México se proclamó campeona del mundo Sub-17 tras derrotar en la final del torneo que se ha celebrado en tierras mexicanas a Uruguay por 2-0. Fue un día histórico para esta competición, pues 100.000 personas abarrotaron las gradas del Azteca, récord absoluto hasta la fecha. Además del gran éxito de México, que vuelve a reinar en esta categoría después del título obtenido en Perú 2005, el torneo deja muchos nombres propios y futbolistas a tener en cuenta para el futuro. Un vivero de talento que, según mi humilde opinión, podría conformar un once ideal que sería el siguiente:
Cubero (portero, Uruguay)
Un guardameta sobrio, el menos goleado del torneo y pieza fundamental en el buen rendimiento de Uruguay. La propia FIFA le ha reconocido como el mejor portero dada su serenidad y capacidad para entender los encuentros.
Weiser (lateral derecho, Alemania)
Acabó jugando como interior derecho por su enorme facilidad para sumarse al ataque, pero su puesto natural es el de lateral. Un puñal por la banda, no muy físico, ha sido más regular que otros como el brasileño Wallace. Su partido de cuartos ante Inglaterra fue antológico.
Briseño (central, México)
Capitán del equipo campeón en la final, autor del gol que abrió el camino hacia el título, seguro en tareas defensivas y peligroso en el juego aéreo, ha demostrado ser el sostén que necesitaba su equipo para proclamarse ganador.
Gastón Silva (central, Uruguay)
Completo físicamente, su partido de semifinales ante Brasil fue todo un ejercicio de poderío y fortaleza. Es rápido pese a ser alto y no se arruga cuando va al choque. Uno de esos centrales uruguayos que ya parecen listos para la élite con apenas 17 años.
Caballero (lateral izquierdo, México)
Otro de los secretos defensivos de los méxicanos. Correctísimo siempre atrás, sorprendente las pocas veces en que se lanzó al ataque, ha jugado todos y cada uno de los partidos de México en su camino triunfal. Un candado con el que cerrar el costado diestro de los rivales.
Elbio Álvarez (mediocentro, Uruguay)
El futbolista más creativo de Uruguay. Gran centrocampista con mucho recorrido, siempre participativo y protagonista del fútbol uruguayo, hizo dos goles y demostró un gran lanzamiento desde larga distancia con su pierna izquierda. Centrocampista de muy buen nivel.
Julio Gómez (interior derecho, México)
Designado por la FIFA como mejor jugador del torneo, quizá por su decisivo gol en semifinales ante Alemania en los instantes finales. Ha sido incansable en todas sus incursiones y México lo tiene como un héroe por haberlo dado todo, incluso con la cabeza abierta por una brecha.
Espericueta (interior izquierdo, México)
Probablemente el futbolista más fino de todo el Mundial. Zurdo exquisito, profundo por la banda y con una visión de juego al alcance de muy pocos, maravilló desde el principio y culminó su lección con un partidazo ante Alemania en el que rescató a su equipo con un gol olímpico.
Fierro (delantero, México)
Los ojos y la atención han sido para él. Delantero hábil, pequeño pero rapidísimo, peligroso y letal cuando tuvo un metro por delante, sus cuatro goles han sido un derroche de talento, sobre todo el logrado ante Francia en los cuartos. Tiene un gran futuro por delante.
Coulibaly (delantero, Costa de Marfil)
La gran irrupción inicial en el torneo, hizo 9 goles en sólo 4 partidos, lo que disparó las miras de los grandes clubes, entre ellos el Madrid. Su problema fue que Costa de Marfil cayó prematuramente en los octavos. Si no, quizá estaríamos hablando de un récord goleador sin igual.
Yesil (delantero, Alemania)
Un cuerpo por delante de otros grandes delanteros como los brasileños Adryan y Ademilson. Yesil logró seis goles, muchos de ellos por grandes movimientos, pero sobre todo participó activamente en todo el juego colectivo del ataque alemán. Muy buen ariete y muy buenos números.
