Mariano Tovar
Bienvenidos a los Dallas Cowboys, el único equipo de Fantasy de la NFL. Aquí no hay staff técnico que valga, ni general manager, ni proyectos de futuro, ni historias. Hay un propietario, Jerry Jones, que se sienta en su despacho, se saca del bolsillo su colección de cromos, la extiende sobre la mesa, y hace y deshace mientras cada vez más aficionados reclaman que se despida a si mismo.
De vez en cuando en este blog se abre un debate sobre si existe o no la mala suerte. En realidad es una discusión filosófica vacía. La mala suerte, como el mal, no existe. Simplemente refleja la ausencia de un bien. Cuando hablamos de mala suerte nos referimos a circunstancias que escapan a nuestro control y que difícilmente se pueden evitar. Sucesos inesperados que desbaratan un proyecto y lo hacen fracasar.
En el caso de los Cowboys confluyen todos los astros para reunir una horrible gestión y la acumulación de desgracias. No sé si es mala suerte, una maldición gitana o el trabajo incansable de un tuerto, pero si en Dallas algo puede salir mal, termina saliendo peor. Y no solo a nivel general, sino también en el individual. Solo hay que repasar la trayectoria de Tony Romo para confirmar que está salpicada de pequeños detalles, muchos de ellos insignificantes, que han ido marcando y lastrando su carrera. Otro ejemplo es la plaga de lesiones que suelen sufrir año tras año. ¿Son el resultado de una mala planificación física? ¿Hay una bruja en Washington haciendo vudú y clavando agujas en muñecos de trapo con la estrella solitaria dibujada en la frente?
Como ya es tradicional, e incidiendo en lo que os contaba en los párrafos anteriores, su draft ha sido horripilante. Para empezar, intercambian su pick 18 global por el 31 de San Francisco y solo sacan una tercera ronda. Después gastan su elección de primera ronda en Travis Frederick, un center que estaba proyectado en tercera. Por si alguien tenía aún dudas de su intento de autodestrucción, y a pesar de que tenían un saco de necesidades, gastaron su segunda ronda en Gavin Escobar, un TE que también estaba proyectado para ser elegido más abajo, cuando tiene en la plantilla a Jason Witten, que a sus 31 años todavía tiene cuerda para al menos un par de temporadas. A partir de ahí ya fueron más sensatos, pero el daño estaba hecho. Todo eso ya no es mala suerte, sino la consecuencia de que tu presidente sea también tu manager general y, si me apuras, el que decide las alineaciones.
Volvamos con Tony Romo. A sus 33 años ha renovado por seis temporadas y 108 millones de dólares. Es una decisión discutible, pero también razonable. Romo es muy bueno más allá de esos intangibles que tanto daño le hacen. En 2012 superó las 4.900 yardas de pase e incluso fue capaz de liderar alguna remontada, conjurando uno de sus tradicionales demonios. Pero otra vez se ahogó en la orilla. En el último partido de temporada regular, con la postemporada en juego ante los Redskins, se le encogió el brazo para darle la razón a todos los que dicen que es incapaz de jugar bajo presión. Su actuación fue desastrosa con tres intercepciones, un 54% de completados, y una permanente cara de “por-favor-que-me-saquen-de-aquí”. Recién operado de la espalda, pasará un verano tranquilo sin presiones.
El problema es que estos Cowboys son, básicamente, Romo, que además tiene que lidiar detrás de una línea que es un auténtico coladero y que promete seguir siéndolo pese a la ya comentada elección de Travis Frederick en primera ronda. ¿Entonces cómo es posible que año tras año suenen como aspirantes? Fundamentalmente, porque la NFC Este es una montaña rusa enloquecida durante toda la temporada, en la que los equipos suben y bajan a velocidad de vértigo. Lo duelos divisionales quizá sean los más duros e inciertos de toda la NFL y los Cowboys, pese a la anarquía en la que viven sumidos desde hace tanto tiempo, tienen en su plantilla un buen número de estrellas que, por si solas y si les respetan las lesiones, convierten el equipo en aspirante a postemporada.
Porque en el fondo eso es lo que hace Jerry Jones, quedarse con los cromos que más le gustan. Y eso que este año se ha tomado vacaciones durante la agencia libre. Justin Durant, linebacker procedente de Detroit y que tampoco es que sea la repanocha, es el único nombre reseñable.
Al final, eso son los Cowboys, un equipo con la obligación de ganarlo todo, que lleva demasiado tiempo sin ganar nada, y en el que Tony Romo termina teniendo casi siempre la culpa de todo mientras Jerry Jones hace y deshace en su Fantasy particular. Y qué narices. La franquicia es suya y hace con ella lo que le da la gana. Solo faltaba.
