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EL ‘PIQUEGATE’ ENCUMBRA AL VILLARATO

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Villar and company, habéis caído en vuestra propia trampa. Se puede ser torpe, pero lo del fallo del Comité de Competición de la Federación con el caso Pique ha derivado en el desahogo más absoluto. Hasta la prensa de Barcelona había crucificado a Piqué por haber sido tan descuidado (o descarado) en esa acción premeditada, con alevosía y nocturnidad, que permitió el sainete con Pérez Lasa, uno de los dos árbitros de cabecera del Villarato junto a Iturralde (¡qué casualidad, el que pita al Madrid en El Molinón!). Villar y su gente cada vez se cortan menos y no les importa estar por encima de la ética, la limpieza moral de la competición y el justo equilibrio de las cosas bien hechas. Resulta que la acción torpe de Piqué (con la complicidad del risueño Pérez Lasa) contó con el reproché de Guardiola y el propio delegado del Barça. Hasta mi amigo Lluís Mascaró, subdirector del Sport y culé confeso, le recriminó al internacional catalán haber sido tan “tonto” (palabra textual pronunciada por mi compañero) en una acción que desde este verano está desaconsejada por conllevar un segundo partido de sanción añadido. 

El Villarato es así. Sólo concibe hacer llevadera la vida al Barça y complicársela al Madrid siempre que el guión lo necesite. Y éste era el caso. Piqué, aunque lleve una mala temporada, es un bastión de la defensa del Barça en el sistema de Guardiola. Su baja en el Clásico del Bernabéu podía haber pasado factura al equipo que cae más simpático al Régimen. Por eso, y para evitar líos, nada de intervenir de oficio (como sí hicieron con el dedo de Mourinho). Mejor respetar el acta del amigo Pérez Lasa y así todos contentos. Nos lavamos las manos como Pilatos y decimos que el acta es sagrada (menos cuando no les interesa). El Villarato está instaurado, como bien dijo Guardiola, y con el caso Piqué se ha puesto a prueba, como ya avisó Alfredo Relaño en su editorial del pasado jueves. Se veía venir. Villar y su gente se sienten tan fortalecidos en el poder que no les importa quedar señalados con el dedo (no me refiero al de Mou) ni en evidencia ante la opinión pública. Directamente, les importa un pepino lo que piense la gente. El Villarato es como los pilotos automáticos de los aviones. Va a piñón fijo y nada mi nadie le desviará de su ruta. El Barça puede seguir durmiendo feliz. La Federación sigue en buenas manos…