Pasadas unas horas del expolio vivido en el Camp Nou (más conocido ya como tiqui-atraca), la indignación del madridismo crece y aumenta en vista de que en el futuro no se vislumbra una solución al problema. La cuestión es que se llame Villarato o Platinato, como ponía AS en su portada el día siguiente del último Clásico de Champions, la raíz de la enfermedad sigue enquistada y el Madrid siempre será el que pague el pato. No hay salida. Baste repasara el organigrama de la UEFA, que deja en evidencia quién manada… Y quién no manda. El ínclito Ángel María Villar tiene más poder en la UEFA que nuestras mujeres en casa. Vean su relación de cargos: 1) Tercer vicepresidente del Comité Ejecutivo; Presidente del Comité de Árbitros; Presidente Adjunto del Comité Jurídico y de Disciplina; Representante del Comité Ejecutivo del Consejo de Estrategia del Fútbol Profesional… Sólo falta que a Villar le den las llaves del despacho personal de Platini y que se fume allí un puro cuando le vega en gana. Pero lo más grave es que sigues mirando el staff y aparece nuestro amigo Joan Gaspart como miembro del Comité Médico. Y hasta Joan Laporta, manda eggs, está dentro del Consejo de Estrategia ya citado anteriormente. Conclusión: el Barça y Villar están en todas las cadenas de mando de a UEFA. Como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. El Madrid pinta menos en la UEFA que Pedro León en las alineaciones de Mourinho…
Por eso, Florentino debe tomar cartas en el asunto ya mismo. Seguir poniendo la otra mejilla sólo servirá para llevarse más chascos tipo Stark o De Bleckeere. Mourinho no ha ayudado con sus declaraciones, aunque dijo la verdad y eso a los que disfrutan plácidamente en la sede de Nyon les ofende porque pone en peligro su envidiable ‘modus vivendi’. La única solución pasa por sacar a Villar de la UEFA (ALGO QUE PARECE IMPOSIBLE) o diseñar una nueva organización con Chelsea (Abramovich está hasta el gorro porque le roban todos los años), Bayern, Inter, Milán y Manchester, en la que prime el sentido del espectáculo y del negocio dejando en el poder de la pelota el hecho de que gane uno u otro equipo. Que los árbitros sean floreros y no verdugos. Que nadie favorezca al Barça por decreto. Que si pierde el Barça nadie se vaya con la sensación de que el espera la lista del INEM. Ya está bien de callar la gran verdad. Desde 2006, al Barça le han llevando en volandas para que haga por fin un currículo digno en la Copa de Europa. Lleva tres títulos. El Madrid ganó su tercera ‘orejona’ en 1958. O sea, que le saca a su eterno rival 53 años de diferencia. Ahora entiendo los esfuerzos de Villar, Gaspart y compañía por acercar las distancias entre los dos gigantes del fútbol mundial…