Nacional, a la que Mosquera ha desistido recurrir, dice que el caso debe tramitarse con la normativa internacional de la AMA, por lo que el periodo de prescripción aún no ha expirado.

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No estamos hablando de una reapertura voluntaria. Va más allá: la ley española no permite que las infracciones se queden sin resolver. Evidentemente, esto explica que Mosquera no hubiera presumido de su absolución, cuando la sentencia estaba fechada en junio y había pasado más de medio año. Y también que el ciclista reaccionara con un “prefiero no hablar del caso” cuando recibió la primera llamada de la agencia EFE. Si yo soy inocente, lo grito a los cuatro vientos. Pero al exciclista no le interesaba que se removiera el asunto, porque el tiempo jugaba a su favor. Por eso tampoco ha pedido daños y perjuicios a nadie.

Ahora resulta que el expediente de Ezequiel Mosquera tiene que ser reabierto, pero el Comité de Competición de la Federación Española, que fue quien gestionó el proceso, no tiene ningún interés en hacerlo. Desde que llegó a la presidencia, José Luis López Cerrón quiere quitarse de encima los trámites de dopaje y en parte lo ha conseguido, porque desde el año pasado los casos nacionales los lleva la Agencia, mientras que desde el presente enero los casos internacionales recaen en un tribunal independiente de la UCI. La voluntad de la RFEC es mínima, pero, aun así, hay una cosa en la que lleva razón: la RFEC resuelve estos expedientes por delegación de la UCI y es la UCI la que tiene que dar el paso.

Me consta que las autoridades deportivas españolas ya han contactado con la UCI y que en las oficinas suizas ya se está estudiando el caso Mosquera. Pero eso tampoco es garantía de nada. En el momento actual todavía hay una gatera por la que el gallego puede escaparse definitivamente: la UCI no reconoce las sentencias de los tribunales españoles que revocan su reglamento, porque se trata de un órgano que no está en España, sino en Suiza, y que aplica una normativa supranacional impuesta por la AMA. Voy a poner un ejemplo: la UCI nunca se ha pronunciado sobre Roberto Heras y la Vuelta a España de 2005, porque para la UCI es un caso cerrado con la sanción del bejarano.

La Unión Ciclista Internacional tiene ahora la patata caliente en sus manos. Si decide no reabrir el caso, aquí volverán a sonar las voces que interpretarán esa decisión, sin ningún tipo de rubor, como una nueva demostración de que “Ezequiel Mosquera es inocente, ¿quién le devuelve ahora su honor?”. 

Mosquera


1 Comentarios

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mikel

"No dejes que la lectura de una sentencia te estropee tu idílica visión de la realidad". Excelente, si no fuera porque...

...lo mismo se debía haber hecho con la sentencia de Contador. Se cacareó hasta la saciedad la frase "le sancionan dos años pese a que se demuestra que no hubo dopaje", cuando en realidad, lo que la sentencia decía, era que "no se demostraba que había dopaje, porque era irrelevante en aras a aplicar una sanción". Es decir, en este mismo medio, como en todos, se confundió "se ha demostrado que no se dopo" con "no se ha demostrado que se dopó". Y se hizo intencionadamente, claro está.

Así que igual sería mejor que leyerais este artículo a partir de ahora, para aplicaros el cuento en todos los casos.

01/19/2015 04:56:32 PM