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Colores grabados a fuego (4ª parte)

ZONA ROJA

Esta es una casa de locos por la NFL desde 2009.

Autor: Mariano Tovar

Colores grabados a fuego (4ª parte)


Hay un par de historietas más de mi Pucela que os quería contar mientras esperamos a que el cuentagotas de noticias en el que se ha convertido la NFL se reactiva. Creo que la de hoy os gustará o, por lo menos, dará que hablar. Fundamentalmente, porque su protagonista indirecto es el Real Madrid. Además, es una historia en parte pública y siempre me ha sorprendido que ningún cronista hiciera referencia a ella. Ahí va.

Stielikegilberto


Mi simpatía o antipatía por los considerados ‘dos grandes’ siempre ha dependido de factores que implicaban directamente al Valladolid. Me voy a remontar en el tiempo, como he hecho en los artículos anteriores de esta serie, para contaros una anécdota sucedida en el viejo estadio Zorrilla que pueda explicar esos sentimientos hacia el equipo merengue.

Mi primer ascenso lo viví con once años. Fue como ganar la Copa de Europa y el Mundial de fútbol a la vez. Quizá la alegría más grande de mi vida hasta ese momento. Ocurrió en la temporada 1979/80. El año anterior nos quedamos a un pasito del ascenso y, encima, el Valencia de Kempes y Bonhof nos eliminó in extremis, en las semifinales de Copa, en el mejor partido de fútbol que yo haya visto en mi vida. Un gol de Felman a diez minutos para el final nos dejó fuera tras un duelo vibrante y desigual entre un gallito de Primera y nosotros, pobres parias de Segunda.

Kempesbonhof


El ascenso me obligó a reestructurar completamente mi cabeza. Los rivales de casi siempre quedaban atrás y yo tenía que mentalizarme con que, a partir de ese momento, nuestros enemigos serían otros más terribles. Inmediatamente me lancé a aprenderme de memoria mis nuevas colecciones de cromos y a descubrir quienes eran los buenos de cada equipo.

La Real Sociedad era la sensación del momento. El año de nuestro ascenso había estado a punto de ganar la Liga y solo sufrió una derrota, ante el Sevilla, que fue clave para perder el título. Pero esa Real era una inspiración para un joven aficionado de equipo pequeño como yo. Protagonizó una revolución de los pequeños que me hizo soñar con que nosotros también podríamos conseguir algo así alguna vez.

La historia que os quería contar hoy sucedió en el último partido de Liga de nuestra primera temporada en Primera. Nosotros estábamos salvados, pero el Real Madrid llegaba al viejo Zorrilla obligado a ganar y necesitando que la Real perdiera en Gijón.

El Viejo Zorrilla ya tenía muy buenas entradas en Segunda, pero durante el primer año del equipo en Primera se llenaba cada domingo. El nuevo estadio ya se estaba construyendo para albergar partidos del Mundial de España, pero muchos sospechaban lo que luego sucedió: no es lo mismo ir a un campo dentro de la ciudad que hasta un estadio que esta en las afueras, demasiado lejos para ir andando. La realidad es que en Valladolid jamás ha habido tanto ambiente futbolero como en la temporada y media que el equipo jugó en la máxima categoría y en el viejo Zorrilla.

Así que aquella tarde no cabía ni un alfiler en el campo. Si el público de Valladolid ya lo llenaba, se le unieron las hordas blancas que llegaban con la esperanza de ver a su equipo proclamarse campeón. Sospecho que el club aprovechó la circunstancia para vender entradas de más. El público presenció el partido sentado en las escaleras, en las barandillas y en cualquier recoveco en el que se pudiera presenciar el juego, por muy incómodo que fuera.

Muchos revendieron sus localidades, por lo que la grada estaba muy dividida entre violetas y merengues. Yo empecé el duelo con el corazón dividido. La Real me gustaba, era un equipo pobre como el nuestro, pero era un niño y Stielike, Santillana y, sobre todo, Juanito, estaban entre mis jugadores favoritos. Los niños son muy sensibles a las gamberradas y Juan Gómez tenía como un imán que nos hipnotizaba. En el colegio manteníamos acaloradas discusiones sobre quién era el mejor centrocampista ofensivo del mundo: Juanito o Kevin Keegan. Y eso que jamás habíamos visto jugar a ninguno de los dos… aunque con nuestra imaginación habíamos disputado con ellos cientos de partidos completos.

