Pedaladas

Vamos a hablar de ciclismo, pedalada a pedalada. De sus gestas y de sus miserias. Desde mi experiencia como periodista en treinta grandes vueltas y en otras múltiples batallas...

Autor: Juan Gutiérrez

Tamames recibió el premio a los Valores Humanos

“A partir de Formigal comencé a soñar”. Aquel 6 de mayo, Agustín Tamames (19-10-1944, Monterrubio de Armuña, Salamanca) lograba la tercera de las cinco victorias que sumó en la Vuelta a España 1975. Y, aun así, todavía no era candidato al triunfo final. Tras aquella 14ª etapa se habló más de su líder en el Super Ser, Luis Ocaña, que había atacado desde abajo. O del error estratégico del Kas, que el día anterior en Tremp había entregado el maillot amarillo de Miguel María Lasa a Domingo Perurena.


Antes de Formigal, Tamames estaba a 5:01 minutos de Perurena. De la cima aragonesa salió a 2:49. Aún demasiado tiempo. Pero el salmantino consiguió otros dos triunfos consecutivos, en Irache y Urkiola. En la subida vasca esperó a Ocaña, quiso ayudarle a ganar la etapa. Pero Ocaña claudicó: “Vete tú, que Lasa ya está llegando”. El técnico Gabriel Saura había rescatado ese año a Tamames de un modesto equipo portugués, el Coelima, y siempre respondió a la disciplina. Aquel comportamiento le valió el Premio ‘Ya’ de Oro a los Valores Humanos en el Deporte, que le entregó el anterior elegido: José Ángel Iribar, el portero del Athletic.


Como la hormiguita, llegó a la crono del último día, en San Sebastián, a solo 1:19 de Perurena, que perdió la Vuelta por 14 segundos. Tamames enmudeció al velódromo de Anoeta.

Tamames

(LA RUTA DE LA VUELTA: Sabiñánigo-Formigal, 15ª etapa)



2 Comentarios

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samuel serrano

El Señor iñigo Markinez, en las casi dos décadas que lleva transmitiendo el tour de France, no ha aprendido una sola palabra de Francés, ni mucho menos de Inglés, lo que le impide entrevistar a cualquier ciclista galo o extranjero. Esta limitación intelectual, no parece preocuparlo en lo más mínimo, y en rigor, no debería afectarlo en La vuelta a España, donde, ¡por narices!, todo el mundo tiene que hablar Español. Pero aunque parezca extraño en estas tierras, igualmente lo cohíbe. Máxime cuando el corredor que ostenta la camiseta de líder es un colombiano como Nairo Quintana, por el que ha mostrado una malediscencia feroz que ahora se ve obligado a disimular.

Qué motiva la inquina de este vociferante locutor contra un joven ciclista como Quintana que en los últimos tres años ha subido de manera consecutiva al pódium del Tour de Francia, ganado el Giro de Italia y ocupado el tercer puesto en la vuelta España?. Quizás el hecho de que el movistar lo contrató como gregario de Alejandro Valverde y al ver su extraordinario rendimiento lo ascendió a jefe de filas del equipo?, o a que tenga el hablar pausado, los modales reservados y el semblante impasible de la gente andina?, probablemente le duele que sea Colombiano y en poco tiempo se haya convertido en el mejor escalador del mundo, desplazando a los ciclistas vascos que a los nacionalistas vizcaínos les gustaría ver en ese lugar, o lo que es peor, le irrita que sea indio, que tenga la piel morena y proveniendo de un pueblo perdido en las montañas de Boyacá, sea capaz de derrotar en franca lid a los hiperalimentados europeos de piel blanca que se muestran incapaces de seguirlo en las cumbres.

Imposible saberlo, probablemente es una mezcla de todo esto, unida al hecho de que moviestar no le otorga suficiente publicidad asu emisora. Lo único cierto es que los oyentes de la Cadena Ser, los aficionados al ciclismo vamos a poder escuchar mañana la vuelta a España, sin tener que soportar las injurias del tonante íñigo Markinez contra nuestro ciclista. Porque qué va a decir ahora: Que no ataca?, cuando destrozó a contador en Lagos de Covadonga, que no puede con Froome y su sospechoso voltímetro?,Que es un niñato consentido y le debe todo a sus gregarios de moviestar?.

¡tráguese ese sapo!,señor Íñigo Marquinez, que tenemos Nairo Quintana para rato y este año el tricolor colombiano ondeará para celebrar su victoria en las calles de Madrid.

09/04/2016 10:37:11 PM

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samuel serrano

La importancia de otear el culo

Mirar el culo,escudriñarlo con cuidado, suele ser importante en la vida, en las batallas y por qué no en una actividad deportiva como el ciclismo que cumple la tarea de imitarlas. El culo es el reverso oculto de la cara, quizás por eso le prestamos tanta atención en las playas, en las discotecas y en el simple deambular de las avenidas. Dicen que Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, solía reparar en el culo de sus soldados cuando pasaba revista. Aquel que lo tenía enhiesto era el que iba a brindar mejores resultados en la batalla y viceversa. El Señor Íñigo Markínez, ignora este detalle, como tantos otros de la vida cuando vocifera contra Nairo Quintana en el micrófono de la cadena ser. En la etapa 14 cuando quintana atacó en seis ocasiones a Froome sin lograr despegarlo de su rueda, en lugar de exaltar la valentía del colombiano que se esforzaba al máximo por dejar atrás a su rival inglés, lo injuriaba gritando: bueno, está bien que ataques alguna vez, bonito, porque en el tour de Francia lo único que hacías era mirarle el culo a Froome. Y enhebrando un comentario maledicente con otro se mantuvo hasta que los corredores llegaron juntos al alto del obispo. Hoy en la etapa 15, Froome marchaba alegremente, soñando con la cercana contrareloj en que arrebataría la camiseta roja de líder a Quintana y no prestó en ningún momento atención a su trasero, que de repente se levantó orgulloso, como el de los guerreros de los tercios de Flandes cuando se disponían a luchar hasta la muerte y se fue separando lenta pero inexorablemente de sus perseguidores,como una cometa con el hilo roto que se entrega confiada a la fuerza de los vientos hasta convertirse en un punto diminuto en el azul del cielo y luego en nada. Froome se mantuvo en un principio indiferente, pensando que una fuga tempranera acabaría en fracaso, pero a medida que pasaba el tiempo y su rival no flaqueaba, empezó a desesperarse, a mover sus brazos y piernas como una cigüeña epiléctica en lo alto de una torre, sin que sus aspavientos dieran ningún resultado. Ahora, en el momento de la cena y las recapitulaciones, Froome mirará con ojos melancólicos su plato de merluza a la bilbaína mientras muy probablemente piensa: por qué fui tan estúpido como este pez, por qué no estuve atento al trasero de Quintana. Y el señor Íñigo Marquínez bajo la ducha de su hotel, olvidará mirarse mientras se enjabona su propio culo. si lo mirara con cuidado,quizás se daría cuenta con asombro que lo tiene más limpio que su boca.

09/04/2016 10:37:32 PM