Y ahora, la valoración línea por línea. La nota será sobre 5. (5=sobresaliente. 4=notable. 3=bien. 2=suficiente. 1=insuficiente. 0=Muy deficiente).
ATAQUE
Quarterback 4. Si un tipo es al la vez el alma de un equipo y un flan cuando le apuntan todos los focos, llega la esquizofrenia. A Romo le falta carácter ganador y le sobran facultades. Yo creo que cada año es mejor, tiene mayor empaque sobre el campo, autoridad y seguridad, pero a este ritmo se jubilará y nos quedaremos con las ganas de ver a ese Romo con el que siempre hemos soñado. Por si acaso, tienen a Kyle Orton en la recámara. Muchos ya os estáis riendo, pero me sigue pareciendo el mejor segundo QB de toda la NFL.
Backfield 2. Hagan sus apuestas: ¿En qué jornada se lesionará DeMarco Murray? El tipo es buenísimo, pero también de cristal. Tras la marcha de Felix Jones, eligieron en quinta ronda a Joseph Randle, que curiosamente es para casi todos los especialistas su mejor pick de todo el draft. Muy bueno debe ser para que este backfield tenga solidez.
Receptores 4. Potencialmente, este cuerpo de receptores es magnífico. Dez Bryant, que empezó 2012 titubeante y terminó arrollando, es un número 1 de los buenos. Miles Austin también marca la diferencia si no está lesionado. En tercera ronda del draft eligieron a Terrance Williams, que podría tener impacto inmediato. Jason Witten, un TE que siempre ronda las 1.000 yardas, completa el grupo.
Línea 1. El gran problema del equipo no se ha solucionado. La elección de un center de futuro en el draft será un alivio pero no arregla que Livings y Bernadeau sean dos coladeros por el interior y Doug Free un chollo en el tackle derecho. Tyron Smith, el tacke izquierdo, es el único que impide que les haya puesto un cero.
DEFENSA
Línea 4. Monte Kiffin, el nuevo coordinador ofensivo, recuperará un esquema 4-3 para que DeMarcus Ware y Anthony Spencer vuelvan a combinarse para superar con creces los 20 sacks. Jason Hatcher es un magnífico tackle que también presiona al QB con eficacia. La duda está en Jay Ratliff, que desde que se lesionó el tobillo durante la pretemporada pasada no ha levantado cabeza.
Linebackers 3. La maldición de las lesiones que persigue a los Cowboys golpeó fuerte a esta formación en 2012. Sean Lee, el linebacker central, que es un portento, quedó fuera de combate en la jornada seis. Bruce Carter se lesionó por Acción de Gracias y Justin Durant llega desde Detroit con vitola de muro contra la carrera pero no tanto contra el pase. Potencialmente es una línea de notable, pero un jugador recién llegado y dos que regresan de lesiones de larga duración, tienen mucho por demostrar.
Secundaria 3. La secundaria, un año más, está desequilibrada entre safeties y cornerbacks. Barry Chuch es bastante malo y encima se perdió casi toda la temporada pasada por rotura del tendón de Aquiles, así que es muy probable que ceda la titularidad casi de inmediato a JJ Wilcox, elegido en tercera ronda del draft. Will Allen fue fichado en la agencia libre procedente de los Steelers para ser el free titular, pero como mucho es un jugador de banquillo. Por suerte, Brandon Carr y Morris Claiborne forman una estupenda apareja de cornerbacks. Orlando Scandrick, Sterling Moore y B.W.Webb, elección en 4ª ronda del draft, competirán por el nickel.
PRONÓSTICO
La NFC Este es tan imprevisible que cualquiera puede ganarla. Este año nadie parece tomarse muy en serio a los Cowboys, pero nunca hay que descartarlos pese a su locura organizativa y la sensación de derrotismo que transmiten permanentemente. Todo dependerá de que, por fin, a Romo se le encienda el interruptor de quarterback de élite y sea capaz de cargar con el peso del equipo en cualquier circunstancia. Tienen calidad suficiente en todas las posiciones como para imponerse a cualquier rival y, en realidad, todos sus rivales divisionales tienen prácticamente los mismos problemas de solidez y regularidad que ellos. Otra cosa es que puedan sobrevivir en postemporada. La Conferencia Nacional está carísima y hay demasiados equipos que tienen mucho más claro a lo que juegan que los Cowboys.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
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