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Europeo Sub-17: título para Rusia por penaltis y el once ideal del torneo

Siempre Cantera

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Autor: Aritz Gabilondo

Europeo Sub-17: título para Rusia por penaltis y el once ideal del torneo

Rusia se proclamó campeón del Europeo Sub-17 tras superar en los penaltis a Italia, al igual que había hecho con Suecia en las semifinales. Es el triunfo del bloque sobre las individualidades, aunque la figura del portero Mitryushkin fue decisiva en la tanda final. El torneo deja como clasificados para el Mundial a Rusia, Italia, Suecia, Eslovaquia, Croacia y Austria. Un campeonato sin excesivo fútbol pero con algunos nombres propios a apuntar, como siempre. Este es el once ideal a nuestro juicio:

Simone Scuffet (portero, Italia, 1996, Udinese)

A Italia le viene un porterazo, no hay duda. Sobrio, corpulento, confiado, notable por alto, ágil, dinámico, ya ha sido convocado por Guidolin para el primer equipo de Udinese y ha destacado en el Europeo. Eclipsado por Mitryushkin en los penaltis de la final, aunque también destacó.

Vldislav Parshikov (lateral derecho, Rusia, 1996, Academia Chertanovo)

El lateral más completo del torneo junto al italiano Calabria. No brilló en exceso por sus cualidades ofensivas, pero sin embargo se destacó como un defensor pegadizo y difícil de superar. Bastante maduro para la edad que tiene, supo hacer faltas o parar el juego según convino.

Elio Capradossi (central, Italia, 1996, Roma)

Nació en Uganda, pero no todas sus condiciones tienen que ver con la potencia física. Buena colocación, muy sereno, rápido al cruce y muy destacado en el juego aéreo, tanto en defensa como en ataque. Formó una gran pareja con Sciacca escoltando en todo momento a Scuffet.

Dzhamaldin Khodzhaniyazov (central, Rusia, 1996, Zenit)

Muy compenetrado con el otro central ruso Likhachev, elegante y preciso a la hora de sacar la pelota jugada, también marcó un gol en el partido inaugural con el que demostrar sus virtudes ofensivas. Sale en un buen momento para aprovechar el cambio generacional de la defensa rusa.

Federico Dimarco (lateral izquierdo, Italia, 1997, Inter)

Uno de los nombres propios del torneo. Un año menor que el resto pero física y mentalmente muy desarrollado, además de técnicamente completísimo. Gustó en defensa y maravilló en ataque, con una pierna izquierda capaz de poner centros laterales milimétricos. Ojo a este jugador.

Isak Ssewankambo (mediocentro, Suecia, 1996, Chelsea)

Mediocentro de potencia para los suecos, tuvo la mala fortuna de fallar el penalti decisivo de su equipo en la semifinal cuando ya se habían lanzado más de 20, pero armó en torno a él un bloque muy difícil de superar. Físicamente muy hecho y con presencia incluso en el área contraria.

Mario Pugliese (mediocentro, Italia, 1996, Atalanta)

Un llegador, más que un creador. Técnicamente bien dotado para la distribución, pero sobre todo destacadísimo por su largo recorrido, lo que le hizo aparecer en cualquier parte de la defensa y también del ataque. Marcó dos goles y mostró una categoría de jugador muy interesante.

Gennaro Tutino (volante, Italia, 1996, Nápoles)

Bastante más irregular de lo que por condiciones se le debería exigir. Sin embargo, cada vez que destapó el tarro de las esencias fue para ser decisivo. Salvó a Italia en la fase de grupos cuando estaba casi eliminada con su capacidad de desborde y sus buenos centros desde la derecha.

Alexander Golovin (interior, Rusia, 1996, CSKA)

Junto a Zuev, el jugador de más talento de los rusos. Buen toque y con mucha calidad, intuición para llegar desde segunda línea y ver líneas de pase. El funcionamiento positivo del equipo tuvo mucho que ver con su presencia en el centro del campo. Futbolista muy completo.

Valentino Lazaro (interior, Austria, 1996, Red Bull Salzburgo)

Tres asistencias y mucha verticalidad en la mediapunta de los austriacos, que al menos consiguieron una plaza en el Mundial de Emiratos Árabes. Ya ha sido titular en la primera división austriaca y esas horas de vuelo se notaron en el Europeo. No muy alto, pero desequilibrante.

Luca Vido (delantero centro, Italia, 1997, Milán)

Entre él y Bonazzoli generaron el peligro de los italianos cuando jugaron, porque la presencia de Cerri impidió que les viéramos juntos más de lo deseado. Los dos del 97, fueron la frescura arriba de Italia. Bonazzoli zurdo, imaginativo, y Vido muy móvil, siempre haciendo daño a los rivales.