Mariano Tovar
Os prometo que lo he intentado con todas mis fuerzas. Llevo toda la semana haciendo entrevistas, hablando con unos y otros, pidiendo informes, resúmenes y estadísticas. He rescatado viejos apuntes, estudiado con codos y meditado con la luz apagada. Lo he intentado todo y sigo sin saber cómo meterle mano al football español. Me rindo.
Mi intención era escribir una serie de artículos para contar lo que se cuece en España, que culminaría el 9 de marzo, fecha de las primeras elecciones a presidente de la recién nacida federación española de football americano. No lo voy a hacer. El motivo es el mismo por el que dejé de escribir sobre el tema hace 10 años. Ni vosotros, ni yo, ni nadie, gana nada con ello. Lo más probable es que todos perdamos. La mierda no debe salir de la letrina. Por tanto, resumiré en este artículo mis impresiones finales. No me importa si es demasiado corto o largo. Lo único que quiero es quitarme este guirigay de la cabeza.
El football llega a esas elecciones con dos bandos enfrentados. Pero con una inquina que incluso supera los niveles que me esperaba. Por supuesto, he hablado con los dos candidatos, Fali Ascasibar y Enrique García de Castro. Los dos me aseguran que están tendiendo permanentemente la mano a sus rivales para acercar posturas. Los dos tienen como primer objetivo de su mandato cerrar la guerra de modo que no haya ni vencedores ni vencidos. La realidad es que esas buenas intenciones, salvo milagro, acabarán siendo solo eso: buenas intenciones. Como os dije en el primer artículo, esos odios que se cuecen bajo la boina, se mascan como tabaco y se extienden y crecen de generación en generación, tienen muy mal arreglo.
El football en España estaba regido hasta ahora por AEFA, una agrupación de clubes, que de forma colegiada decidían como organizarse. A partir de ahora habrá una federación cuya directiva tendrá la responsabilidad de tomar decisiones que hasta hoy estaban en manos de los clubes y conseguir que éstos no se sientan agraviados. Esa labor no será sencilla. Será necesario puño de hierro, pero también guante de seda. En España el football es lo que son esos clubes, que en su mayoría viven cada día encima del alambre. Si quien termine por regir los destinos de este deporte no se anda con cuidado, el árbol se puede quedar sin manzanas. El football necesita tensar la cuerda para desarrollarse, pero con mucho cuidado para que no se rompa.
Creo que ese el resumen de la historia. Si el ganador se aleja demasiado de los clubes y sus necesidades, fracasará. Si, por el contrario, intenta mantener la política actual, en que casi todas las decisiones se toman según la votación de la mayoría de los clubes, los problemas actuales se enquistarán. Cada club busca siempre su propio interés por encima del bien común. Es algo propio de su esencia.
Creo que todo el proceso electoral ha estado profundamente viciado. Creo que los personajes que regirán la federación llegan a ella ya quemados y con muy poco crédito. Creo que no hay relevo, que la mayor parte de los clubes son muy personalistas y que muchos elementos muy válidos, que quizá sí podrían acometer vías más frescas y con más consenso, prefieren centrarse en sus propios equipos o, simplemente, no tienen ni tiempo ni ganas para acometer una prueba tan hercúlea.
Creo que en España cada vez hay más clubes de contacto y de flag. Más iniciativas, más aficionados, más ilusión y más ganas. Creo que hay una vieja generación que lleva muchos años jugando y dirigiendo y que merece un relevo que no llega. Creo que nuestro deporte solo puede crecer, pero no creo que lo haga deprisa.
Por si os consuela, llevo muchos años diciendo a quien me ha querido escuchar que era imposible que el football terminara siendo un deporte federado en España. Si esa torre ha caído, todo es posible.
Así es el football en España. Lleno de buena gente dispuesta a dejarse lo que no tiene por afición. Un lugar en el que algunos buscan un mísero futuro profesional y otros se dejan fortunas a fondo perdido. Sobre todo, un mundo en el que casi todos creen tener la solución de todos los problemas, casi todos tienen clarísimo cual es el camino por recorrer, e incluso la mayoría apunta en la misma dirección, pero al final nadie es capaz de ponerse de acuerdo con nadie.
No quiero insistir más en el tema. No quiero enfados ni disgustos. Ni siquiera quiero enterarme de quién es finalmente elegido como primer presidente de la FEFA. Me gusta el football como espectáculo y ahora mismo en nuestro país el football no es un buen espectáculo. Los que juegan se lo pasan bien, pero tendrán que mejorar muy mucho para que sus evoluciones sobre el campo merezcan la atención de un público neutral, distinto del entregado a la causa que ahora acude a los campos con cuentagotas.
Solo quiero desear lo mejor a todos los jugadores, clubes, directivos, árbitros y miembros de todas las instituciones de nuestro deporte en España. Y una vez más, os ofrezco este blog no para publicar notas de prensa, sino para que contéis lo bueno, las experiencias, las iniciativas, los proyectos y lo que os ilusiona. Esta semana ¡por fin! después de tantos años, alguien del football en España se ha decidido a enviarme un texto que sí merecía la pena ser publicado. Espero que haya sido el primero de muchos.
Hala, majetes. Hasta otra. Me vuelvo a la NFL.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl