Mariano Tovar
Esta semana adelanto la programación de televisión. Lo hago básicamente porque el jueves hay tres partidos y Canal+ emite en directo el primero. Los tres tendrán horarios diferentes, así que los más tragaldabas podrán atiborrarse la friolera con siete partidos en directo (y eso sin doblar) entre jueves, domingo y lunes.
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Y, como siempre, antes de entrar en materia, la programación de Canal+.
Jueves
Lions-Texans 18:37 directo (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
Domingo
Bucs-Falcons 19:00 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
Saints-49ers 22:25 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
Giants-Packers 02:20 directo V.O. (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
Lunes
Giants-Packers 21:00 diferido (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
Eagles-Panthers 02:30 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
También podéis encontrar la programación actualizada en www.canalplus.es/NFL.
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Hoy quería hacer una consideración sobre arbitrajes y tendencias. Desde que regresaron los cebras oficiales no se ha hablado demasiado de sus actuaciones. Y eso que ha habido errores garrafales que hubieran acaparado titulares durante el primer mes de competición.
También tengo la sensación de que este año los árbitros están un poco sobrados. Como si se movieran aún más por encima del bien y del mal de lo habitual. Quizá sea una impresión equivocada, pero cada vez hay más revisiones de jugada en que se reafirman en el error pese a evidencias que parecen más que claras. No soy el único que lo dice. Ya he leído varias páginas estadounidenses en las que se insiste en el tema.
De todos modos, en el pasado también eran bastante reticentes a cambiar decisiones. Amparándose en que no hay una evidencia clara, se mantienen en el error demasiadas veces. En el último artículo me refería a un fumble muy polémico que se produjo en el partido entre Panthers y Bucs, pero en las últimas semanas me han llamado la atención varios pases dados como completos en los que, tras ver la repetición, parece evidente que los jugadores se ayudaron del suelo para mantener la posesión.
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Otro detalle que me ha llamado la atención se refiere a la rigurosidad. En los últimos dos o tres años, durante la temporada regular, no permitían casi ningún contacto con el QB rival después del lanzamiento. Era desesperante ver cómo algunos jugadores, por pura inercia, chocaban con el pasador rival sin poderlo evitar y eran penalizados. Creo que este año sí que ha mejorado el criterio a la hora de juzgar esos golpes tardíos. Se están castigando con mucho más sentido. También es posible que los jugadores hayan aprendido la lección y estén jugando con mucha más limpieza, pero me da la sensación que se está consintiendo mucho más contacto. Limpio pero duro.
En los últimos años he insistido en que la rudeza noble estaba siendo penalizada en temporada regular y consentida en postemporada. Creo que este año sí que estamos disfrutando de una temporada regular en que las defensas se pueden emplear a conciencia sin miedo a sufrir penalizaciones inesperadas. Y eso significa que los árbitros, pese a que tal vez merezcan ser criticados por las revisiones, ahora sí tienen realmente claro el criterio de actuación, algo que brilló por su ausencia en los últimos dos o tres años.
Pero hay una posible lectura que posiblemente no sea cierta, pero que me gustaría compartir. Creo que el conflicto entre árbitros y NFL terminó con victoria de los cebras por goleada. Consiguieron salirse con la suya en la mayor parte de los puntos en discordia, que en realidad eran mucho menos problemáticos de lo que parecía, como se demostró al final.
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También creo que los árbitros llevaban varios años un poco hartos de que Roger Goodell les dejara en evidencia. Muchas veces multaba a jugadores que ni siquiera habían sido penalizados o enmendaba la plana de algunas actuaciones arbitrales que ni siquiera habían levantado polémica. Su cruzada contra el juego violento estaba afectando demasiado a los arbitrajes y desconcertando a los equipos arbitrales que, en ocasiones, criticaban veladamente las decisiones del comisionado.
Me da la impresión de que, tras es conflicto, Goodell ha perdido autoridad sobre los árbitros. Insisto, puede ser una sensación infundada, pero creo que vuelven a tener la sartén por el mango a la hora de juzgar cuándo una acción es punible.
Y mi impresión es que el tono general de los arbitrajes ha mejorado respecto a los últimos años, aunque también son más graves los errores puntuales. Quizá porque ahora no hay quien le tosa a un cebra.
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Pero este arbitraje quizá haya ayudado a asentar la nueva tendencia que ha irrumpido en la NFL esta temporada como un cohete. El año pasado escribí en varias ocasiones que el ‘football Madden’ había llegado para quedarse. Que los nuevos arbitrajes favorecían a los pistoleros y el juego de pase muy vertical. Las defensas estaban en inferioridad de condiciones y el ataque terrestre cada vez era más testimonial.
¡Pues de eso nada! Los grandes protagonistas de la temporada regular están siendo equipos con defensas dominantes. En el ranking de yardas permitidas los primeros equipos son Steelers, 49ers, Seahawks, Texans, Bears, Broncos… Todos ellos se encuentran entre los aspirantes al anillo. De repente han resucitado las defensas y no parece tan importante tener un QB capaz de sumar cuatrocientas yardas en cada partido.
Y lo más curioso es que equipos como Patriots o Saints, con ataques poderosísimos y defensas porosas, son mirados con recelo. Ahora sí que podemos esperar que un rival sea capaz de mantener un marcador bajo jugando contra ellos. Las defensas pueden colapsar ataques como no sucedía desde hace años.
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Ya hice referencia hace ya varias semanas a que la NFL estaba viviendo una pequeña crisis de líneas ofensivas. Cada vez hay menos jugadores decisivos a la hora de proteger a su QB, y la velocidad de las defensas está desarbolando a los ataques.
Pero más allá de todas estas consideraciones, que darían para llenar muchos folios, sigo pensando que los arbitrajes están permitiendo a las defensas recuperar la iniciativa y emplearse a fondo. Después de mucho tiempo viviendo en un oasis, los ataques viven en un permanente estado de pánico.
La pregunta resulta inevitable. ¿Quién se llevará al final el anillo, un ataque vertical o una defensa infranqueable?
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
