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ARANA
La pasada semana tuve dos meteduras de pata. La primera fue menospreciar a los Jets (que además de visitar el acuario de San Diego, han puesto patas arriba el vestuario de los Chargers). La segunda fue escribir que Will Smith estaba fuera para toda la temporada. La cuestión es que estaba pensando en Charles Grant el gran defensive end del lado contrario, pero… errar es humano.
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Y hablando de lo humano y lo divino.
Después de leerte Mariano, especialmente eso de que “Uno de los argumentos del monoteísmo es que no puede haber dos seres perfectos en su esencia porque la propia perfección de uno sería imperfección del otro”, me he quedado sin argumentos. Para mí el Superhombre siempre había sido Lawrence Taylor y la metamorfosis había sido la de Tiki Barber en sus últimas temporadas en las que dejó de cometer fumbles. Pero hoy, tras leer esa frase, ha concluido mí búsqueda del ser divino. ¡He visto la luz! Mariano a veces pienso que eres su profeta, aunque dudo mucho que te haya chivado todas las machadas que has escrito sobre Orton.
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Vamos por faena.
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Indianápolis Colts – New York Jets
Dos están bien, pero la tercera Victoria de los de Rex Ryan se me antoja imposible.
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Me quedo con la primera mitad del penúltimo partido de temporada, en la que los Colts estaban jugando con los titulares y controlando a los Jets sin despeinarse.
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La única debilidad que veo a los locales es el centro de la defensa contra la carrera interior de los Jets. Greene es un norte-sur puro, que aprovecha a la perfección los bloqueos de una de las mejores y más físicas líneas de la liga liderada por el veterano Alan Faneca. Los linebackers de los Colts –que me encantan- son muy rápidos y cierran rápidamente la posibilidad de una carrera exterior, pero si han de dilucidar el encuentro chocando contra los guardias de los Jets, necesitarán ayuda extra por parte de Bethea y eso dejaría la oportunidad a Sanchez de tener menos cubiertos a sus receptores.
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Mi favorito Indianapolis.
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New Orleans Saints – Minnesota Vikings
Aún recuerdo la única vez que ambos equipos se enfrentaron en playoff. Fue en enero de 2001. En el Metrodome los Vikings sacaron del partido a unos Saints liderados por Ricky Williams y ganaron 34-16.
Ha pasado mucho tiempo y han cambiado más aún los equipos. Es más, diría yo que los Saints de ahora se parecen más de lo que ellos quisieran a los Vikings de entonces.
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El ataque de los Saints es difícil de detener y en un duelo a tiros tienen todas las de ganar. Pero si la defensa de Minnesota juega como lo hizo la semana pasada en Dallas, los Vikings tienen una gran opción de asaltar la victoria en el Superdome.
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Las claves para la victoria de Minnesota son correr, correr y correr, para evitar blitzes sobre Favre y obligar a Darren Sharper a dejar las ayudas a los defensive backs. En defensa evitar los “double teams” contra los hombres de la línea de la defensa, para que puedan presionar a Brees. ¿Cómo? Metiendo más presión con los linebackers más allá de la línea de scrimmage.
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Las claves para la victoria de los Saints radica simplemente en volver a involucrar en su repertorio ofensivo a Reggie Bush y en lanzar profundo a sus receptores – la secundaria de Minnesota es muy débil contra el pase profundo-. En defensa han de ser capaces de presionar a Favre con los cuatro hombres de la línea defensiva y dejar que Vilma se encargue de Peterson.
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Mi favorito Minnesota (y es que el corazón me juega malas pasadas).
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