Así que yo me mantuve en un estado de febril excitación en las jornadas previas a un partido en el que no nos jugábamos nada, solo por el ansia de ver jugar al de Fuengirola.

Lg_Marcador_simultaneo


Fue una tarde apasionante. Nuestra vista viajaba sin parar del terreno de juego al marcador simultáneo. Antes de la aparición de los marcadores electrónicos, los estadios tenían unos tableros manuales que estaban asignados a empresas publicitarias en los que se iban poniendo los resultados de los demás encuentros. Los aficionados íbamos al campo con nuestra quiniela (la jornada se disputaba prácticamente entera en la tarde del domingo) y nuestras claves para saber a que partido correspondía cada publicidad.

La Real se adelantó en El Molinón al poco de empezar el choque, pero poco antes del descanso el Sporting empató y Santillana adelantó al Madrid en Pucela. El Madrid llegaba campeón al descanso. Poco después del inicio de la segunda parte, Mesa volvía a marcar para el Sporting, pero Moré empataba en Valladolid y eso provocó que estallara el polvorín. Durante todo el partido las dos aficiones comenzaron a acumular detalles de hostilidad. El exceso de aforo provocó muchas discusiones, casi siempre entre aficionados locales, que defendían su asiento de toda la vida, y seguidores del Madrid que exigían sentarse en la localidad que habían adquirido. Luego, los merengues no vieron con buenos ojos que la afición pucelana animara con tanta intensidad a los suyos. El Pucela no se jugaba nada y los madridistas pensaban que en la ciudad castellana se animaría a su equipo. El problema es que en Valladolid siempre se ha mirado a Madrid con cierta rivalidad y no estaba tan claro eso de que quisiéramos que ganaran la Liga. Por último, el gol de Moré se celebró con una intensidad salvaje y eso terminó de enfadar a los madridistas. Yo tenía a mi lado a un tipo, con una bufanda blanca, que no paraba de despotricar de la mierda que era el estadio, de la mierda que era mi ciudad y de la mierda que le parecía todo… cuando poco rato antes había estado hablando de lo bueno que le había sabido el lechazo que se había comido antes de ir al estadio.

A falta de un cuarto de hora, Santillana volvió a adelantar al Madrid que, al poco, sentenciaba el partido con un gol de Stielike. A esas alturas yo sentía miedo. Aún no había cumplido los doce años, estaba sentado solo, en las escaleras, porque mi padre me colaba en la tribuna con mi carnet infantil, pero en un partido con tanto público no pudo sentarme a su lado y las discusiones e incluso peleas comenzaban a abundar. La grada del viejo Zorrilla se había incendiado con la tensión y el público de Valladolid, que llegó a partido sin favorito claro, empezaba a corear los nombres de Gorriz, Cortabarría o Zamora.

Golzamora


El partido de Valladolid terminó con victoria del Real Madrid por 3 a 1. Los jugadores del Real Madrid comenzaron a celebrar el título abrazándose de rodillas en medio del campo. La Real perdía 2-1 en Gijón y estaba en el descuento. Yo estaba con la oreja pegada al transistor que llevaba siempre al campo, cuando se escuchó un clamoroso ¡¡¡¡¡gooooooooooool!!!!! en las viejas gradas del Zorrilla. Zamora había empatado. La Real ganaba el título.

Fueron momentos de tremenda confusión. Los jugadores del Real Madrid seguían abrazándose pero no sabían muy bien lo que estaba pasando y preguntaban al banquillo qué sucedía. El madridista de la bufanda, histérico, me robó la radio para enterarse de las novedades. Cuando intenté recuperarla me dio un violento empujón que me tiró al suelo y se marchó con ella. Ni siquiera se molestó en devolvérmela tras enterarse de lo que pasaba. Yo lloraba desconsolado. Odié a ese aficionado, y a todo lo que representaba, como nunca lo había hecho en mi vida. Aún hoy, más de treinta años después, soy incapaz de sentarme a ver un partido del Real Madrid sin recordar al sinvergüenza que robó y pegó a un niño sólo para confirmar que no iba a ganar un título que vuelve a sus vitrinas con regularidad, mientras que yo no creo que lo cate en mi vida.

