Antes de empezar, os vuelvo a recordar que la quiniela de Zona Roja para la temporada que está a punto de comenzar ya está en marcha. Podéis apuntaros en el pick'em de ESPN.
Restauracion-Ecce-Homo
Hoy quería hacer una breve reflexión sobre la que me parece una de las claves de la temporada. Desde que hice su previa el 15 de junio, vengo defendiendo que los Eagles me parecen el grupo más completo de toda la conferencia Nacional y que, para mí, son el equipo a batir por encima de Packers, Saints o Giants. Como cualquier afirmación categórica, esta llena de grietas y la mayor de todas es Michael Vick.
Como sabéis, Vick nunca ha sido santo de mi devoción. Ya os he explicado muchas veces los motivos. Espectacularidad no siempre es sinónimo de eficacia. Vick sufre mucho contra defensas poderosas que le cierran los huecos para la carrera y le obligan a pasar. Es verdad que ha mejorado mucho en ese aspecto, pero sigue teniendo una moral frágil y depende mucho de sus estados de ánimo para rendir al nivel que se espera de él en los partidos importantes.
Cuando hice mi apuesta por los Eagles ya contaba con ese hándicap. No me importó, el ataque de los Eagles es tan completo, tiene tantas armas, que me parecía muy capaz de sobreponerse a las carencias de su QB. En el fondo, los mismos Eagles son un ejemplo de lo que quiero decir. Fueron capaces de abonarse a la final de conferencia nacional a pesar de tener a McNabb a los mandos del aparato. Este comentario puede parece ventajista viendo cómo acabó la carrera del jugador, pero es una opinión que ya mantuve contra viento y marea durante años cuando la mayoría le calificaba como un grande. Y que conste que aún hoy sigo sin entender qué veían todos en ese tipo, que les tenía tan embelesados.
Pero Vick ha adquirido una mala costumbre que, además, cada vez es más habitual. Va de lesión en lesión. Vick en plena forma provocará dudas, pero es un factor; lesionado es un lastre, y más para unos Eagles que no tienen a quién agarrarse cuando él no está.
144245034
En teoría, el número 2 es Mike Kafka, pero por un lado yo no le pondría a conducir ni un triciclo, y por otro lo más seguro es que no pueda comenzar la temporada por una lesión en la mano. El número 3 es Nick Foles, un novato elegido en tercera ronda del draft y que no parece aún preparado para entrar en la jaula de los leones. Las cosas pintan tan mal que en febrero ficharon a Trent Edwards, un jugador cuya trayectoria no augura muchas cosas buenas pero que, al menos, ha sido titular en la NFL.
Da la impresión de que los Eagles necesitarán a los tres, pero eso no es posible. Todo apunta a que Edwards será cortado, aunque no descarto que en algunas semanas necesiten volver a contar con él. Entre Kafka y Foles no tengo dudas. Prefiero a Foles aunque solo le haya visto en un par de cuartos de pretemporada.
150077578
Pero ninguno de ellos puede conducir a unos Eagles ganadores. El único capaz de ello, con todas sus cosas, es Michael Vick. El mismo jugador que se hizo daño en un dedo en el primer partido de pretemporada y en las costillas en el segundo. Quizá necesite jugar con la estampita de un ‘Ecce Homo’ escondida bajo sus protecciones para implorar ayuda de lo alto. Y ya que estamos, le recomiendo una que acaban de restaurar hace muy pocos días y con la que abro el artículo. Sin ayuda divina, parece imposible que Vick sea capaz de aguantar 16 partidos seguidos. Y eso ya le costó la postemporada a los Eagles del Dream Team en 2011.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
