Ayer recibí un correo que informaba de que 163 países habían visto la Volta a Catalunya por televisión. Me pregunto qué imagen les habrá llegado. Si la imagen de ese señor que sujetaba el arco caído en la salida de Cervera ante los ciclistas. O el apagón de los dos primeros días por el mal tiempo. O el caos con las referencias en la fuga de la etapa inicial. O las tomas remotas desde el helicóptero...

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Aunque espero, por el bien del ciclismo español, que la imagen reflejada haya sido la espectacular actuación de Alejandro Valverde, ganador de tres etapas, que con su actitud ha salvado la carrera del sopor y ha mantenido la emoción hasta el final. Sus movimientos del viernes fueron grandiosos. Y gracias a ellos cayó Bart de Clercq, último superviviente de la escapada bidón que estuvo a punto de tirar por tierra toda la carrera.

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La heroica imagen de Valverde contrasta con la de Alberto Contador, que no se rindió, pero ha acabado la carrera maltrecho por una caída, con todo el equipo retirado por problemas de salud (sólo terminaron dos: Kiserlovski y él) y con Biarne Riis ejecutado por el patrón Oleg Tinkov por los malos resultados de la temporada. Por si fuera poco Richie Porte, uno de sus principales rivales para el Giro de Italia, ya lleva Volta y París-Niza en el palmarés y en la moral.