Stielikedesolado


Entonces sucedió ese hecho tragicómico que os comentaba al principio. El detalle que, sorprendentemente, nadie narró después. El encargado del marcador simultáneo del viejo Zorrilla cogió un número dos y lo levantó en alto con los dos brazos. Poco a poco, el público y los jugadores del Madrid, que esperaban noticias en el campo, se fueron fijando en él. El tipo comenzó a pasear, con el cartón en alto, como hacen las animadoras entre asaltos en el ring, subiendo y bajando las escaleras del marcador y sin decidirse a dejar el tablón en ninguno de los agujeros. Se iba haciendo el silencio mientras todos le mirábamos. De pronto, después de mucho pasear, se detuvo frente al espacio correspondiente al Sporting-Real Sociedad y con un gesto apresurado introdujo el dos en el hueco correspondiente al equipo donostiarra, señaló a los jugadores del Real Madrid y dio el corte de mangas más brutal que he visto en mi vida. El clamor fue ensordecedor ante un detalle que, visto con perspectiva, fue profundamente antideportivo, pero que adquiere cierto sentido por la auténtica batalla que se estaba viviendo en las gradas.

Desde entonces nunca he sido ni pro ni anti madridista. En algunas épocas he sentido simpatía por ellos, y en algunas otras no me han gustado, pero como os decía antes, nunca he sido capaz de sentarme a ver un partido de ese equipo sin recordar al tipo de la bufanda. Al que me robó el transistor. Al que pegó a un niño que reclamaba algo suyo. ¡Valiente hijo de puta!

mtovarnfl@yahoo.es

6 Comentarios

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Ignacio

Genial el recuerdo. Gracias y sigue así.

06/07/2011 08:08:40 PM

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555

Hijo de puta, hay que decirlo más.

Es curioso. Algo parecido le pasó a un amigo colombiano que llegó hace unos meses a España de "intercambio" en mi empresa. Sentía simpatía por el Mal. Y cuando ganaron la Copa fue a celebrarlo a Cibeles. Le empujaron, le insultaron ("sudaca" fue lo más bonito que le dijeron) y le robaron su móvil. Desde ese día ha dejado de sentir simpatía por ese equipo, por mucho que (obviamente) esos cafres no representan lo que es su afición. Ahora les tiene manía.

De esos imbéciles hay en todas las aficiones (en la del Dépor, que son los míos, desde luego que los hay, y me temo que en Pucela también). E insisto en que es verdad que esos hijos de puta (que los hay) son minoría, no cabe duda, y no representan ni mucho menos a ninguna afición. Pero supongo que cosas como esa, cuando te suceden a ti, te marcan. Y que habrá cuantitativamente más en las aficiones más numerosas. Cuanta más masa mejor se pasa. Perdón, quiero decir que cuanta más masa más cafres habrá en ella.

Excelentes los artículos y no menos las fotos.

06/07/2011 08:28:35 PM

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Pascua

Muy buenos esta serie de artículos. Espero que no te olvides de hacer uno sobre el gran partido entre mi Castellón y tu Valladolid de la temporada 89-90. Si quieres te paso un interesante enlace.

06/07/2011 09:25:08 PM

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fannfl

Qué recuerdos, Mariano, yo era otro niño qué estaba esa jornada en un Molinón abarrotado con 35.000 personas de las que más de 10.000 eran hinchas de la Real que habían venido a ver a su equipo proclamarse campeón por primera vez en su historia y saltaron de alegría con el gol de Zamora en el minuto 94 que era el 2-2 y les daba el título. tengo que decir que ese partido tenía el corazón dividido entre mi sporting que no se jugaba gran cosa y la Real Sociedad porque como a ti me atraía que un equipo pequeño, dicho sea con todos los respetos, como los nuestros le diera sopas con ondas a todo un gigante como el Real Madrid. el partido fue todo lo contrario que el que tu viviste una convivencia magnifica entre ambas aficiones en un vetusto Molinón que se preparaba para la remodelación que le permitiera acoger el Mundial 82 de españa, por eso el gol de Zamora fue quizá el único en toda mi vida que no me dolió que le marcaran a mi sporting.

06/07/2011 11:53:01 PM

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Xabi

Perracos!!! Vivisteis en directo la primera liga de mi Real!! A mí me pillaba todavía un poco lechón para enterarme de qué pasaba... pero os doy las gracias por poner recuerdos tan explícitos a un vacío que había en mi corazón...

06/08/2011 08:39:29 AM

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Peik

Ya sabía yo que el acomplejao de siempre aparecería el primerito para soltar su bilis. Supéralo telahinco!

06/09/2011 07:46:37 PM