No, no voy a hablaros de las sensaciones que sufrimos, a estas alturas de la offseason, los aficionados a la NFL. A mí me tiene un poco preocupado que, sin venir a cuento, me lamo la punta de los dedos y armo el brazo, pero enseguida me doy cuenta y consigo contener el tic nervioso. Lo del sábado pasado fue aún peor. Me fui al parque con toda la familia a pasar la tarde. Mis hijos y sobrinos se subieron a una loma. Me tiraban una pelota de goma rodando cuesta abajo y yo se la devolvía. Sin darme ni cuenta, les lanzaba la pelota intentando imitar la mecánica de pase que Tebow está luchando por corregir. Si llego a tener un casco a mano me pongo a gritar audibles a los pobres niños. No se si podré resistir hasta septiembre, cada vez tengo más síntomas.
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Pero vamos a lo serio, que las noticias se acumulan.
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Brandon Marshall a los Dolphins (9 elecciones en el draft), Santonio Holmes a los Jets (6 elecciones en el draft), encefalograma plano en los Bills (9 elecciones en el draft) y cuatro elecciones de los Patriots entre la primera y la segunda ronda (12 en todo el draft). Dicen las malas lenguas que los de Boston están dispuestos a cambiar su primera (pick 22) por múltiples más bajas. Bueno bonito y barato, Belichick lo tiene claro.
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Con ese panorama, la AFC Este se está convirtiendo en la gran protagonista de las jornadas previas al draft. Si Chicago y los Jets protagonizaron los primeros grandes movimientos de la agencia libre y la NFC Este tomó el relevo, el último gran golpe de efecto lo ha dado Miami con el fichaje de Brandon Marshall por su segunda ronda de este año y una segunda opcional en 2011.
Chad Henne se ganó a la afición de Miami cuando tuvo que sustituir al lesionado Pennington. En realidad, los Dolphins llevan un largo camino por el desierto, en busca de un QB franquicia, desde que se retiró Dan Marino. Parece que fue ayer, pero ya han pasado la friolera de ¡once temporadas! Cuando un equipo ha tenido un líder tan carismático en una posición tan importante, suele sufrir un terrible síndrome de abstinencia hasta que llega uno que consigue que los aficionados olviden al viejo mito. Miami ha dado muchas vueltas y ni siquiera el genio Parcells ha conseguido resucitar al muerto. Vale, llegó en 2007 después de una temporada casi imperfecta salvada por una recepción in extremis de Camarillo, pero aunque los Dolphins han mejorado sensiblemente, no lo han hecho con la rapidez y eficacia a la que nos tenía acostumbrados Parcells en sus larga trayectoria.
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Henne ha devuelto la esperanza a los aficionados del sur de Florida. Parece tener el empaque y la calidad que les faltaba a Fiedler, Frerotte, Harrington, Huard, Ray Lucas ¿Os acordáis de Lucas? ¡Tremendo!... También hay que recordar que las segundas temporadas suelen ser muy complicadas para todos los QBs. Los equipos se estudian a fondo desde pretemporada y trabajan sobre los supuestos titulares. La llegada de un nuevo QB a la titularidad suele desconcertar bastante a los coordinadores defensivos contrarios que no saben muy bien a qué atenerse. Henne también tendrá que luchar contra ese factor durante la próxima temporada. Ya no será una sorpresa. Con todo, esta vez sí que creo que los Dolphins han encontrado al QB franquicia de la próxima década.
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Los dos grandes agujeros de los Dolphins son la defensa y el equipo de receptores. El tema defensivo se intentó corregir desde el día que terminó la temporada 2009 con el despido de Paul Pasqualoni, coordinador defensivo, y el fichaje de Mike Nolan. Eso no será suficiente y todo el mundo espera que el draft de los Dolphins sea casi íntegramente defensivo aunque también parece indispensable que encuentren un corredor de futuro. Han cortado a Ronnie Brown, hartos de sus lesiones, y en el backfield tienen también un pequeño agujero, al menos a medio plazo. La otra gran necesidad, un receptor número uno capaz de hacer daño en lo profundo, ha quedado cubierta con el fichaje de Marshall.
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Ahora Henne ya tiene suficiente calidad a su alrededor como para enseñar todo el potencial que tiene.
Pero el movimiento ‘chollo-total-no-me-lo-puedo-creer’ es el de Santonio Holmes por una quinta ronda a los Jets. La barriga de Rex Ryan debe parecer un Tsunami de tanto reírse. Los Jets, que entraron en postemporada casi de milagro gracias a los errores contrarios y a la relajación de los Colts, se han movido en la agencia libre con mucha habilidad para convertirse, a día de hoy, en el equipo a batir en la AFC Este.
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Aquí mi duda es mayor. No creo que Sanchez supere el síndrome de la segunda temporada con nota. Es verdad que ya tuvo un gran bache en la segunda mitad de la temporada regular pasada, pero, a pesar de los refuerzos, los Jets necesitarán que el juego terrestre siga siendo su gran arma ofensiva.
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Volviendo al tema de Santonio Holmes, me da la impresión de que los Steelers llevan dando palos de ciego desde que ganaron la Super Bowl. Tomlin ha funcionado muy bien mientras ha durado el legado de Bill Cowher pero creo que, a estas alturas, en el reino del acero comienzan a echar mucho de menos al entrenador del mentón interminable. Desprenderse de Santonio Holmes por una quinta ronda, porque el jugador tiene un historial polémico y alguien tenía que pagar los platos rotos del caso Big Ben, me parece una de las decisiones ridículas que dejan en evidencia al staff directivo de una franquicia. El desconcierto parece haber llegado a Pittsburgh y eso es una novedad inimaginable e imposible hasta hace muy pocos meses. Ya os lo he dicho antes, las señales del fin de los tiempos se multiplican. El terremoto de Pittsburgh es una de ellas. Ya lo decían los Chiricahuas... ¿O eran los Mayas?
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mtovarnfl@yahoo.es
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