¡Uff, hoy he llegado de milagro! alguno de los participantes en nuestra quiniela se lo ha pensado hasta el último momento, sobre todo ante las previsiones climatológicas que se esperan en la Bahía. La lluvia y el barro pueden convertirse en decisivos.
Playoff FC
El factor climático puede ser engañoso. En teoría parece que puede favorecer a los equipos corredores y perjudicar a los pasadores, pero hay argumentos a favor y en contra de esa creencia.
Ataque aéreo:
El balón está más resbaladizo. El quarterback lo agarra peor y pierde precisión en el pase. El receptor tiene más problemas para sujetarlo. Hay más posibilidades de que termine descontrolado y acabe en manos de la defensa.
La lluvia molesta tanto a la visión del QB como la de los receptores… y los jugadores de secundaria.
Un terreno pesado puede romper el timing entre QB y WR. El objetivo no llega a tiempo al lugar previsto.
Es más difícil presionar al QB. Los blitzs llegan más tarde porque el suelo resbala y el pasador tiene más tiempo… La línea también tiene más problemas para empujar y los defensas ágiles pueden sacar partido de ello.
Los receptores se saben las rutas y los defensas no. Eso provoca que los cortes permitan ganar más distancia al jugador de ataque. Además, una vez controlado el balón, es más complicado placar a un jugador a campo abierto.
Creo que un QB tiene mucho más miedo al viento que a la lluvia.
Ataque terrestre:
La reacción es más lenta porque el terreno es menos firme. Es más complicado hacer creíble el play action.
Lo anterior provoca que lo defensas puedan reaccionar antes para cerrar puertas.
Las carreras de fuerza tienen un tiempo adicional, pero un corte puede terminar en resbalón y pérdida de yardas.
El agua puede convertir a un corredor en mucho más difícil de placar.
Una vez rotos los bloqueos, un corredor a campo abierto puede convertirse en imparable.
Cualquier ataque:
Se complica el uso de jugadas de fantasía. Suelen exigir más ‘coreografía’ con lo que se multiplica la posibilidad de cometer errores de sincronización.
Creo que, simplemente, las condiciones climáticas extremas hacen más visibles las virtudes y los defectos de un equipo.
Los anteriores solo son algunos de los argumentos que se me han ocurrido sobre la marcha. Seguro que hay muchos más. Pero la conclusión es que no está muy claro si la lluvia beneficia más a Eli Manning o a Frank Gore. Si se confirman los pronósticos meteorológicos, lo descubriremos durante el partido.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
